Para el tres de junio
Ya sea en memes que circulan en redes sociales, en artículos de opinadores, “analistas políticos” y seudo intelectuales, o en la postura fatalista, exagerada y mentirosa de quienes conducen programas de radio y de televisión, se ha venido ofendiendo a quienes son seguidores de determinada postura político-electoral, principalmente a los simpatizantes de la Cuarta Transformación y de la candidata Claudia Sheinbaum.
Han salido múltiples estudios de opinión, algunos con amplias disparidades, que se contraponen absurdamente con casas encuestadoras de cierta confiabilidad, como ya ha sucedido en procesos electorales anteriores. De la noche a la mañana, en un mundo de fantasía, hasta quien ya había aceptado marcadas desventajas, ahora resulta que es la figura más “querida” en el país, estado, distrito o municipio.
Surgen programas o acciones de gobierno que hace unos meses o años eran criticados y hasta repudiados, pero aprovechando coyunturas y subterfugios legales, son implementados y promovidos en pleno proceso electoral.
Se habla de un sinnúmero de denuncias que se han interpuesto por el uso de programas y recursos públicos en favor de determinadas candidaturas, sin dar a conocer la cantidad exacta y los supuestos hechos ilícitos, que serviría hasta para prevenir a la sociedad para que esté vigilante y continúen, en su caso, presentándose esas supuestas denuncias.
Se hacen señalamientos de corrupción o de narcotráfico, pero no se aportan más que chismorreos y bravuconadas que no van acompañadas de las denuncias respectivas.
Por el contrario, hasta las autoridades que se supone deberían conocer y dar seguimiento a esas graves acusaciones (como las de EU), las han desmentido en varias ocasiones, pero a pesar de eso, la mala leche continúa.
Se conducen algunas organizaciones políticas y sus seguidores, como si antes de dos mil dieciocho todo hubiera sido “miel sobre hojuelas” en el país. Como si fuera completamente ignorante, se pretende que el pueblo crea que antes sí se sabia gobernar, que no había corrupción ni violencia, y que los que mal gobernaron, ya no son los mismos, como por arte de magia.
Se han pretendido exagerar e ir preparando situaciones y supuestos ambientes adversos a un adecuado desarrollo del proceso electoral, tanto de parte de autores políticoelectorales como de autoridades, que sugieren ampliamente la intención de anular la elección presidencial y algunas otras que se les atraviesen.
Todavía será hasta el dos de junio en que la calumnia y los ataques en general seguirán arreciando, alcanzando niveles extremos, y salvo que en algunos casos dejen la vulgaridad y la ofensa, igual pudieran conseguir algunos adeptos. Sin embargo, hasta quienes venían defendiendo algunas postulaciones, ya han sugerido fracasos más que avances.
Para el tres de junio, nuevamente veremos la mentira cuando aparezcan las encuestas definitivas, que son las que irán surgiendo de las urnas con el conteo rápido y el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), y que deberán ser validadas por funcionarios de casilla y por representantes de partidos políticos, así como por los cómputos correspondientes que iniciarán a partir del miércoles siguiente.
El tres de junio, muchos, tendrán que deglutir sus palabras, salvo que la soberbia no los deje y quieran insistir con que el pueblo no sabe elegir, con que es “estúpido”, entonces mostraran necedad ante lo evidente y avasallador.
Un día después de la elección, conoceremos la tendencia en cómo será gobernado el país, si se tendrá mayoría calificada o no en las cámaras del Congreso de la Unión, y si seguirán metiéndose zancadillas a quien despache desde Palacio Nacional.
Para el tres de junio, ya tendremos claro si se cumplirá algún propósito insano de anular la elección presidencial a como dé lugar, sin importar que se ponga en riego la estabilidad política y social de México.
Para el primer lunes de junio, ya iremos viendo si aún en la derrota, se seguirá siendo tan “cercano” a los que menos tienen, y se continuará hasta dando la vida por ellos.
Pero, sobre todo, para el lunes tres de junio, se irá desvelando cuál será el futuro del país, si de retroceso o de continuidad.
¡Al tiempo!
El tres de junio, muchos, tendrán que deglutir sus palabras, salvo que la soberbia no los deje y quieran insistir con que el pueblo no sabe elegir, con que es “estúpido”, entonces mostraran necedad ante lo evidente y avasallador"
Un día después de la elección, conoceremos la tendencia en cómo será gobernado el país, si se tendrá mayoría calificada o no en las cámaras del Congreso de la Unión, y si seguirán metiéndose zancadillas a quien despache desde Palacio Nacional"