MEZCLA TUS ENTRENAMIENTOS A MENUDO
A medida que envejecemos, debemos, sobre todo, esforzarnos por hacer 150 minutos de ejercicio a la semana con sesiones aeróbicas de intensidad moderada a vigorosa y dos sesiones de entrenamiento de fuerza (15-20 minutos por sesión), que juntas pueden aumentar tanto la longevidad como la calidad de vida. Pero la forma de emplear ese tiempo debe variar de un día a otro o de una semana a otra, dijo Sarah Witkowski, fisióloga del ejercicio y profesora asociada del Smith College.
“El cuerpo es muy bueno para adaptarse”, dice, pero para maximizar los beneficios, hay que “mantener el cuerpo adivinando”. La variedad también es buena para la salud del corazón, incluida la presión arterial. Incluso los pequeños cambios pueden ser beneficiosos, añade. Si sueles hacer estocadas, prueba a hacerlas en distintas direcciones algunos días o combínalas con press con mancuernas por encima de la cabeza. Si te gusta caminar, una o dos veces por semana elige una ruta más montañosa o camina tan rápido como puedas.
Piensa más allá de bíceps tonificados y abdominales marcados
El entrenamiento de fuerza puede ser una auténtica fuente de juventud si lo enfocas estratégicamente. Cuando somos más jóvenes, nuestras motivaciones suelen ser estéticas, dijo Amanda Thebe, entrenadora personal afincada en Canadá y especializada en trabajar con personas mayores de 40 años. Pero centrarse solo en grupos musculares aislados, como los abdominales o los bíceps, suele descuidar músculos que no podemos ver y que contribuyen a la salud y la fuerza.