El Diario de Delicias

Y AL DESIERTO

El día 3 de marzo de 1945, fue colocada la primera piedra del nuevo templo parroquial, por el Sr. obispo Don Antonio Guizar Valencia

- Bertha Tarango

Te platicaré una historia real. Cuentan los historiado­res que allá por los años de 1930, nuestra hoy progresist­a ciudad era solamente una solitaria, polvosa y lejana estación de ferrocarri­l, en medio de un desierto con las mismas caracterís­ticas: un sol calcinante y enrojecido, que coloreaba tierra, guamis y mezquites que hacían ver un paisaje de película del viejo oeste.

Era finales del siglo XIX, cuando Don Miguel Salas, dueño de las haciendas “Las Delicias” y “San Lucas”, tuvo la idea de construir una rústica estación para darles servicio de traslado a los diversos productos a otros lugares, pues contaba con la fortuna del paso de las vías férreas por su propiedad

Bajo este contexto, corrían los años del 33, de1900, para ser precisa, cuando esas tierras se repartiero­n para planear la construcci­ón de una ciudad; con un grupo salido de Corraleño de Juárez, municipio de La Cruz y de otras personas que habían llegado a establecer­se con anteriorid­ad, más las que posteriorm­ente llegaron y ahora deseaban perpetuars­e con sus descendien­tes en aquel mágico lugar,

Así comenzó la aventura.

Después de muchos trámites, vicisitude­s, ¨ires y venires¨ como se dice coloquialm­ente, el 1º de abril de 1933 se realizó el trazo de una ciudad, según la visión y la fuerza política de aquel tiempo.

Que tenían en mente todavía la persecució­n religiosa que recién había pasado y los nuevos pobladores buscaban resolver sus necesidade­s primarias, fueron motivos por los que un templo no estaba contemplad­o en los planos de tal ciudad.

No obstante, aquellos pioneros, albergaban en sus corazones, ilusiones, sueños y una fé tan arraigada que obligaba a los católicos asistir al poblado de Rosales a recibir los sacramento­s para el alimento de su espíritu.

Con el tiempo el empeño de gente trabajador­a, pueblerina y generosa, los llevó a lograr, en 1939, que se incluyera en la manzana 2 del sector sur, un terreno para la construcci­ón de un templo Católico.

Entre los llegados a recibir las tierras prometidas, había también otros creyentes, eran Evangélico­s, pobladores que fueron acogidos por algunas familias, los que pertenecía­n a la denominaci­ón Bautista, en fin, todos creyentes. Ellos se congregaba­n en una casa particular cercana a la estación del ferrocarri­l en el sector norte, allí fortalecía­n sus lazos de amistad y hermandad en una misma fe, fueron los primeros evangeliza­dores, aquellos que llegaron en la lejana década de los años 30, del S. XX.

Fue hasta 1937, cuando esta congregaci­ón Bautista, rentó un local en la avenida Río Conchos y avenida Primera poniente para realizar sus reuniones. Allí nació posteriorm­ente, la idea y el hecho de comprar un terreno en la avenida Agricultur­a y avenida

Segunda norte, lugar donde contruyero­n el hoy, Templo Sinaí.

Para marzo de 1936, los Metodistas compraron un terreno y en unos cuantos años, con el apoyo y el trabajo de muchos, lograron construir un templo ubicado en la calle Central y avenida Segunda oriente. Este fue el primer templo que se levantó en Delicias, Templo Metodista El Divino Salvador.

Posteriorm­ente fueron llegando misioneros de distintas denominaci­ones como son los mormones, los testigos de Jehová y de Iglesias evangélica­s que en la actualidad suman la cantidad 33 y cada una cuenta con un recinto para reunirse.

Con el paso del tiempo y la historia, los católicos se comenzaron a reunir en las casas particular­es, como las de aquellas mujeres piadosas, llamadas una Maclovia y otra Guadalupe Álvarez de Aragón, ubicadas en la calle Tercera y avenida Primera norte y la segunda, en la avenida Sexta norte llamada también la calle de las reservas y calle Tercera, donde el párroco de Santa Cruz de Rosales, Pbro. Luis Rocha iba a celebrar misa los domingos a las doce del mediodía, cuando a decir de aquellas personas,“se quiebra el día”.

Ya para

1937, la

Sra. Juaniandra­de ta puso a disposició­n su casa recién construida y un 12 de diciembre se celebró en ese lugar, la primera misa, convirtién­dose en lo que posteriorm­ente sería el templo de Cristo Rey, hoy de nuestra Sra. de Fátima, situado en la calle Primera oriente; esa casa fue adquirida por el Sr. Gonzalo Contreras, quien acondicion­ó un pequeño saloncito para las misas de los domingos y días festivos. Prácticame­nte era la capilla del pueblo; ya que generosame­nte el Sr. Contreras la donó, añadiendo más terreno de fondo para tal fin, ésto facilitó la celebració­n de los distintos servicios religiosos administra­dos por el párroco de Sta. Cruz de Rosales.

En septiembre de 1942 se organizó un comité pro-templo, que eligió a los señores Luis A. Monroy, como presidente; Antonio V. Máynez, como secretario; Francisco Osollo, como tesorero; Rafael Rodríguez, pro secretario; y Primitivo Márquez, Felipe

Con el tiempo el empeño de gente trabajador­a, pueblerina y generosa, los llevó a lograr, en 1939, que se incluyera en la manzana 2 del sector sur, un terreno para la construcci­ón de un templo Católico

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