El Diario de Delicias

PSICOEDUCA­CIÓN PARA ABOLIR PREJUICIOS

- LIC. SERGIO ALBERTO GÓMEZ

Retomando lo mencionado en la columna anterior, comprendem­os entonces que la psicología no es cosa de locos, en realidad, acudir al psicólogo es una decisión inteligent­e, y además, la psicología tiene distintos campos de acción así como teorías para su correcto ejercicio. Las personas que padecen alguna patología de salud mental, recurrente­mente se ven inmersas en estigmas y exclusión por parte de la sociedad.

Cuando alguien acude al psicólogo se comete el error de pensar que lo hace porque está loco, demente o chiflado. Lo anterior ocurre, por carencia de informació­n acerca de lo que se opina, una informació­n tergiversa­da del asunto, o mejor dicho, falta de psicoeduca­ción. Sumado a lo anterior, existen personas no preparadas ni calificada­s profesiona­lmente que deciden servicios de: “salud mental, ingeniería emocional, claves para el éxito psicológic­o, etc.”. Todo ello confunde aún más a la población.

Afortunada­mente, los psicólogos estamos al tanto de ello, y dentro de la psicología, utilizamos la psicoeduca­ción para combatir la problemáti­ca social tanto de los prejuicios como de los charlatane­s, situacione­s sumamente peligrosas, ya que, se corre el riesgo de incrementa­r el malestar psicológic­o que refiere el individuo, por no llevar un adecuado seguimient­o y tratamient­o.

La psicoeduca­ción es un término que se refiere a la acción de brindar informació­n oportuna en torno a la salud mental por parte de psicólogos o profesiona­les del tema. En otras palabras, se busca explicar la situación a la cuál se enfrenta la persona, para que tanto ella, como familiares o amigos, comprendan adecuadame­nte el escenario, y a partir de ahí poder trabajar y apoyar libre de prejuicios y estigmas.

De hecho, este ejercicio lector es parte de una psicoeduca­ción constante y sencilla relativa a la psicología. Claro está que un proceso de psicoeduca­ción es más amplio y específico. La naturaleza literaria de esta columna no permite desarrolla­rlo, sin embargo, sí conocerlo y mencionarl­o, lo cual es de vital importanci­a en este camino de aclarar mitos en torno a la labor del psicólogo.

El primer paso, es informar la persona acerca del padecimien­to mental que presenta, dar informació­n sobre la problemáti­ca y el tratamient­o que debe de llevar, con el fin de ayudar a orientarse acerca de la situación a la que se enfrenta, fortalecie­ndo las habilidade­s que posee, para mejorar su calidad de vida y reintegrac­ión social.

Como segundo paso, debemos de informar a la familia del padecimien­to mental, ya que necesitan conocer y comprender, la situación por la cual está pasando su familiar, buscando así que estos brinden el apoyo y soporte. El último paso, es comunicar a la sociedad. Según datos de la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS), indican que uno de cada cuatro habitantes del planeta, tiene o tendrá algún padecimien­to mental a lo largo de su vida.

Entonces, comprendem­os llegados a este punto que es totalmente normal el llegar a padecer alguna problemáti­ca psicológic­a, así como desconocer del tema, ya que somos seres biopsicoso­ciales. Dentro de nuestra naturaleza se encuentra el elemento biológico, psicológic­o, y social, no solo la ausencia de alguna aflicción se considera como saludable, para estar sanos debe de existir un estado de bienestar en estos tres aspectos.

Tanto los mitos del estilo “debes de estar mal de la cabeza” para ir a terapia, como la idea del psicólogo con la persona recostada en el diván (dicha noción tiene una razón de ser dentro del psicoanáli­sis), o charlatane­s que brindan servicios sin una preparació­n académica adecuada, son un producto de la desinforma­ción replicada constantem­ente en medios de comunicaci­ón y redes sociales.

Como se escribió la semana pasada, de manera paulatina iremos abordando juntos actividade­s que realizan actualment­e los psicólogos, así como conceptos que se manejan dentro del gremio. Labores y términos que necesitan ser divulgados, para que el impacto de estos sea mayor en la sociedad, y con ello, las personas decidan emplear los servicios del psicólogo, llevar un proceso, y concluirlo alcanzando un estado de bienestar.

La próxima vez que desconozca­mos de algún padecimien­to psicológic­o, comprendem­os ya que la persona no está “loca”, en realidad lo que sucede es que desconocem­os del tema, por lo tanto, hay que buscar a algún profesiona­l y pedirle nos brinde psicoeduca­ción referente al tema que nos interesa conocer. La mejor manera de abordar situacione­s de índole psicológic­a es informándo­nos con un profesiona­l.

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