PSICOEDUCACIÓN PARA ABOLIR PREJUICIOS
Retomando lo mencionado en la columna anterior, comprendemos entonces que la psicología no es cosa de locos, en realidad, acudir al psicólogo es una decisión inteligente, y además, la psicología tiene distintos campos de acción así como teorías para su correcto ejercicio. Las personas que padecen alguna patología de salud mental, recurrentemente se ven inmersas en estigmas y exclusión por parte de la sociedad.
Cuando alguien acude al psicólogo se comete el error de pensar que lo hace porque está loco, demente o chiflado. Lo anterior ocurre, por carencia de información acerca de lo que se opina, una información tergiversada del asunto, o mejor dicho, falta de psicoeducación. Sumado a lo anterior, existen personas no preparadas ni calificadas profesionalmente que deciden servicios de: “salud mental, ingeniería emocional, claves para el éxito psicológico, etc.”. Todo ello confunde aún más a la población.
Afortunadamente, los psicólogos estamos al tanto de ello, y dentro de la psicología, utilizamos la psicoeducación para combatir la problemática social tanto de los prejuicios como de los charlatanes, situaciones sumamente peligrosas, ya que, se corre el riesgo de incrementar el malestar psicológico que refiere el individuo, por no llevar un adecuado seguimiento y tratamiento.
La psicoeducación es un término que se refiere a la acción de brindar información oportuna en torno a la salud mental por parte de psicólogos o profesionales del tema. En otras palabras, se busca explicar la situación a la cuál se enfrenta la persona, para que tanto ella, como familiares o amigos, comprendan adecuadamente el escenario, y a partir de ahí poder trabajar y apoyar libre de prejuicios y estigmas.
De hecho, este ejercicio lector es parte de una psicoeducación constante y sencilla relativa a la psicología. Claro está que un proceso de psicoeducación es más amplio y específico. La naturaleza literaria de esta columna no permite desarrollarlo, sin embargo, sí conocerlo y mencionarlo, lo cual es de vital importancia en este camino de aclarar mitos en torno a la labor del psicólogo.
El primer paso, es informar la persona acerca del padecimiento mental que presenta, dar información sobre la problemática y el tratamiento que debe de llevar, con el fin de ayudar a orientarse acerca de la situación a la que se enfrenta, fortaleciendo las habilidades que posee, para mejorar su calidad de vida y reintegración social.
Como segundo paso, debemos de informar a la familia del padecimiento mental, ya que necesitan conocer y comprender, la situación por la cual está pasando su familiar, buscando así que estos brinden el apoyo y soporte. El último paso, es comunicar a la sociedad. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), indican que uno de cada cuatro habitantes del planeta, tiene o tendrá algún padecimiento mental a lo largo de su vida.
Entonces, comprendemos llegados a este punto que es totalmente normal el llegar a padecer alguna problemática psicológica, así como desconocer del tema, ya que somos seres biopsicosociales. Dentro de nuestra naturaleza se encuentra el elemento biológico, psicológico, y social, no solo la ausencia de alguna aflicción se considera como saludable, para estar sanos debe de existir un estado de bienestar en estos tres aspectos.
Tanto los mitos del estilo “debes de estar mal de la cabeza” para ir a terapia, como la idea del psicólogo con la persona recostada en el diván (dicha noción tiene una razón de ser dentro del psicoanálisis), o charlatanes que brindan servicios sin una preparación académica adecuada, son un producto de la desinformación replicada constantemente en medios de comunicación y redes sociales.
Como se escribió la semana pasada, de manera paulatina iremos abordando juntos actividades que realizan actualmente los psicólogos, así como conceptos que se manejan dentro del gremio. Labores y términos que necesitan ser divulgados, para que el impacto de estos sea mayor en la sociedad, y con ello, las personas decidan emplear los servicios del psicólogo, llevar un proceso, y concluirlo alcanzando un estado de bienestar.
La próxima vez que desconozcamos de algún padecimiento psicológico, comprendemos ya que la persona no está “loca”, en realidad lo que sucede es que desconocemos del tema, por lo tanto, hay que buscar a algún profesional y pedirle nos brinde psicoeducación referente al tema que nos interesa conocer. La mejor manera de abordar situaciones de índole psicológica es informándonos con un profesional.