EL ZAPATERO CON MÁS AÑOS
Salvador Sifuentes realiza este oficio desde hace 66 años
Rafael Sifuentes Nájera , de zapatería La Bota, a sus 80 años de edad es el zapatero con más años en el oficio en Delicias, con 66, ya que empezó a los 14; señalando que viven una época difícil debido a la pandemia que les ha bajado considerablemente la actividad.
Y en la actualidad los trabajos más solicitados son las media suelas en
150 pesos.
El de zapatero es un oficio que se resiste a morir en Delicias, pese a que según el señor Sifuentes, “ya no son los tiempos de antes y tiene como cuatro o cinco años que está muy fregada la situación”.
Los locales de reparación de calzado, o zapaterías, se extinguen en Delicias, y en el caso de “La Bota”, del señor Rafael Sifuentes, cuenta que está en ese lugar, ubicado en avenida Del Parque y calle Primera norte, desde 1975, hace ya 46 años.
Recordó que antes tenía cuatro empleados y ahora solo lo acompaña su nieto, pues el trabajo ha escaseado y tiene costales de chanclas arrumbadas, ya que la gente no acude a recogerlas. “Unas las donamos, las regalamos o vendemos y en el peor de los casos van a la basura”, dijo el señor Sifuentes.
Mencionó que ahora solo están atendiendo el negocio él y su nieto. “Véame, aquí sigo sentado trabajando desde 1975, pero antes eran otros tiempos y ahora estamos viviendo una crisis y solo quedan unas cuatro o cinco y están la de Chinto Peña, la del mercado Morelos (zapatería Barraza), una que estaba por el Hotel
América y ahora está en el poniente y ésta”.
Reconoció: “Antes había muchas composturas, y ahora ya no. Ahora nos ha pegado también que la gente compra de segunda en los tianguis, a que han salido zapatos muy baratos chinos, desechables que la gente prefiere tirar a arreglarlos. Hay calzado también que está vulcanizado y ni por donde meterle mano”, dice con tristeza el señor Sifuentes.
Sentado frente a un banquito con herramientas, clavos, pegamentos, pinzas y demás artículos para su trabajo, muy de mandil, señaló el entrevistado que esta crisis es general y ya tiene como tres o cuatro años así de fregado. Ahora hacen trabajos de unas que otras tapitas, pegado de calzado, tacones, medias suelas y párele de contar.
“La bonanza se ha ido para no volver”… expresó con nostalgia don Rafael Sifuentes, un hombre que ha entregado prácticamente toda su vida a este noble trabajo, que cada vez tiende más a la desaparición como un sin fin de empleos que ya han pasado a mejor vida.