MÁS QUE CARNE Y HUESO
Conforme nos adentramos en la temática de la psicología, es necesario puntualizar ciertos conceptos y esclarecer algunos mitos. Esta disciplina actualmente se ve inmersa en el debate de clasificación, algunos la integran dentro del grupo de ciencias sociales, mientras que otros tantos en el grupo de ciencias de la salud.
Las nuevas generaciones de personas cada día reconocen más la importancia de encontrarse saludable a nivel psicológico. Por motivos socioculturales de nuestro país, hace algunas décadas no se les daba una real importancia a las emociones y sentimientos, y no porque no existieran, sino que se relegaban a un segundo plano, situación peligrosa, ya que, si no resolvemos nuestros conflictos de índole psicológica, estos se van apropiando de nosotros, reflejo de ello son los altos niveles actuales de ansiedad, depresión, y estrés.
Este avance de la psicología se ha debido a distintos factores. Uno de los más relevantes son el cómo percibimos a las personas. El siglo pasado, el modelo que prevalecía era el biomédico, modelo donde solo importaba el bienestar biológico de la persona, la temática psicológica solo era mencionada para excluirla, se creía que, mientras contáramos con bienestar a nivel físico, deberíamos por lo tanto estar saludables en su totalidad.
Dentro del modelo biomédico, se priorizaban las dolencias físicas, y el darle una solución a esos malestares. Aún hoy en día este modelo prevalece, tal vez no siempre se tenga consciencia de ello, no obstante, vemos tintes del mismo cuando en algunas ocasiones sentimos la atención sanitara “deshumanizada”, en relación a aquel personal médico que se atañe exclusivamente a resolver las problemáticas fisiológicas del individuo, pero deja de lado el factor psicológico.
No es que el anterior modelo sea negativo, solo que no termina de contemplar importantes aspectos en torno al ser humano. Para complementar dicho modelo, surge el modelo biopsicosocial, el cual nos habla de tres elementos claves en su perspectiva de las personas, a continuación las describiré brevemente.
Lo biológico, entendido como todo el conjunto de procesos fisiológicos que realizamos día a día, muchos de manera automática. Al leer este artículo estamos respirando, nuestro corazón bombea sangre por todo nuestro cuerpo, sin nuestro cerebro creando sinapsis no pudiéramos estar leyendo o comprendiendo esta columna. Estas y otras actividades son cruciales para poder mantenernos con vida, son parte de nuestra naturaleza animal.
Lo psicológico, reconociendo que el ser humano tiene procesos mentales que impactan tanto en su conducta como en su salud. Cada día se vuelve frecuente que las personas refieren malestar, acuden a realizarse estudios y estos no presentan anomalías. Lo anterior ocurre en una gran cantidad de ocasiones ya que solemos psicomatizar nuestras dolencias, las transformamos de lo mental a lo físico, por ejemplo, algo como el estrés, lo convertimos en: un dolor en la cabeza, en la espalda alta, o en el estómago.
Lo social, al ser seres sociables por naturaleza, nos vemos inmersos en una constante de relaciones interpersonales para desarrollar nuestra vida, por lo cual, es trascendental que dichas relaciones sean saludables, de no serlo, muy probablemente tenderán a generar situaciones negativas, y con ello se da pauta a padecimientos mayores a raíz de lo social.
El modelo biopsicosocial lo diseñó George Engel, y a este punto tal vez veamos muy lógico lo que postula, sin embargo, dicho modelo se creó alrededor de 1977. El modelo no llega ni a los 50 años, la perspectiva de la persona como un ser integral es sumamente reciente, por lo cual, es necesario hablar de estos temas para incluirlos en la cultura general de nuestra sociedad.
Si bien no es el único modelo que podemos emplear para formar una perspectiva del ser humano, es llamativo cómo este modelo se puede reflejar en la definición actual de salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cual nos dice: “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. La OMS nos menciona lo físico, mental, y social, elementos que vemos reflejados en lo biológico, lo psicológico, y lo social de este modelo propuesto por Engel.
Los seres humanos somos más que carne y hueso, contamos con una capacidad mental que nos permite crear cultura y nos dota de diversas características las cuales influyen de manera trascendental en nuestra salud. Reflexionar acerca de lo visto en esta columna, es un paso más para comprendernos adecuadamente como seres humanos.