MENSAJE SACERDOTAL
Queridos hermanos:
En este tiempo de Pascua la presencia de Jesús Resucitado nos debe ayudar a vivir una verdadera experiencia espiritual, a gozar de una nueva vida en todos los aspectos. A propósito de tener esta vivencia les comparto un relato de conversión que encontré en Catholic.net: Marino Restrepo nació en una pequeña ciudad de cultivadores de café ubicada en las montañas de los Andes de Colombia, en el seno de una familia de tradiciones católicas y fue educado con estos valores.
Es el sexto de una familia de diez hijos. A la edad de 14 años, se traslada a Bogotá, capital de Colombia, en donde termina su educación Secundaria. Antes de cumplir los veinte años de edad, contrae matrimonio en Bogotá y posteriormente radica en la ciudad de Hamburgo, Alemania, donde estudia artes y composición musical en la Universidad de Hamburgo.
Después de vivir durante seis años en esa ciudad, en la cual nacen sus dos hijos, viaja a los Estados Unidos para radicarse inicialmente en Nueva York y posteriormente en Los Ángeles, en donde se vincula con la industria del entretenimiento. En 1985 firma con Sony Music de Nueva York como artista exclusivo.
Produce muchos proyectos musicales e inicia numerosas giras de promoción, durante más de veinte años, Marino estuvo vinculado al medio artístico como actor, productor, escritor de libretos, compositor, etc.
Durante 33 años permaneció totalmente alejado del Señor, ya que desde los años 60, mientras vivió en Bogotá, durante su vida de adolescente, empezó a alejarse de su fe católica involucrándose con religiones y cultos paganos, y toda clase de supersticiones y psicología moderna.
La vida de Marino estaba centrada en el dinero, la fama y totalmente entregada al placer. De pronto su vida tuvo un cambio drástico debido a trascendentales acontecimientos que lo marcaron para siempre.
En la Navidad del año 1997, al entrar a la finca de uno de sus familiares a pasar la noche, fue sorprendido por un grupo de hombres guerrilleros de las FARC, quienes lo secuestraron junto con un sobrino suyo.
De esta manera se da inicio a una experiencia muy difícil que se prolonga por seis meses, hasta cuando Marino es liberado por gracia de Dios. Más adelante en medio de una visión en la que escucha primero la voz del Señor, es llevado a vivir el estado del infierno, el purgatorio y contempla la gloria de Dios desde un lago que equivalía al estado purgatorial.
Desde entonces, Marino cambió totalmente su vida, se la entregó al Señor y ahora se dedica, como misionero, al servicio del Señor y de la Iglesia Católica, a propagar la palabra de Dios y su experiencia por todo el mundo.
Entre tanto ha fundado una misión desde la Arquidiócesis de Bogotá, Colombia bajo el nombre de FPA Fundación Peregrinos del Amor, aprobada en dicha Arquidiócesis en Junio de 2011. Marino ha recorrido en el curso de 13 años más de 101 países en los cinco continentes. Ésta es una crónica de nuestros días. Después de reconocer la presencia del Señor aún en momentos muy difíciles nos toca a nosotros no desanimarnos ni en los momentos más pesados.
Dios con nosotros.
P. Javier