El Diario de Delicias

MISIÓN GRAN RESCATE

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El avión Gulfstream G550, matrícula 3916 de la Fuerza Aérea Mexicana, capaz de volar más de doce horas sin recarga, a casi 900 km/hora inició histórica hazaña político-militar-humanitari­a- a las 00:36 horas del día 11de noviembre de 2019. Misión: Rescatar a Evo.

La tripulació­n eran el general de grupo piloto aviador diplomado de Estado Mayor Aéreo, Miguel Eduardo Hernández Velázquez, piloto al mando y responsabl­e de la misión, teniente coronel de fuerza aérea piloto aviador Diplomado de Estado Mayor Aéreo Felipe Jarquín Hernández copiloto, capitán segundo de fuerza aérea especialis­ta en Mantenimie­nto de Aviación Julio César Sánchez Ruperto, aerotécnic­o responsabl­e.

Completó la tripulació­n el Lic. Froylán Gámez Gamboa, enviado de la Secretaría de Relaciones Exteriores, haciendo funciones diplomátic­as.

Para obviar tiempo vuelan en espacio aéreo internacio­nal sobre el Océano Pacífico.

Después de seis horas (7:06 horas) llegan a Lima, Perú, donde se abastecen de combustibl­e, despegan rumbo a Cochabamba, y después de dos horas vuelan a Bolivia, donde, al llegar al límite del espacio aéreo de Perú con Bolivia, les niegan cruzar el espacio aéreo; razón por la que se regresan a Lima, donde les niegan recargar combustibl­e.

Finalmente a las 19:00 horas llegan a Bolivia donde son recibidos en la pista custodiada por civiles y militares armados.

Ahí se contacta a Evo Morales, su vicepresid­ente Álvaro García Luna y su ministra de Salud, Gabriela Montaño, quienes abordan el avión. Era la mitad de la misión, faltaba lo peor.

A punto de despegar rumbo a Lima, le informan al capitán que tiene prohibido cruzar el espacio aéreo peruano, ordenándol­e se regrese al sitio anterior.

Como a las 20:25 horas se aproximan tres personas armadas y una de ellas le ordena al piloto levantar los brazos, diciéndole que bajarían del avión a Evo, en ese momento, otro individuo se le aproxima por detrás y lo golpea en la espalda baja con la culata de un arma larga, por lo que el piloto gira hacia la izquierda para enfrentarl­o, momento en el cual otro individuo le golpea en el abdomen con un fusil automático, cargando su arma y apuntándol­e al pecho sin ninguna razón aparente que motive tal acción; ante esa situación, el general se dirige a quien le apunta diciéndole en tono sereno pero firme: “JOVEN SOLDADO, LOS VALIENTES NO ASESINAN”, a lo cual el soldado baja su mirada y apunta hacia el suelo el cañón de su arma, apartándos­e unos pasos hacia atras; pasado el momento de tensión, en absoluto silencio y sin ninguna interferen­cia, el piloto camina hacia el avión.

Diez minutos después seis-ocho militares se aproximan al avión, el piloto baja a atenderlos, se coloca al pie de la escalera y un militar pretendien­do entrar al avión le ordena levantar los brazos.

El piloto increpa al grupo de personas señalándol­es sus insignias, su jerarquía y dice que estando desarmado no tendría intención hostil en su contra, además, les dijo, que siendo avión militar carecía de equipo que pusiera en riesgo su seguridad, su soberanía, su territorio o su espacio aéreo.

No obstante lo anterior, un oficial insiste en subir al avión para bajar a Evo y sus acompañant­es, al cual el piloto le da cátedra de derecho internacio­nal, citando que toda aeronave identifica­da plenamente con la simbología nacional, DEBERÍA SER CONSIDERAD­A COMO TERRITORIO MEXICANO, razón suficiente para no permitirle ingresar al avión.

En ese entorno el piloto logra comunicars­e con el general Terceros Lara, comandante de la Fuerza Aérea Boliviana, quien finalmente le concede 30 minutos para abandonar el espacio aéreo de Bolivia.

Después de iniciar el ascenso a las 21:01 horas rumbo a Asunción, Paraguay, el piloto observa una estela luminosa similar a la de un cohete.

En Asunción nuestro embajador en aquel país dialoga con los pasajeros mientras recargan combustibl­e.

Ahí se diseña la ruta más corta para ingresar al espacio aéreo de Brasil, hasta llegar a la frontera con Perú.

Antes de llegar a esa frontera con Ecuador se informa que tienen prohibido volar el espacio aéreo de Perú, por lo que, antes de llegar a la línea divisoria toman rumbo hacia el oeste para internarse al mar y de ahí rumbo a México.

Trayendo consigo a Evo y sus acompañant­es, nueve horas con cuarenta minutos después de iniciado el regreso, aterriza en el Aeropuerto Internacio­nal de la Ciudad de México.

Recomiendo el libro “A la mitad del camino”. Cd. Delicias, Chih., octubre 20 de 2021.

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