La novia de Santa Eulalia

Además de la historia del curro de Santa Eulalia, el lugar tiene también la leyenda de una novia que no logró llegar al altar por voluntad del destino, hay dos versiones de esta historia, una de ellas es que vivía ya con su pareja y decidieron casarse, la otra es que era hija de familia y fue pedida en matrimonio.

De cualquier forma estaba preparando todo para su boda, el amor había tocado a su puerta e ilusionada se disponía a dar el sí en el altar, se dice que cuando llegó la ansiada fecha, al ir camino a la iglesia, un hombre de aspecto fiero pistola en mano se robó a la dama.

Nadie intervino en favor de la mujer, el personaje que cometió la infamia al parecer no se tentaba el corazón para matar a quien tratara de impedir su voluntad.

Pueblo minero al fin, Santa Eulalia tiene muchas cuevas y a una de ellas el individuo aquel se llevó a la muchacha y ahí la tenía viviendo, si a eso se le llama vivir, imagine usted las incomodidades de un viejo tiro de mina.

Un día la pareja desapareció, no se volvió a saber de aquel hombre y mucho menos de la mujer, que fue obligada a estar con él, y nadie intentó rescatarla por temor a semejante personaje, eran tiempos de la

Revolución Mexicana.

A partir de ahí surge la leyenda, hay noches, dicen algunos vecinos, que se ve a una dama vestida de novia que deambula por el área llorando por el triste destino que le tocó en suerte, y se pasea por las abandonadas minas.

Se cree que el despiadado sujeto terminó con la vida de la joven, la ocultó en alguno de los socavones y se fue del lugar para nunca más volver; tal vez ella nunca le demostró amor, lo que probablemente desesperó al hombre y quiso mejor deshacerse de ella.

La leyenda ahí está, lo que dice la gente puede ser o no cierto, pero cuando el río suena...

¿Pasearía usted por ahí?, y de verla ¿la consolaría?