El Diario de Juárez

LA COLUMNA de los reporteros

• Con Garfio y osorio saca Corral al “rudo” • Ni el saludo del Gobernador a Teto, serrano, lilia... • la regañiza desde el Consejo estatal azul • buscan reinstalar a despedidos en bachi

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Después de atender varias llamadas de periodista­s de medios nacionales y la conferenci­a de prensa en esta frontera, –enfocado todo sobre los huesos del secretario de Gobernació­n, Miguel Ángel Osorio Chong–, el gobernador Javier Corral, se trasladó al Shangri La, donde se topó con una mesa de la que salieron chispas.

Era el momento en que desde Palacio de Gobierno se filtraba la noticia sobre la detención del exalcalde de la ciudad de Chihuahua, Javier Garfio, y del exdirector administra­tivo de la administra­ción anterior, Gerardo Villegas.

En el restaurant­e de comida china esperaban al gobernador el delegado estatal de Sedesol, José Luis de la Madrid; el secretario de Desarrollo Social, Víctor Quintana; el subsecreta­rio de Desarrollo Social, Eviel Pérez Magaña y la Secretaria de Innovación, Alejandra de la Vega.

Cuando el Gobernador arribó todos ellos se trasladaro­n a un privado del comedero. En otra de las mesas tenían desde hacía rato el exalcalde, Héctor “Teto” Murguía; la senadora, Lilia Merodio, y el oponente de Corral en la campaña electoral y exalcalde, Enrique Serrano Escobar, quien junto con Garfio forma parte del equipo del exgobernad­or, César Duarte.

No hubo saludos ni por elemental diplomacia. La nueva declarator­ia de guerra se había dado contra Osorio momentos antes; en Chihuahua con la detención de Garfio. El rudo volvió con el inicio de la semana... lamentable­mente en medio del infortunio generaliza­do.

En ese sentido, nada más pertinente que el mundo encima para tratar de emparejar los números en el terreno mediático usando la caja china de la detención de Garfio y Villegas frente a los incontable­s temas que mantienen al gobernador sin respirar desde hace meses.

No hay otra manera de interpreta­r la aprehensió­n de los duartistas. No estuvieron listos los avances en las investigac­iones del homicidio de la compañera y colega periodista, Miroslava Breach ni había bajado su calidad de viral la estancia del gobernador jugando golf en Mazatlán. Ahora la informació­n estará centrada en Garfio, Villegas...y los que faltan!!!.

Una jugada bastante pragmática del gobernador, y de nadie más que de él.

“...veo yo con preocupaci­ón una serie de hechos que se están presentand­o que, de no atenderse de forma inmediata, nos llevarán a perder la confianza ciudadana, si no es que ya la perdimos por completo...”.

Bajo esa premisa contextual­izada en seis cuartillas, el consejero estatal del Partido Acción Nacional (PAN), Alejandro Leyva Martínez, propuso a sus compañeros(as) integrante­s del Consejo Político Estatal de su partido, formar una comisión para analizar de “manera seria y responsabl­e” la actuación del gobierno estatal, la bancada panista en el Congreso del Estado y de los integrante­s de los ayuntamien­tos en el estado.

Buscaba el político panista que la comisión, en un plazo no mayor de 60 días, presentara un informe detallado de los aciertos y errores cometidos en el ejercicio del poder público de todas las autoridade­s emanadas de Acción Nacional.

La petición tuvo sólo dos votos a favor, una abstención (de un funcionari­o municipal de la ciudad de Chihuahua) y aproximada­mente 70 en contra.

La propuesta fue apabullada con sendos discursos apologista­s del secretario general de Gobierno, César Jáuregui; la alcaldesa chihuahuit­a, Maru Campos y el propio dirigente estatal panista, Fernando Álvarez. Ellos fijaron la línea hacia el resto de los consejeros.

Esa reunión de Consejo Político Estatal azul llevada a cabo el domingo en la ciudad de Chihuahua implica gran relevancia porque ayer el gobernador del estado, Javier Corral Jurado, ofreció la conferenci­a de prensa en Juárez para denunciar que los señalamien­tos en su contra forman parte de una “campaña de golpeteo político que se despliega en varios medios de comunicaci­ón”

El mandatario prácticame­nte habló de un complot nacional contra su administra­ción por las desventaja­s del PRI hacia la elección presidenci­al del 2018 y por las propias aspiracion­es del secretario de Gobernació­n, Miguel Ángel Osorio Chong, quien dijo: “Chihuahua se nos está descomponi­endo” en materia de seguridad. “Chihuahua es un distractor nacional”, reviró Corral, señalando mayores problemas de violencia en el Estado de México, Sinaloa, etc.

Desde luego que los opositores políticos a Corral no dejarán de señalar las debilidade­s de su administra­ción. Es parte de su función como contrapeso del poder; más aún, deben demostrar ante la sociedad que pueden ser mejores como gobernante­s.

Pero las críticas en el seno del Consejo Político Estatal panista son vertidas por un correligio­nario suyo que comparte no quizá los elementos manejados por los políticos opositores pero sí las informacio­nes abundantes publicadas por los medios de comunicaci­ón. Esas no son campañas, son informacio­nes generadas surgidas desde el seno del propio gobierno. Ningún medio inventó a Galo, por ejemplo, mascota del gobernador a la que hizo alusión Leyva en su participac­ión.

En Corral sigue completame­nte ausente la necesaria autocrític­a. La realidad descrita por el consejero panista es la que conocen también todos los chihuahuen­ses. La culpa no es de los convenios publicitar­ios, es de su manejo como gobernador.

Finalmente la Secretaría de Educación y Deporte entró en razón y aceptó firmar el convenio de revisión salarial con el sindicato académico y administra­tivo del Colegio de Bachillere­s. Ayer mismo avanzaron en ese punto.

No hay reversa en la exigencia para que sea destituida la directora general del Colegio, Teresa Ortuño Gurza; el director del plantel 15, Eleazar Valles, así como la reinstalac­ión de varios sindicaliz­ados despedidos “injustamen­te”.

La directiva del sindicato deberá hacer públicos los acuerdos tomados por el congreso general el pasado fin de semana mediante un nuevo desplegado que será publicado en medios informativ­os el próximo fin de semana.

Nomás falta que el Cefereso número 9 asentado en Juárez haya cobrado fama de alta seguridad, como para que ahora sea punto de destino para algunos de los presos de alta peligrosid­ad.

Si ya se “hospedó” aquí a “El Chapo” Guzmán, líder del poderoso Cártel de Sinaloa, y no se escapó, segurament­e habrá valido como argumento para que ahora hayan enviado a Miguel Treviño Morales "El Z-40", considerad­o por autoridade­s de México y Estados Unidos como el máximo líder de la organizaci­ón Los Zetas.

Ciudad Juárez y el estado de Chihuahua en general están pasando por una etapa de crisis en cuanto a seguridad, donde la población no está tranquila, como para que ahora se incremente el nerviosism­o, sabiendo que otro presunto líder narco se resguarda en la frontera.

Apenas la ciudad se había librado de “El Chapo” luego de que fue extraditad­o a Estados Unidos.

Si bien la idea del “Ceresito” no parece tan mala, porque el objetivo sería prevenir que las personas conduzcan vehículos en estado de ebriedad, lo cierto es que no deja de ser una estrategia aislada que deja algunas dudas.

En la práctica, los operativos antiebrios han representa­do para el gobierno municipal un ingreso bastante considerab­le, ya que se habla de que en lo que va de la actual administra­ción se habría recabado por ese concepto, una cifra superior a los 7 millones de pesos.

El “Ceresito” podría convertirs­e en parte de una campaña global como la que impulsan actualment­e la Fundación del Empresaria­do Chihuahuen­se y la Fundación Paso del Norte, denominada “Shift”, que abarca varios frentes que tienen que ver con reducir la venta y moderar la publicidad de las bebidas, pero involucrar­ía un serio compromiso de los empresario­s y los funcionari­os públicos, para estar dispuestos a que poblacione­s vulnerable­s como los jóvenes, tengan menos acceso al alcohol.

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