Gobierno “ad hominem”
El Gobernador Javier Corral ha dicho en innumerables ocasiones que él es un demócrata, y que acepta la crítica. Sin embargo, ante la opinión o crítica de cualquier ciudadano o medio de comunicación, él o sus defensores replican siempre con un argumento “ad hominem”.
El argumento “ad hominem” es aquel que se esgrime para defender o atacar, no el fondo o la base del asunto, sino a la persona que lo profiere. En pocas palabras, se busca atacar al mensajero, no al mensaje. Se trata de señalar a las personas, no a las ideas. El nuevo amanecer es experto en el manejo de esta estrategia.
Por virtud de todos los sofismas que Javier Corral estuvo vendiendo cuando fue candidato, y por todas las luchas contra molinos de viento que emprendió, parece que no hay en Chihuahua (o en el país) una sola persona que pueda criticarle algo a Corral, pues siempre encontrará un “pero” para hacer valer menos la opinión del crítico.
Así por ejemplo, cuando se dio el primer desliz de este gobierno (precisamente el día de la toma de protesta) cuando Pablo Cuarón, Secretario de Educación, nos habló desde el fondo de su corazón y dijo que lo que Corral había prometido respecto a la educación gratuita eran “promesas del corazón”, evidentemente desató la molestia y burlas de muchos ciudadanos. La reacción oficial fue criticar a todos aquellos que criticaran, y preguntar por qué no le habían exigido lo mismo al gobierno anterior. Es decir, en ningún momento el nuevo amanecer corrigió la plana a Cuarón, o aclaró el entuerto; simplemente se dedicó a criticar a quienes habían criticado. El desdecirse de una promesa de campaña parecía algo normal al gobierno de Corral.
Los medios de comunicación no han quedado exentos de los señalamientos del gobierno estatal. Para empezar, Corral dividió a los medios en dos: en los buenos y en los malos. Los buenos son los que no señalan nada, y como profetas “anuncian y denuncian SU verdad”; y por otro lado los malos, los que señalan las corruptelas del gobierno.
Ante cualquier señalamiento o crítica por parte de los mismos, la respuesta es siempre la misma: son medios vendidos que están molestos porque no han querido firmar convenios de publicidad. A los defensores de Corral les parece poco, por ejemplo, que la violencia en el Estado esté fuera de control; que las ejecuciones se hayan incrementado en los últimos meses; que se asesine a una periodista en la entrada de su vivienda. Ante todos estos hechos innegables de violencia, la responsabilidad la quieren hacer recaer en los medios de comunicación, no en la incapacidad del gobierno de Chihuahua para enfrentar los retos que deben enfrentar.
En diciembre pasado, cuando se evidenció la inhabilitación para ejercer cargos públicos del Fiscal Peniche y la Contralora Olmos, dos de sus funcionarios más cercanos, también hubo reacciones ridículas.
Primeramente, a partir de hacerse pública la inhabilitación de ambos, Olmos cortó de tajo su protagonismo desmedido, y se fue a su escondite de donde todavía no ha salido. Hasta aquí todo normal. Lo grave del asunto, son las ridículas declaraciones que da Fernando Álvarez Monje, Presidente Estatal del PAN, en donde dice que esa información fue filtrada a los medios por priistas que todavía trabajan en la administración estatal, y que por ello deben ser despedidos del gobierno estatal. ¿Entonces también quiere matar al mensajero? ¿Quién cometió la falta, los funcionarios inhabilitados que ejercen cargos públicos o la persona que lo dice? ¿No es esto una especie de mordaza? Es absolutamente ridículo, pues parece que para Fernando Álvarez es más grave que una persona señale sus corruptelas, a que un funcionario incurra en ellas. Ese es el actuar faccioso y sectario, no nada más de Álvarez Monje, sino de todo el Nuevo Amanecer.
El fin de semana pasado, uno de los más violentos desde el inicio de su gobierno, Corral se fue a Mazatlán a jugar golf. Un medio de comunicación nacional publicó fotografías señalando la crisis de seguridad en la entidad y al gobernador jugando golf. Obviamente dicho medio fue señalado como un medio “malaleche” por ello. Corral no asumió la responsabilidad de la crisis en Chihuahua (Corral no asume responsabilidades) y señaló al medio. Entiendo que el gobernador debe tener ratos de esparcimiento.
No es un robot, y tiene derecho al descanso. Sin embargo la crisis de seguridad pública que enfrenta Chihuahua demanda del gobernador primero cumplir con sus deberes constitucionales.