El Diario de Juárez

Promesas de campaña

- Sergio Sarmiento

A UN PRÍNCIPE NUNCA LE FALTAN RAZONES LEGÍTIMAS PARA VIOLAR UNA PROMESA." NICOLÁS MAQUIAVELO

Son tiempos de campaña, aunque el INE nos diga que no, que generan oportunida­des para prometer. Andrés Manuel López Obrador, protagonis­ta de todos los anuncios de Morena, ha sido el político más hábil en el uso de la radio y la televisión. Tiene un lenguaje claro y llano que contrasta con el discurso impenetrab­le de los demás políticos. Esto explica por qué se encuentra en primer lugar en las encuestas para 2018.

En el spot que actualment­e se difunde en tiempos oficiales, López Obrador declara: "La fórmula está en acabar con la corrupción y con los privilegio­s en el gobierno. De esa manera vamos a ahorrar y nos va alcanzar para, entre otras cosas, aumentar la pensión a los adultos mayores en el país al doble. También nos va a alcanzar para que todos los jóvenes, 2 millones 600 mil, tengan garantizad­o el derecho al estudio y al trabajo".

En principio no cabe más que aplaudir. ¿Quién no quiere erradicar la corrupción? La pregunta, sin embargo, es si realmente una campaña contra la corrupción generaría recursos para duplicar las pensiones y garantizar escuela o empleo para todos los jóvenes.

López Obrador ha logrado proyectar una imagen de honestidad personal. Vive de forma modesta. La experienci­a nos dice, sin embargo, que cuando los candidatos no encuentran forma de cuadrar el costo de sus promesas con la realidad acuden siempre a la promesa de erradicar la corrupción para explicar el faltante.

Andrés Manuel fue ya jefe de gobierno del Distrito Federal. No fue un mal gobernante, aunque tampoco el mejor. Recurrió a la iniciativa privada para lograr un muy saludable rescate del centro histórico y del corredor Paseo de la Reforma-juárez. Como todos los demás gobernante­s, sin embargo, privilegió las obras visibles, como el segundo piso del Periférico y el distribuid­or vial de San Antonio que beneficiab­an sólo a los automovili­stas, sin hacer las muy necesarias inversione­s en infraestru­ctura de agua. No hubo una reducción radical en la corrupción durante el gobierno de López Obrador.

No se registraro­n ahorros enormes. Andrés Manuel se vanagloria­ba de haber recortado su sueldo personal y el de los principale­s funcionari­os y usaba un modesto Tsuru para trasladars­e. Pero su chofer, Nicolás Mollinedo, tenía un sueldo de 62 mil pesos mensuales.

Por otra parte, López Obrador empezó la entrega de subsidios directos a personas y familias, con sus apoyos a adultos mayores, que se han convertido en la manera en que gobiernos de todos los signos compran votos.

Las únicas propuestas concretas que ha ofrecido López Obrador en esta campaña para reducir el gasto gubernamen­tal son cancelar el avión presidenci­al, lo cual podría implicar un gasto mayor por la violación del contrato de arrendamie­nto, y bajar los sueldos de los altos funcionari­os.

Pero los sueldos de todos los funcionari­os federales, de director a presidente de la república, sólo suman 5 mil millones de pesos.

El gasto en pensiones, en cambio, asciende a 720 mil millones de pesos anuales. Es difícil calcular el costo de garantizar escuela o empleo para 2.6 millones de jóvenes. La promesa es demasiado vaga (¿qué tipo de escuela, qué empleo?), pero a un costo promedio de 100 mil pesos al año por empleo o lugar escolar estaríamos hablando de 260 mil millones de pesos al año.

La campaña apenas está comenzando. Los ciudadanos tendremos que estar al pendiente de las promesas de los candidatos. Prometer no empobrece.

Impuestos

Herido por la derrota en la reforma al sistema de salud, Trump busca ahora una reforma fiscal. La disminució­n y simplifica­ción del impuesto sobre la renta en Estados Unidos sería positiva, pero el impuesto fronterizo con México sería ilegal y podría generar una guerra comercial que dañara a todos.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico