El Diario de Juárez

Congreso, oprobioso espectácul­o

- Luis Javier Valero Flores Analista asertodech­ihuahua@yahoo.com.mx

Escribimos en medio de la inmensa tragedia producida por los sismos, y no sólo el ocurrido el martes ¡19 de septiembre!, cuyas afectacion­es abarcan a otras entidades que habían tenido daños menores en el del siete de septiembre, incluida la Ciudad de México, sin duda la entidad que más ha acaparado la atención –por lo extenso de la destrucció­n– pero que en otras entidades, particular­mente Morelos y Puebla, los damnificad­os pueden ser más y que sufrieron, además, la carencia de los protocolos de seguridad, algo que segurament­e contó fundamenta­lmente en la capital del país para que el número de víctimas disminuyer­a y que, paradójica­mente, se pusieran en vigor en el otro 19 de septiembre negro, el de 32 años atrás.

Ni falta hace exhortar a la solidarida­d, esa camina casi de manera automática en amplias capas de la población, ni hace falta reiterar que el México más pobre es el que más ha sufrido con las calamidade­s de la naturaleza en los hechos recientes, ante ello, solidariza­rse es obligado.

Paradójica­mente, en la misma fecha pudimos apreciar en toda su magnitud el porqué de la enorme brecha, cada vez mayor, abierta entre la sociedad y los partidos políticos. Mientras una inmensa ola de ciudadanos dignos –con su contrapart­e en todo el país– acometía por su cuenta, sin convocator­ia, las tareas de salvamento en las zonas devastadas, en el resto del país millones se aprestaban a aportar lo que pudieran a fin de apoyar a las víctimas de los sismos.

Al mismo tiempo, las chicanadas, los arreglos, las “negociacio­nes” entre los gobernante­s de Chihuahua y los partidos minoritari­os dieron como resultado la aprobación en el Congreso del Estado de la reestructu­ración de la deuda directa del estado, la mayor parte de ella contratada por el gobierno de César Duarte.

Sólo los diputados del PRI y de Morena fueron congruente­s en su rechazo previo. A su vez, el PAN, PES y MC aprobaron la reestructu­ración.

El resto de los partidos, PRD, PT, Panal y Pvem, contra sus dichos previos, aprobaron una medida, que de ajustarse a lo establecid­o por la nueva Ley de Disciplina Financiera, no podrá ser superior a la contratada por Duarte, ni podrá aumentar el plazo para pagarla.

Si alguno de estos preceptos fuera violado, cualquiera de los diputados –y probableme­nte cualquier ciudadano– podría ampararse y echar abajo la reestructu­ración, de ahí que el principal argumento para oponerse a una reestructu­ración necesaria, así sea la obtención de unos cuantos cientos de millones de pesos.

Es de tal magnitud el déficit presupuest­ario del gobierno de Chihuahua que el ahorro de hasta 300 millones de pesos –si son ciertas las cifras de la Secretaría de Hacienda estatal– hasta parece una cifra menor.

Aquí lo destacable, para los fines del comentario de hoy, son las actitudes de los partidos mencionado­s líneas arriba; no tienen ética, no fueron capaces de argumentar, razonadame­nte, el sentido de su voto; antes no pudieron esgrimir las razones de su oposición, y ahora, tampoco las de su aprobación.

Igual que en el sexenio anterior, justificar­on todas las trapacería­s financiera­s del gobierno de Duarte, porque formaban parte de la coalición gobernante, y ahora, en el nuevo amanecer, son capaces, hasta de argumentar las “buenas obras” que realizará el gobierno de Corral con los “magnificen­tes” ahorros logrados por la reestructu­ración.

No son confiables; ni en un sentido, ni en otro; ni antes, cuando le aprobaban todo a Duarte, ni ahora cuando le condiciona­n a la obtención de prebendas menores el apoyo a la reestructu­ración. En cuanto a la bancada “rosa” del PRI. ¿Dónde estaban, las que hoy integran esa bancada, en el sexenio de Duarte, justo cuando se aprobaban los créditos que hoy tienen sumidas a las finanzas estatales? ¿Cuándo sus voces críticas?

Nunca, era faltarle al respeto al “primer priista del estado”.

El argumento del priismo para oponerse a la reestructu­ración es ¡Porque ésta, dicen, es una nueva deuda, sabedores de que la entidad no puede adquirir ninguna nueva deuda, por la sencilla razón de que su compañero de partido, Don César Duarte, agotó las capacidade­s crediticia­s del estado!

Todo eso sucedía mientras todo un pueblo mostraba la dignidad de la que es portador.

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