Caen migrantes en trampas de agua
Ante bloqueo a peticiones de asilo, indocumentados se exponen a morir ahogados al cruzar por río y canales
El Paso— Abrumados en su intento por encontrar refugio de la violencia en sus países natales, cada vez más inmigrantes –en su mayoría centroamericanos– exponen sus vidas para cruzar a Estados Unidos a través del Río Grande o de los canales de irrigación en el Valle Bajo.
La semana pasada, oficiales de la Patrulla Fronteriza rescataron a cuatro inmigrantes de morir ahogados, por lo que advierten a los migrantes del peligro mortal que representa caer en “trampas de agua”.
Durante el año fiscal 2017, el Sector El Paso de la Border Patrol cuantificó ocho muertes de indocumentados en los canales. En lo que va del 2018 suman 25 rescates.
El Paso— Para defensores de los derechos humanos, este incremento no sólo es una estadística: es consecuencia de la militarización de la frontera y el endurecimiento de los requerimientos para otorgar asilo político –bajo la política de “cero tolerancia” de Trump– que bloquea a los solicitantes a medio puente.
“Hay gente que está intentando obtener asilo o una visa de trabajo, pero los están rechazando y no les queda más opción que cruzar por lugares muy aislados donde nadie les puede ayudar si algo pasa”, dijo Fernando García, director de la Red Fronteriza de Derechos Humanos (BNHR).
Error mortal
La Border Patrol (BP) asegura que el error de muchos migrantes es creer que el agua se ve tranquila, o confían en que saben nadar y piensan que eso es suficiente para poder cruzar a territorio estadounidense, sin pensar en la velocidad de la corriente bajo el agua.
“La gente piensa que estaba bajito o que sólo es nadar de lado a lado y ya, pero no saben que la corriente del agua es de unas 40 millas (64 kilómetros) por hora y ni el mejor nadador podría sobrevivir al ser arrastrado por la corriente”, explicó Denisse Licón, vocera de BP.
Dijo que los canales de irrigación en el Valle Bajo de El Paso miden unos 50 pies (15.24 metros) de ancho y 12 pies (3.66 metros) de profundidad, y de acuerdo con expertos, por la inclinación que tienen las paredes de concreto y la velocidad del agua es difícil que alguien pueda sujetarse para poder salir.
Dylan Corbett, director del Instituto Fronterizo Esperanza (HOPE), comentó que aunque se pudieron salvar las vidas de estas cuatro personas, la militarización de la frontera está provocando que los migrantes en su desesperación estén dispuestos a arriesgar sus vidas.
“Esto está pasando en toda la frontera y es consecuencia de la militarización, porque empuja a la gente a intentar cruzar por lugares más peligrosos”, dijo.
Por su parte, Licón pidió a los migrantes pensarlo dos veces antes de tratar cruzar por el canal o el desierto, ya que asegura que no vale la pena ponerse en riesgo.
“Mucha gente tiene el sueño americano, como le dicen, pero en verdad no la pena arriesgar la vida por algo que a lo mejor nunca va a pasar”, enfatizó.
En el año fiscal 2017 fallecieron nueve migrantes que intentaron cruzar la frontera, ocho por el canal y uno más por el desierto.
Licón destacó que en lo que va de este año fiscal se han registrado 25 rescates, pero no ha habido muertes.
“Gracias a la capacitación de los agentes se han podido salvar muchas vidas, pero no siempre es así. Por eso hacemos la recomendación de que no se arriesguen”, reiteró la vocera.
Fernando García, de la Red Fronteriza, dice no tener duda de que los migrantes que se están quedando varados en Ciudad Juárez porque su petición de asilo fue rechazada, ya están cruzando por el canal o las zonas desérticas.