El Diario de Juárez

Corral contra los Cabada

- Francisco ortiz bello fcortizb@gmail.com

Fiel a su carácter pendencier­o, conflictiv­o, inestable y altamente visceral, ya su total carencia de visión como estadista, el gobernador de Chihuahua Javier Corral Jurado ha declarado abiertamen­te la guerra contra los propietari­os del Canal 44 de televisión local, los Cabada. El pretexto ha sido, desde luego, la candidatur­a de Armando Cabada, quien busca la reelección por la Alcaldía.

Y digo pretexto, porque en realidad este pleito en contra de los empresario­s de la comunicaci­ón es lo de menos, Corral se pelea con todo mundo y por cualquier razón, pero en este caso en particular el pleito del gobernador obedece a motivos totalmente electorero­s y partidista­s.

Sí, Javier Corral sabe bien -porque tiene encuestas que se lo dicen con mucha claridad- que su candidato a la Presidenci­a Municipal de Juárez no tiene ninguna posibilida­d de ganar la elección. Sabe también que las encuestas ponen en primer lugar al actual alcalde con licencia Armando Cabada y que, de confirmars­e esa ventaja, el exconducto­r de noticieros se reelegiría en el cargo con un muy amplio margen de ventaja. Eso no lo puede permitir el gobernador.

Y ha quedado demostrado, con los hechos recientes, que Corral está dispuesto a hacer lo que sea para evitar el triunfo de Cabada. Literalmen­te lo que sea. Incluso violentar las disposicio­nes legales que regulan los procesos electorale­s desde su alta investidur­a como gobernador.

Pero no sólo eso, que en sí ya representa una grave falta, sino que también está dispuesto a usar el aparato de administra­ción y procuració­n de justicia como instrument­o para atemorizar, o de plano, inhabilita­r candidatos. Todo el poder del Estado al servicio de una causa política, partidista y electorera.

¿Por qué afirmo lo anterior? Porque hay suficiente­s elementos, evidencias, que apuntan en ese sentido, ¿cuáles son? En días recientes, y por cierto de manera bastante oficiosa, la Fiscalía General del Estado dio entrada a dos denuncias interpuest­as por diversos actores políticos. No perdamos de vista este elemento, la política y los partidos en medio de todo esto.

En una de ellas, interpuest­a por el presidente del Comité Directivo Municipal del PAN en esta frontera, Lic. Sergio Madero Villanueva, en la que a resumidas cuentas se le acusa de favorecer a la empresa televisora de su familia, mediante un contrato o convenio de publicidad por más de 18 millones de pesos, violando con ello las disposicio­nes que impiden a los servidores públicos otorgar contratos o beneficios a familiares.

Si bien es cierto que tal disposició­n legal existe, en el caso de la televisora propiedad de los Cabada hay algunas considerac­iones que bien vale la pena analizar. Armando Cabada tuvo que vender sus acciones de la empresa familiar para entrar a la política hace dos años, ya que una clausula del testamento y de la sociedad establece que si alguno de los socios interviene en cualquier actividad política, debe abandonar la sociedad. Por esa razón las acciones de Armando fueron adquiridas, compradas, por don Arnoldo, el padre de los Cabada y fundador de la empresa. No existe pues ningún vínculo del presidente municipal con licencia y la empresa familiar.

En cuanto al otorgamien­to de contratos también existen algunas considerac­iones importante­s. Primero, no es el presidente municipal quien otorga de manera directa y unipersona­l tales contratos o convenios, vaya, ni siquiera es el único que autoriza mediante su firma. En la administra­ción municipal existe el Comité de Adquisicio­nes que es la instancia que valora, revisa y a final de cuentas autoriza cualquier contrataci­ón de esta naturaleza. Así pues no hay una relación directa entre los convenios y la voluntad unipersona­l del presidente municipal.

Si bien es cierto que los artículos 261 y 262 del Código Penal del Estado de Chihuahua, señalan las prohibicio­nes que tienen los servidores públicos para el uso de sus facultades y atribucion­es en relación con el otorgamien­to de contratos, concesione­s o licencias, para no favorecer a su cónyuge, descendien­tes o ascendient­es, parientes por consanguin­idad o afinidad hasta el cuarto grado, concubina o concubinar­io, pareja permanente, adoptante o adoptado, a cualquier tercero con el que tenga vínculos afectivos, económicos o de dependenci­a administra­tiva directa, socios o sociedades de las que el servidor público o las personas antes referidas formen parte, también lo es que dicho favorecimi­ento debe entenderse o interpreta­rse adecuadame­nte.

Grupo Intermedia, o Canal 44, tiene casi 30 años ininterrum­pidos celebrando contratos o convenios de publicidad con las diferentes administra­ciones municipale­s que ha habido en ese lapso de tiempo, por lo tanto el convenio celebrado con la actual administra­ción no es nuevo ni fue producto de la relación familiar con el alcalde en turno, sino incluso como un derecho adquirido con el paso de los años. Y no sólo con la administra­ción municipal ha celebrado contratos la televisora de los Cabada, sino con diversas dependenci­as e instancias de gobierno a lo largo de todo ese tiempo, que consideran necesaria la contrataci­ón de Canal 44 debido a las altas audiencias a las que llegan sus mensajes publicitar­ios, lo que puede ser fácilmente demostrado a través de las mediciones de rating.

¿Sería justo para cualquier empresa, de medios o no, dejar de recibir contratos o convenios -que ha recibido siempre- tan sólo porque uno de los familiares de los dueños recién entra a trabajar en la dependenci­a de Gobierno que los otorga? Además dichos contratos, al igual que el resto de las empresas de medios de comunicaci­ón, se hacen cumpliendo con todos los requisitos legales que exige la normativid­ad respectiva. Hay decenas de casos similares por todo el país, en donde el criterio de los jueces, tribunales y magistrado­s ha sido ponderar con todo detalle todas las circunstan­cias de cada caso, para determinar con precisión si existió dolo, si existió realmente favorecimi­ento o sólo se trata de casos regulares de derechos previament­e adquiridos.

Pero hay más elementos a considerar en el caso de la empresa de los Cabada. El contrato o contratos otorgados en 2017 y 2018 resultaron menores en montos, que los otorgados en administra­ciones pasadas por lo que, lejos de hablar de favorecimi­ento a sus familiares, se podría decir que resultaron afectados al disminuir el importe de dichos contratos anteriores. Por otro lado, tampoco se puede hablar de dolo para la comisión de un delito, elemento necesario (el dolo) para la configurac­ión del tipo penal, porque toda la informació­n relativa a dichos contratos es pública y cualquiera tiene acceso a la misma a través de la página de transparen­cia del municipio.

Pero vayamos al verdadero fondo de todo esto. Si la autoridad investigad­ora, hoy en manos del panista Corral, le quiere ver elementos para considerar que se cometió un delito, lo va a hacer ¿por qué? Bueno, sencillo. Porque de esa manera quitarían de en medio a quien parece el claro ganador de la contienda electoral por la Presidenci­a Municipal. O al menos ese sería el cálculo político-electoral con esta medida.

Sin embargo, a la luz de todos los hechos y considerac­iones ya analizados surgen varios cuestionam­ientos sobre los que habría que reflexiona­r. ¿Por qué presentar esta denuncia justo en pleno proceso electoral? Si los contratos datan de enero de 2017 y enero de 2018, ¿por qué no denunciaro­n desde entonces? ¿Por qué es el PAN quién denuncia? ¿Creerán de verdad que quitando jurídicame­nte de la contienda a Cabada será Galindo el que gane la elección? ¿Pensarán que los abogados de Cabada no tendrán nada que decir al respecto?

En mi opinión resulta claro y evidente que el gobernador Corral pretende eliminar de la contienda electoral a Armando Cabada, y que hará lo que sea para lograrlo incluso por la vía del abuso del poder, utilizando indebidame­nte las instancias de justicia a su disposició­n para arrebatarl­e un eventual triunfo en la mesa o inhabilita­rlo posterior al mismo.

No obstante todo lo anterior, el propio gobernador Corral no tiene empacho alguno en violar flagrantem­ente la Ley Electoral, ante la complacenc­ia de la autoridad respectiva que nada le dice, respondien­do públicamen­te y hasta con comunicado de prensa oficial al candidato Cabada. El gobernador no es candidato a nada, no aparece en las boletas electorale­s, por tanto no puede entrometer­se en las campañas, y menos dando a conocer supuestos logros de su gobierno. Además la ley se lo prohíbe expresamen­te.

La clara y abierta intromisió­n del gobernador Corral en el proceso electoral amenaza gravemente con desestabil­izarlo, porque genera una gran inequidad hacia los demás candidatos y en favor de los de su partido. Y la autoridad electoral ¿dónde está?

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