El Diario de Nuevo Casas Grandes
Desaparecidas las Juntas de Conciliación y Arbitraje ¿Qué más sigue?
El último grado de perversidad es hacer servir las leyes para la injusticia. Voltaire.
Esta vez nos avocamos a comentar la nota del día, la desaparición de las Juntas de Conciliación y Arbitraje (JCA), lo que consideramos una aberración, y un atentado más contra los derechos de los trabajadores.
Mencionamos, dentro de este tipo de gobierno llamado neoliberal lo que menos le importa son los derechos de las mayorías, y las reformas como la de educación, la de energía, y otras, llevan un claro propósito, a decir, desmantelar las instituciones tutelares y sus bases jurídicas, que le dan certeza y equidad a las conquistas de los trabajadores. Continuamos, por ejemplo, para la reforma de educación reformaron el artículo tercero, en el mismo, derogaron y adicionaron nuevas reglas para convertirse en una reforma laboral y punitiva violatoria de los derechos adquiridos por los trabajadores de la educación,. En nuestro caso a tratar, la reforma laboral han tenido que reformar, casi anular diríamos, el artículo 123 de la Constitución, hoy precisamente el tema que nos ocupa, a decir, lo de las Juntas de Conciliación y Arbitraje.
Ya se veía venir el embate contra los derechos de los trabajadores, de un tiempo a acá, escuchábamos decir, que hay que desaparecer el salario mínimo, por ejemplo en algunos casos como lo del crédito del INFONAVIT, que ya no se indexaba a veces salario mínimo como se cotizaba. Algunos empresarios, han incluso más allá al decir que el salario mínimo debe de desaparecer, que debe dejarse al libre arbitrio de la oferta y la demanda, finalmente para imponer su punto de vista lograron que ya no existan las Juntas De Conciliación y Arbitraje. El argumento es que la corrupción, que los llamados coyotes que eran los que ganaban, y una sarta de argumentos que se caen por su propio peso. Hoy la cereza de la reforma laboral se llama desaparición de las Juntas de Conciliación y Arbitraje, ya no hay instancias para los trabajadores, por lo tanto no hay nada que juzgar, no hay arbitrariedades, por lo tanto ya no hay lucha de clases, el fin de la historia ha llegado. Nada tan lejos como esto.
Al momento de que las fuerzas oscuras de la reacción pretenden destruir las leyes, instancias, etc., que tutelan a los más desvalidos, es hora de acudir a la historia, a los testimonios de los que lucharon por darle a esta País instituciones y leyes que mantuvieran el orden, y conservaran el equilibrio entre las fuerzas antagónicas, esto es, entre trabajadores y patrones, asirse de la historia es el mejor referente para demostrar, que no se puede atentar contra los trabajadores, so pena de enfrentarse al juicio certero de la historia, en última instancia.
Para defender el artículo 123 de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos hay que referirse al Constituyente Originario de 1917, en éste se debatieron las ideas, y se puso sobre la discusión la modernización del País, la dotación de instituciones y andamiaje jurídico para conservar la paz y la tranquilidad entre las diferentes fuerzas sociales y políticas, hoy quieren abatir todos los remanentes que heredamos de dicho Constituyente, hoy ya no existen los artículos centrales llamados derechos sociales de los mexicanos, como son los artículos tercero, veintisiete y ciento veintitrés, así también, las garantías individuales han sido menoscabadas por los ataques de los poderosos, que hoy por hoy, quieren dejar sin un ápice de recursos legales a las mayorías de este País. La cuerda se tensa, en cualquier momento esta puede reventar, con funestas consecuencias para todos.
Todo esto tiene un fondo, el principal l de la reforma laboral impuesta por Peña Nieto, nos referimos a los contratos, al outsourcing , ya no hay derechos de antigüedad, ahora solo se trabaja si hay de por medio un trabajo, un trabajo que como decía el Nigromante Ignacio Ramírez, los contratos es un medio para asegurar la esclavitud. Si ya no hay derechos laborales, solo los contractuales, entonces qué caso tiene seguir con la existencia de las Juntas de Conciliación y Arbitraje, los contratos están hechos para ser dirimidos en juzgados, no en tribunales laborales, ya no es ni siquiera necesaria la existencia de la Secretaria de Trabajo y Previsión Social, si ya lo laboral se puede litigar en los juzgados, y estos ya están diseñados para no profundizar en la doctrina y la jurisprudencia laboral, sino están hechos para darle forma a las sentencias, que de entrada solo favorecerán a los que tengan más recursos, y obviamente los trabajadores apenas si sobrevivimos con nuestro salario, no vamos a tener quién nos defienda, dirán los defensores de la reforma laboral, cuentan con los defensores de oficio, pero ya sabemos que este tipo de defensores obedecen a una lógica del dinero, hay ganancia le entro, no lo hay, adiós que te vaya bien. Ya sabemos entonces, el porqué de la desaparición de las Juntas de Conciliación y Arbitraje.
Finalmente, todos sabemos que en estas Juntas siempre hay corrupción, pero no para beneficiar a los trabajadores, sino a los patrones, ademas sabemos que eran cotos de poder para el partido PRI. Todos sabemos que existen muchos vicios al impartir e interpretar la Ley Federal del Trabajo, y siempre se beneficiaba a la parte patronal, con sus honrosas excepciones. Todos sabemos de los vicios y de las fallas de estas Juntas de Conciliación, pero tan solo con haber cambiado el sistema político de asignar a los representantes obreros y patronales, así como de los directivos de las Juntas, de una forma democrática y transparente, que no fueran operadores de ningún partido político, ni de ninguna organización patronal dichas instancias de Conciliación, así se puede salvar todavía la existencia de las Juntas de Conciliación.
Queremos concluir, cuando el 23 de enero de 1917 se presentó el proyecto del dictamen, había quedado delineado el artículo 123, preservando la filosofía que lo justificaba, y cuya finalidad es , encontrar solución a las controversias entre el capital y el trabajo, por la arbitraria distribución de los beneficios obtenidos de la producción, hoy ante la reforma laboral actual, ya nada de eso queda, solo la voluntad de la parte patronal y del gobierno, que para el caso son lo mismo. Salud!.