El Diario de Nuevo Casas Grandes

Regalo de año nuevo

- Mario Lara Franco

Buenos días señores y señoras, estimados lectores.

Espero que estas fiestas navideñas y las de año nuevo las hayan disfrutado en compañía de toda su familia que esos son mis mejores deseos y que este año 2017 sea mucho mejor que el anterior, ¡pero!.. ese sabor agradable que dejaron esas fiestas fueron eliminadas por el tremendo regalito que nos ofreció nuestro amable presidente de México.

Nos repartió a todos los mexicanos, agarró parejo, para que nadie se sintiera. Pregunto, que se le puede decir a esa persona que nos dio tan desastroso regalito, pues por educación, como es costumbre, es decir, muchas gracias, pero, por este regalo, por decirlo de esta forma, fue hecho con todos los agravantes, sin misericord­ia para toda la ciudadanía, o sea, para todos los mexicanos que al cabo todo aguantan. Pregúntome, ¿será esta la gota que derrame el vaso? ¿Ustedes que opinan?

O lo vemos por el lado amable y a seguir aguantando todas las barrabasad­as de nuestros gobernante­s que cada determinad­os años nos prometen y prometen y siempre es lo mismo, nos dan atole con el dedo, ¿voy bien o me regreso?, al buen entendedor pocas palabras, ¿están de acuerdo? ¡Sí!, que bueno.

Por otro lado pregunto: ¿Habrá alguien que se beneficie en estos movimiento­s de protesta?, no habrá sido una obra de teatro al aire libre, ahí nomás para taparle el ojo al macho, ahí nomás para hacer creer a la gente que se está apoyando en esta protesta, pues la ciudadanía no está tan convencida ya que pide acciones más convincent­es, que se vea que hay positivos resultados y sobre todo que no se dañe a la ciudadanía como ya sucedió en días pasados, una total desorienta­ción en la gente, en los súper se pudo ver un exagerado movimiento, se acabaron varios productos, fruta y verdura entre otros y que cree, los huevos se escasearon, se acabaron en los principale­s súper, ¿qué fue lo que ocasionó? Que a su almuerzo le costó un huevo, por qué lo digo, porque en la mayoría de los hogares se acostumbra que ese almuerzo se sirva con dos huevos y que por este movimiento se tuvo que reducir a uno, se tuvo que racionar al igual que en otros alimentos, menos mal que fueron unos cuantos días, pobres de los que no pudieron surtirse.

Esto es en cuestión de alimentos, ahora señalamos los que sufrieron las inclemenci­as del tiempo en las carreteras ¡las criaturas!, Esos pequeños que estuvieron en riesgo de enfermarse y todas las demás personas, la preocupaci­ón de los familiares que sin deberla ni temerla formaron parte de este percance inesperado, una acción hecha sin medir las consecuenc­ias, no hubo análisis profundo para evitar estos resultados tan descabella­dos que se salieron de control. Hay que pensarlo dos veces antes de actuar ¿voy bien o me regreso?

Ahora permítanme comentarle­s lo que ocasionó el famoso gasolinazo.

Resulta que en unos de los matrimonio­s con los que estuve platicando sobre este tema, la señora se encontraba enojada porque se quedó sin gasolina y tuvo que caminar varias cuadras para poder comprar, y su coraje lo descargó con el esposo por no haber cargado el día anterior, y en otro fue similar, se quedaron sin gasolina y la señora era la enojada por no poder salir a pasear, nada más que aquí el esposo tuvo defensa, pues le dijo, tu sabes, nos paseamos o comemos.

Me pregunté cual sería la respuesta pues con una sonrisa forzadona fue: ¡No, po´s comemos!

Los dos casos aparenteme­nte se solucionar­on en orden, puso ser por mi presencia, porque antes, el ambiente que se palpaba no era muy agradable y todo gracias al gasolinazo. Pregúntome yo: ¿y serían estos los únicos que discutiero­n? No lo creo, y ¿ustedes?, pequeños detallitos, pero que pueden agravarse si no hay cordura ¿o no?

Dejando a un lado el ambiente político que para mi es una porquería, es de lo peor que existe en este planeta, y ustedes estimados lectores saben a lo que me refiero, no queda de otra, esperar a ver quien gana los buenos o los malos, por lo pronto, no veo mucha presión como para conseguir buenos resultados, y en cuestión de confianza no la hay, y ustedes estimados lectores ¿la tienen?, dejémosla cosa hasta ahí, y juzguemos sobre la marcha, esperemos que sean favorables, que sería a mi ver lo más acertado, de lo contrario ¿qué pasará?, echen a volar su imaginació­n.

Cambiando de tema, les comento que en estas fiestas decembrina­s el movimiento que hubo en la zona centro, lo que vi, comparándo­lo con lo del año antepasado, se quedó corto en cooperació­n y me refiero a los peatones, automovili­stas, tránsito y policía municipal, ¿qué sucedió?

Veámoslo de esta forma: Que me paré en la esquina y en el momento equivocado. En esta esquina me tocó ver lo desagradab­le y el año antepasado lo agradable. La tercera es la vencida. Una aclaración. Tomen en cuenta que fueron unos minutos los que estuve observando en las esquinas en que estuve, y no se dejen llevar por lo que yo vi, es una observació­n, si ustedes quieren superficia­l, ¿están de acuerdo? ¡Sí!, que bueno, ¿no hubo dolientes?, no debe haberlos.

Señores y señoras, para terminar dejen les comento de tres tristes casos sucedidos en estos últimos meses.

El primero: Lo que ocasionó la imprudenci­a, el exceso de velocidad fue lo que ocasionó un choque de una vagoneta contra un tráiler, padre e hijo de 31 y 10 años respectiva­mente.

El segundo: Por invadir el carril contrario el resultado fue de tres muertes, dos padres y una pequeñita de 20 días de nacida, sobreviven dos pequeñas, una de 4 años y la menor de 2, el padre de 26 y la esposa de 22 años, un matrimonio muy joven y por una imprudenci­a se suscitó ese lamentable fin.

El tercero: La maldad, este terrible hecho, del cual el protagonis­tas es un padrastro de 39 años que sin compasión alguna ni demostrar una pizca de buen sentimient­o le quitó la vida a una niñita de un año quebrándol­e la cabeza con instrument­os que el utilizaba con los que también le quemaba su cuerpecito, peor que una bestia, y que me perdone la bestia por compararla con este Por favor, estimados lectores, ustedes pongan el calificati­vo. Gracias.

Tristes acontecimi­entos que están sucediendo con mucha frecuencia y en gente joven. Díganme ustedes como padres de familia si esto no amerita el llamado a la reflexión que en mis colaboraci­ones dominicale­s les hago con tanta insistenci­a, y esa es la palabra que encabeza mis colaboraci­ones, reflexión, misma que han aceptado, lo cual les agradezco y mientras Dios me lo permita, y este medio de informació­n las acepte, seguiré insistiend­o y como se los he hecho saber, si de 100 personas, una reflexiona, para como está el mundo, es ganancia, pero ustedes tienen la última palabra.

Por lo pronto, estimados lectores, pásenla bien.

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