El Diario de Nuevo Casas Grandes
Reportaje especial sobre la toma de Caseta Ojo Laguna
Nuevo Casas Grandes.- El sábado amaneció frío. Desde un día antes, el viernes, se dejó sentir fuerte el invierno. Lluvia y fuertes vientos en la planicie y nieve en las montañas.
Aún así, Tomás Parra Acosta y Dolores Simental Rentería (Don Lolo), mantuvieron la decisión de cerrar al cobro de peaje la Caseta Galeana, ubicada en el kilómetro 18 de la carretera estatal Flores Magón-Galeana.
Ya lo habían acordado con las maestras del Movimiento Magisterial y los dirigentes de Resistencia Ciudadana N.C.G., que en coordinación con Agrodinámica Nacional, desde el 2 de enero, por espacio de varias horas al día dejaban el libre tránsito vehicular en la caseta.
Para las 4 de la mañana, "Don Lolo", ya estaba listo en su casa en Ascensión, a 90 kilómetros al norte de esta ciudad. Se dio un baño, echó a andar su carro y tomó carretera para llegar, antes de rayar el alba por Tomás a su casa.
Desde un día antes, Tomás había negociado con Pedro González, otro de los dirigentes de la organización campesina, la adquisición de un cerdo y a la llegada de "Don Lolo", tomaba las previsiones para la matanza del animal, que más tarde se convertiría en alimento de los manifestantes.
Un fuerte dolor en la rodilla le impedía a Tomás, caminar normalmente y también conducir, así que llamó a su primo Ricardo para que le auxiliara en la tarea.
Antes de salir de la ciudad, un chocolate para "Don Lolo", un café para Tomás y otro para Ricardo. Luego ahí frente al Tecnológico, unos burritos de frijoles con queso.
Conforme se hacía de día, el viento arreciaba y el frío también. El sol oculto tras las nubes, buscaba un pequeño resquicio por momentos, pero los rayos, no lograban su cometido de dar calor.
La camioneta, una suburban azul, tomó la carretera.
Hablar de la camioneta es cosa aparte: en el tablero se apilan las carpetas amarillas con hojas. En los respaldos, en la parte de atrás, de los asientos más carpetas. En el espacio libre de asientos, al fondo, cobijas, almohadas, ropa.
-No hay de otra. Orita estamos aquí, y al rato a lo mejor tenemos que salir para aquí, para allá quien sabe -dice a manera de explicación Tomás por lo que en medio de risas llama 'un desorden bien organizado'. Luego reflexiona: -Creo que me convendría mejor ser abogado.
Mientras la camioneta devora kilómetros apunta:
-Vamos a tomar la caseta, pero hoy mismo la vamos a entregar. Ya hablamos con la diputada Paty y le vamos a hacer llegar peticiones para que intervenga ella. Son puras cuestiones que atañen al gobierno del estado y el congreso local.
El reloj avanza y la suburban también. Enfrente está ya la desviación para Galeana. La camioneta sigue de frente y entra al tramo carretero estatal.
-Por esta carretera, que está peor que la que acabamos de dejar atrás, le cobran a la gente 100 pesos y no son ni siquiera 70 kilómetros.
En efecto, el nuevo precio que se exhibe en la caseta de peaje Galeana detalla que los automóviles y pick-up deben cubrir el costo de 100 pesos. Más barato solo las motocicletas: 50 pesos y lo más caro es para los vehículos de 9 ejes: 471 pesos.
Por eso, una de las peticiones que se le planteará a la diputada local Patricia Jurado Alonso, a quien se conoce mejor como "Paty Payán", es su gestión para que el gobierno del estado disminuya el costo de los impuestos, derechos y aprovechamientos.
-Cuando menos que los deje igual que el año pasado -menciona Tomás.
La solicitud a la legisladora incluye justamente la eliminación de la caseta Galeana, que se considera como 'una afrenta' para los habitantes del noroeste del Estado, bajo el argumento que se cobra por utilizar una carretera que no reúne las condiciones de autopista.
En contra parte se expone que de mantenerla, pues la vía carretera sea transformada en un camino que en verdad justifique el pagar una cifra tan elevada.
Faltan unos minutos para el mediodía. A la vista está la caseta. Antes de llegar a ella, en el estacionamiento frente al edificio de los servicios sanitarios se encuentran una camioneta roja Ford, doble cabina y una Chevrolet blanca tipo Blazer enlodada.
-Ahí están ya los de Pancho Villa y los de Benito Juárez. Los saludos. -¿Qué, nomás son ustedes? ¿Y los demás?
A las preguntas de Tomás viene la respuesta, nomás a una de ellas. -Pues sí, nomás nosotros. Y, es que son solamente 2 de Pancho Villa y 3 de Benito Juárez. Con Tomás, "Don Lolo" y Ricardo, la suma de efectivos llega a 8.
Siempre inquieto, "Don Lolo", interrumpió lo que derivaba ya como una larga y amena charla.
-¿Entonces qué, vamos o no a tomar la caseta?
Un breve intercambio de ideas. Todos de acuerdo se suben a sus vehículos y enfilan a la caseta. A la entrada se baja primero Tomás y se dirige al área de cobro. Le sigue "Don Lolo", y dialogan con una empleada de la caseta, quien de inmediato llama a la persona encargada del turno. Se trata de una mujer, quien en el lado derecho de su camisa de uniforme lleva una placa que la identifica como Meliza Holguín.
Con ella los dirigentes de Agrodinámica Nacional continúan el diálogo. -Vamos a tomar la Caseta -¿Son los mismos? -pregunta la mujer-Sí -responde Tomás. Mientras la amistosa charla sigue, la encargada se dirige a la empleada y le ordena que cierre el sistema. En esos momentos se acerca un uniformado de azul con pistola al cinto, pero no interviene y se mantiene a la expectativa. Es un elemento de la Policía Estatal que al observar el movimiento baja de la unidad que se encuentra estacionada en el lugar.
-¿El pase va a ser por donde siempre? -pregunta Tomás.
-Sí, por donde siempre -es la respuesta.
En tanto la encargada de la Caseta y las dos empleadas realizan las maniobras para cerrar el sistema, Tomás y tres productores se encargan de cerrar el carril de entrada viniendo de Nuevo Casas Grandes, mientras que "Don Lolo" y los otros tres hacen lo mismo en el carril de tráfico de Flores Magón. Para ello colocan conos naranja que se encuentran ahí mismo.
El frío se mantiene. Cala hasta los huesos.
Los primeros vehículos, en su mayoría tráileres, pasan la Caseta sin pagar.
Así transcurren los minutos, hasta la llegada de una camioneta tipo Van blanca que pasa la Caseta, se regresa y se estaciona a un lado de la zona pavimentada. Comienzan a bajar los pasajeros. Mujeres, hombres en su generalidad jóvenes, y hasta niños. Todos abrigados con gruesas chamarras, bufandas y guantes. Son miembros del Movimiento Magisterial y de Resistencia Ciudadana N.C.G.
Para la una de la tarde, ya el grupo es más numeroso y se distribuyen en ambos carriles de paso. Con botellas arman un par de 'alcancías' para guardar la cooperación de los guiadores.
En el carril de tráfico de Flores Magón a Galeana, se coloca una manta con grandes letras rojas y negras:
"Los ciudadanos del Noroeste del Estado estamos en contra del incremento a los energéticos, gasolina diesel y energía eléctrica. El Pueblo no está dispuesto a permitir este abuso del ejecutivo federal y al final el lema: Es mejor morir de pie, que vivir de rodillas".
En el otro carril, también se ha colocado otra manta de identificación del movimiento Resistencia Ciudadana N.C.G.
El frío no cede. Las heladas ráfagas de viento azotan el lugar y todos buscan la mejor manera de evadirlas, pero difícil encontrar la forma, a no sea meterse a los vehículos.
El cocinero y sus dos ayudantes llegan.
-Nos tardamos porque se nos ponchó una llanta de la troca llegando a Janos y tuvimos que esperar hasta que abrieran la desponchadora -dice a manera de justificación. Luego le agrega lo de la matanza del marrano.
A toda prisa bajan el perol, dos tanques de gas, uno grande y uno pequeño, la mesa, cuchillos, una segueta, y comienzan los preparativos de lo que serán más tarde unas costillas de puerco y después unas carnitas.
Un rato después "Don Lolo" se lanza a 'Flores' por tortillas, sodas y lo demás que hace falta.
Ya están cerca las dos de la tarde.
Es la hora en la que se espera llegue la diputada local Paty Payán.
La inquietud de los manifestantes se hace evidente.
-Se me hace que la diputada no va a venir -se escucha decir, y más voces se apropian de lo dicho por uno de los manifestantes.
Salvo Tomás y la maestra que dirige al grupo Movimiento Magisterial saben que la legisladora Patricia Jurado Alonso no va a asistir a la cita. Lo hará en cambio un representante, en este caso Oscar Klassen Villa. Desde un día antes así se acordó y por la mañana, vía telefónica, se ratificó el acuerdo.
La misión del enviado de la legisladora sería el recoger un escrito signado por los líderes de Agrodinámica Nacional, Movimiento Magisterial y Resistencia Ciudadana N.C.G., para hacerlo llegar a la diputada.
Según Paty Payán, no había recibido ninguno de los dos escritos anteriores que fueron entregados a personas que aseguraron se los harían llegar. Uno de ellos se le entregó a su suplente Mariela Torres, en Ascensión, la tarde del lunes, seis días antes, así que designó a Klassen Villa para recibir el documento y que este a su vez se lo hiciera llegar a la legisladora.
Los minutos avanzan inexorables. La gente se impacienta.
Faltaban 20 minutos para las tres de la tarde cuando el enviado de la diputada llega a la Caseta acompañado de otra persona. Saluda primero a quienes se resguardan del frío junto a los vehículos que se han colocado como parapeto a las heladas ráfagas de aire y para formar un espacio para que el cocinero haga su trabajo lo mejor posible.
Enseguida platica con Tomás, y este lo conduce a donde se encuentra la maestra "Venus" líderesa del movimiento magisterial.
Poco a poco se acercan los manifestantes.
Las voces de molestia, reclamo, y hasta de indignación, surgen primero como un rumor entre los manifestantes, y poco a poco se elevan hasta convertirse en señalamientos directos al representante de la legisladora estatal.
Estoico, sin que su rostro se altere en lo más mínimo Oscar Klassen Villa, recibe la andanada de reclamos que van dirigidos a la diputada Paty Payán.
Tomás, quiere intervenir para calmar los ánimos y explicar la situación pero no le permiten hablar.
-Parece que está defendiendo a la diputada ¿qué no está con nosotros?
Y, mientras cada quien grita más fuerte y hace reclamos más duros, como si se tratara de una competencia.
El líder de Agrodinámica opta por el silencio, mientras la maestra "Venus" quien liderea el movimiento magisterial sentencia: -Déjelos que se desahoguen Celulares en mano, varios graban lo que está sucediendo.
-Este no fue el acuerdo -se escucha decir apenas con voz audible, al menos en un par de ocasiones a Klaseen Villa, mientras dirige su vista a Tomás que se encuentra a su lado, ambos rodeados de al menos unos 20 manifestantes.
Luego de varios minutos, una voz propone llamar a la diputada, porque quieren oír de su propia voz una explicacion del porqué no acudió a la cita.
-Es la segunda vez que nos deja plantados. Lo mismo sucedió en el Centro de Convenciones.
Se logra el contacto y el diálogo telefónico inicia.
De pronto, se deja oir un grito unánime de indignación.
Los manifestantes acaban de escuchar a la diputada rechazar la invitación de los manifestantes de acudir a la Caseta Galeana "porque está haciendo mucho frío".
La legisladora lo ignoraba, pero la llamada había sido puesta en altavoz y al celular se le pegó el micrófono de una bocina, así que todos escucharon la excusa.
Abucheos, imprecaciones, y los calmados ánimos se encienden nuevamente y tras darse por finalizada la llamada, de nueva cuenta Klassen Villa, recibe una segunda tanda de reclamos, que con una media sonrisa en el rostro encaja sin entrar en discusión con los enardecidos manifestantes.
Los minutos transcurren y los belicosos ánimos verbales decaen, los encendidos parloteos se enfrían, un poco porque ya no hay más argumentos que exponer, y otro porque con la caída de la tarde, el frío se hace más intenso.
Finalmente, Klassen Villa, sostiene el compromiso inicial de recibir el pliego petitorio, al cual ya se le anexaron las firmas de los manifestantes, y documento que firma de recibido, y no sin antes expresar nuevamente 'en corto' a Tomás que "así no había sido el acuerdo pero bueno ", se retira.
El pacto se estableció en que 48 horas más tarde, los manifestantes recibirán una contestación a la solicitud de reunirse este domingo 5 de febrero con la diputada local Patricia Jurado Alonso.
Son casi ya las cinco de la tarde. Las ráfagas de helado aire sin más intensas. El sol se mantiene oculto tras negros nubarrones que han dejado caer briznas de lluvia por momentos.
Para ese entonces ya una gigantesca fogata arde, y alrededor de ella buscan el refugio del calor los decepcionados manifestantes, mientras en el perol ya están listas las carnitas y el suculento platillo empieza a ser distribuido.
Y mientras le pegan duro y macizo el dientazo a las carnitas, la charla es recurrente.
-¡Qué poca m de la diputada! Decir que no vino a la Caseta porque tiene frío. ¿Y, nosotros qué? Pensará que somos de palo o de hule.
-Pin políticos. Y lo mismo son unos que otros. Por eso estamos como estamos, todos j
Conforme terminan de comer, poco a poco se van retirando. Ya solo quedan unos cuantos, alrededor de la fogata. La noche ha caído ya y la Caseta está libre