El Diario de Nuevo Casas Grandes
Las luciérnagas
Apropósito de la celebración de la Semana Santa, inevitablemente recordé los días en que me iba a Monterrey al retiro de Esenios en las montañas por el rumbo del chorro de la Cola de Caballo.
En estos viajes, en estos retiros, estaban matizados de acontecimientos inesperados, en una ocasión –por ejemplo- la noche anterior al inicio del viaje a Monterrey tuve un sueño especial, soñé que se hizo una caminata entre los asistentes al retiro para ir a un espacio seleccionado como punto energético en el cual se iba hacer una solicitud especial.
En el sueño vi que iba la fila de dos en dos, vestidos todos de blanco, con una vela encendida y cantando, de pronto vi que traían cargando un ataúd y esto me llamó la atención, tanto así que les pedí que me permitieran ver el cadáver, de inmediato lo bajaron y luego me dijeron que levantara la ventanilla. Cuando me asomé para ver quien era el muerto, me llevé la sorpresa impactante que el muerto era yo. Luego levantaron el ataúd para seguir la marcha; y luego apareció cerca una dama poco común que me ofrecía su mano. La mujer tenía un aspecto muy especial, lo que más me impresionó fueron sus ojos.
En el retiro pasaron los días con detalles muy especiales y un día vi a una dama como la del sueño, luego me acerqué a ella muy interesado por saber quien era, y me dijo amablemente: “Sígueme”. Cerca se sentó bajo la sombra de un árbol, y me invitó a que me sentara junto a ella, y luego comentó: “Me ves como si ya me hubieras visto antes…” “Si, te vi –le explique- en un sueño… y desde que te vi noté que eres una persona distinta a las que he visto y conozco.” Entonces me preguntó: “¿Me puedes contar tu sueño? Yo tengo la facultad de José, yo se interpretar los sueños…”
Luego le conté el sueño en donde la había visto, ella escuchó mi narración muy atenta y luego dijo: “Ese es un buen sueño, en ese sueño se te está anunciando que el Héktor que era tú ya falleció, es decir que ese Héktor ya no existe y que ahora empiezas una nueva vida.” Sorprendido le dije ¿qué cómo es que iba a empezar una nueva vida? Y luego me explicó que ella era Venusina que había sido enviada para seleccionar cuando menos a dos personas terrenales para darles informes sobre Venus que en la tierra se le conoce como “La Estrella del Alba” y con muy justa razón ya que los seres que habitamos hemos hecho del amor el interés primordial de nuestras vidas; y estos maravillosos efluvios son los que irradia este planeta hacia su hermano vecino, el planeta tierra.
Las altísimas vibraciones que genera el amor, conllevan a la sabiduría, por lo tanto vuestros hermanos de Venus, han alcanzado fantásticas realizaciones en todos los órdenes.
En Venus se ha logrado tal enorme evolución que en este planeta que nunca se ha destruido a ninguna civilización, nunca han existido guerras, tan solo ha reinado la paz y la armonía perfecta en esa avanzada humanidad.
Pues yo me quedé sorprendido y evidentemente en la dama había algo muy especial, desde su forma de hablar, el tono de su voz, su modo de ver con tanta ternura, sus ojos parecía luceros, el movimiento de sus manos. Luego dijo: “Hoy a las 11 de la noche vamos a tener un contacto con los Venusinos, espero que esta experiencia te guste, te sirva para evolucionar y cambiar espiritualmente.
Luego se fue y quedamos de vernos más tarde, luego me sorprendí que todo mundo hablara de la reunión de las once de la noche, todos decían que la idea de reunión era establecer contacto con los extraterrestres. Pues todo sorprendido y emocionado me preparé para la reunión en la que se decía que se tendría contacto con los extraterrestres.
A las once de la noche formamos entre todos una cruz por indicaciones de los organizadores, llevábamos una vela y un papel con una hermosa canción, cuando empezamos a cantar sorpresivamente me fijé que a mi lado estaba la dama venusina, cantando primorosamente, de pronto se empezó a sentir un viento incómodo que fue creciendo hasta que se convirtió en remolino.
Apagó todas las velas, de momento todo quedó en plena oscuridad, luego prodigiosamente, de pronto empezaron a aparecer luciérnagas, a tal grado que todo y todos nos llenamos de luciérnagas, cuando vi a la venusina atestada de luciérnagas pensé que se debía a su “status” de extraterrestre evolucionada, pero la verdad era que las montañas, los árboles, los Esenios, todos estábamos envueltos por millones de luciérnagas.
Luego la venusina me tomó de la mano y me llevó a un espacio donde las ondas vibratorias de luz y de sonido, eran proyectadas a todo lo largo y ancho del espacio seleccionado, produciendo profundos estados de éxtasis para la comunión directa del Creador.
Ahí están representadas todas las luciérnagas, es decir todas las luces que conforman los mundos existentes en nuestra galaxia.
Un saludo a todos los extraterrestres principalmente a los venusinos.