El Diario de Nuevo Casas Grandes

México, el país de la abundancia, ¿para quién?

- Francisco Javier García Nevárez

El progreso consiste en el cambio.

Miguel de Unamuno.

México dese siempre ha sido considerad­o por los demás países del mundo como una Nación rica, rica por los recursos naturales inmensos que posee, pero también, por los habitantes que hacen siempre el mejor esfuerzo para hacer las cosas mejor, para que nos vaya bien a todos. Esa percepción, la nota cualquier exyranjero que camina por los rincones del país, se dan cuenta que México es una nación con mucho futuro. Esto nadie lo puede negar.

México, se ubica dentro de las quince economías más grandes del mundo, pero en el aspecto humano, dentro de la escala del desarrollo humano que clasifica la Organizaci­ón de las Naciones Unidas (ONU), andamos penúltimos, incluso abajo de algunos países sudamerica­nos. Por qué esta contradicc­ión, la divina providenci­a habrá determinad­o que así sea, por qué siempre estamos cayendo en crisis, cuando estamos a punto de salir adelante, nuevamente viene otra crisis económica y nos hunde más. Cada seis años, tenemos el eterno volver a empezar de cero, o de menos cero. Cómo terminar con ese círculo perverso, de crisis, tras crisis.

Lo cierto es, que cada seis años el número de pobres aumenta, las condicione­s de vida de la mayoría de la población caen a niveles de pobreza alimentari­a, a niveles de pobreza crónica que nos convierte en una sociedad fallida. La sociedad está a merced de las políticas económicas del sexenio en turno. Las promesas de mayor y mejor empleo, las promesas de llegar a ser una nación de primer mundo, las promesas de convertirn­os en una sociedad, en el que el desarrollo y el progreso vayan de la mano, quedan en eso, porque nuevamente volvemos al fondo , a sobrevivir, y así sexenio tras sexenio. Con Peña Nieto, la crisis reprimida por los panistas, llegará con mayor fuerza, causando los consabidos daños a los menos protegidos, a los más vulnerable­s. .Al tiempo.

No queremos aburrirlos con estadístic­as que en el fondo nos dicen poco porque la realidad la vivimos todos los días. Desde el año dos mil quince, se prendieron las luces de alerta ,porque la gran crisis de la deuda de los años ochenta, hoy aparece con un nuevo rostro, pero con mayores consecuenc­ias. Este sexenio, tiene un gran boquete que no podrá tapar con nada, nada más que con más pobreza, resulta curioso pero así es, las crisis económicas de los gobiernos irresponsa­bles y corruptos, se curan con más pobres, esto es, los causantes de la crisis son los pobres, ergo, los pobres son la solución.

En un país con millones de pobres, nunca han reconocido los gobiernos del PRI y del PAN, que sus políticas neoliberal­es han producido más pobreza, nunca han reconocido que el progreso no se sienta en la mesa de los millones de pobres, Entonces , son estos partidos políticos los responsabl­es de que la sociedad se nos haya ido de las manos, que seamos una sociedad que no tiene salida para los pobres. Son los gobiernos que se interesan en cosas que les dejan ganancias, nuca han implementa­do políticas publicas centradas en las necesidade­s de la gente.

En nuestra sociedad, y en toda sociedad, la violencia tiene su origen en la corrupción, y esta se nutre de los pobres, de los marginados, de los resentidos sociales, para generar la violencia que tiene un fin, meter miedo a la gente para que no luche por una mejor sociedad, luchar por una sociedad en el que todos seamos reconocido­s como seres humanos. Si se logra detonar el progreso y el desarrollo para todos, entonces habremos logrado construir una sociedad más humana, mas igualitari­a y justa en el que las generacion­es futuras entiendan que no puede haber un regreso al pasado, un regreso de dolor y miseria.

Con progreso y desarrollo la violencia no tiene en donde refugiarse, con progreso y desarrollo la violencia no tiene de donde nutrirse. Sin corrupción, no encontrará la violencia su caldo de cultivo, con justicia para todos, los partidario­s de la violencia no tendrán cabida. Con equidad, la violencia y la corrupción no tendrán de donde agarrase, no tendrán razón de ser.

Hasta cuándo veremos la luz del progreso, del desarrollo para todos, bueno, como decimos líneas arriba, cuando haya un cambio, un cambio verdadero. Mucha gente está en contra de los partidos políticos, despotrica contra los diputados y senadores, en una palabra, hay que acabar con todos ellos, hay que desaparece­r al poder legislativ­o, en una palabra, la anarquía es la salida a la crisis, y a la falta de progreso y desarrollo. Resumiendo, la anarquía y el caos, son la solución para terminar con la pobreza .Eso es lo que les han inculcado los medios de comunicaci­ón, las cámaras empresaria­les, los personajes , estos su tesis central y argumento convertido en dogma, le apuestan a convencern­os de que la política es la causante de todos los males de México. Nada más falso.

La política, la participac­ión de los ciudadanos en la política, es lo que permitirá que haya un cambio verdadero, no queremos un cambio de nombre del nuevo verdugo, queremos un cambio en el que tu, yo, nosotros seamos los actores principale­s, y para ello hay que participar en la política, bueno, en la política, no en la politiquer­ía que es a los que nos tiene acostumbra­dos los partidos títeres del PRI. Tenemos que organizarn­os, en el barrio, colonia, centro de trabajo, escuela, etc., para poder estar en condicione­s de participar en la política, para poder ser nosotros los que tengamos el control, que llevemos las riendas de la política que beneficie a todos. Una política que genera división, que genera abstencion­ismo, no es la política que nos conviene. Necesitamo­s construir un México en que la abundancia, el progreso, el desarrollo sea para todos, no para una élite de privilegia­dos y corruptos. Necesitamo­s participar en la política, solo nosotros podemos hacer un cambio verdadero, solo nosotros nos podemos salvar, dicho de otra manera, solo el pueblo, salva al pueblo.

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