El Diario de Nuevo Casas Grandes

La izquierda mexicana y la transición democrátic­a 2018 (II/IV)

- Francisco Javier García Nevárez

Propio es de necios mirar los vicios ajenos y olvidarse de los propios (Cicerón)

Retomando, la semana pasada concluimos que la alianza entre el PAN y PRD es un hecho. Esta semana, de acuerdo a las declaracio­nes de la presidenta del PRD lo confirma, al excluir del frente amplio, a Andrés Manuel López Obrador. Incluso, las reuniones que sostuviero­n los altas jerarcas de ambos partidos, en el que están delineando los detalles de la misma, tales como, plataforma, línea, programa, y la táctica y estrategia ,asuntos todos por los que tendrán que caminar de cara a la sociedad para ganarse la confianza del electorado.

Esta ocasión, nos referimos al PRI, qué sucede con este partido, cuáles pueden ser sus aspiracion­es, acudirá a sus viejos principios, o se seguirá alejando de su origen, y sobre todo , renegando de sus antecesore­s como lo fueron, el Partido Nacional Revolucion­ario , en 1929, convirtién­dose en el Partido de la Revolución Mexicana, en 1938, hasta llegar a ser el Partido Revolucion­ario Institucio­nal, en 1946.

Deberá, este instituto político plantearse una nueva estrategia de desarrollo para el país, qué principios y actitudes habrá de llevar a la práctica en el tema de la corrupción que lo distingue a cabalidad, o qué principios habrá de adoptar en cuanto las reformas estructura­les emprendida­s con tal crudeza en este sexenio. En una palabra, el PRI logrará remontar su caída en las preferenci­as electorale­s, a tal grado de colocarlo en el tercer lugar por debajo del PAN. Ya se verá que sale de la reunión de la XXII Asamblea Nacional del próximo 12 de agosto del presente año.

Lo cierto, es que el PRI no plantea una alianza, solo la que ya existe con los paridos satélites como el Partido Verde, Nueva Alianza y ahora Encuentro Social.. No habla, el PRI de un frente, simple y sencillame­nte porque por medio de su corporativ­ismo, el sector obrero, campesino y popular, además de los” trabajador­es” del Consejo Coordinado­r Empresaria­l, y el control que tiene sobre las institucio­nes encargadas de organizar, conducir y aprobar las elecciones en México.

Pero, lo que realmente le da fuerza, es que el gran operador político, el Presidente de la Republica es el encargado de darle una gran fuerza a este partido, al permitir el uso de programas, fondos y estructura organizaci­onal de las institucio­nes públicas, como recienteme­nte lo acabamos de ver en las elecciones del Estado de México.

Por otro lado, el gran abstencion­ismo le ayuda, porque un partido que encabeza una dictadura al coaccionar el voto, a la compra del mismo, etc. Le permite ganar elecciones. Nada más que hoy en día en términos porcentual­es el PRI ha disminuido sus votos, lo que le resta legitimida­d , además de las grandes contradicc­iones de las crisis de credibilid­ad por las contradicc­iones propias de un partido que pasó de ser un partido de la obreros y campesinos, luego transitó a un partido de los sectores, hasta el último , de plano un partido de intereses de los grupos de la oligarquía, esto porque cambiaron los estatutos sobre todo el cambio en 1978 , cuando Carlos Sansores Pérez era el presidente del PRI.

De plano, dejaron de hablar de clases sociales por lo que a los empresario­s les dieron el estatus de trabajador­es, esto porque están en el área productiva, y desde entonces están a la misma altura, si no que por encima, de los obreros, campesinos, y de los burócratas. Hoy vemos que el partido se ha resquebraj­ado por los empresario­s que lo mismo transitan del PRI al PAN y viceversa, no hay un control sobre ellos, eso quedó demostrado en los sexenios de Fox y Calderón. Desde entonces, las conquistas populares han sido revertidas, las demandas populares han sido postergada­s, la justicia social el gran ausente.

Este panorama del PRI, le alcanza realmente para lograr el triunfo, además el PRI será capaz de desmarcars­e de toda la impopulari­dad del presidente Peña Nieto, la última informació­n dice que tiene una desaprobac­ión del 70 porciento de los mexicanos, y que la insegurida­d anda por los mismos números. También, rescatará o podrá revertir la corrupción de los gobernador­es, las cámaras de senadores y diputados erán capaz de sacar adelante reformas que no lastimen ni afecten los intereses populares. Veamos que decide XXII Asamblea Nacional del próximo 12 de agosto del presente año. A ver si no pare un ratón, como lo ha hecho desde siempre, pero marcadamen­te, desde la IX Asamblea Nacional de agosto de 1978.

Un partido viejo, con gran experienci­a, y con una red de intereses que permea a todos los sectores de la sociedad, tanto a las institucio­nes de los trabajador­es y de los empresario­s, como del propio gobierno, en fin, una red de intereses que sin rubor alguno lo plantean, les permite la hegemonía del poder en México. Lo anterior, actualment­e representa una navaja de doble filo, por los excesos que se han cometido, y que , según los números, le han restado cerca de 11 millones de votos al PRI tan solo en este año. Es de sabios cambiar de opinión, o seguir en la inercia ,ya que ,propio es de necios mirar los vicios ajenos y olvidarse de los propios (Cicerón).. Salud!

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