El Diario de Nuevo Casas Grandes

La Independen­cia de México, ya no llega ni a jolgorio

- Francisco Javier García Nevárez

Compatriot­as: Las armas os darán la independen­cia, pero solo las leyes os darán la libertad. Simón Bolívar.

Hoy, cuando el calendario marca un aniversari­o más de la Independen­cia de México, nada qué celebrar, por eso, mañana que arranquemo­s la hoja, de este evento que antes tan ufanos celebramos, nada quedará.

La memoria muy difuminada, solo alcanzará a recordar el olor a pólvora de la pirotecnia que con nostalgia, nos trae solo olvido y oprobios, mismos que son los que nos imponen los dueños del poder, condenando un gesta heroica, en una fecha más en el calendario. Diría Don Guillermo Prieto, cangrejos, a compás, marchemos para atrás.

Hoy, a más de dos siglos de vida independie­nte y soberana han sido convertido­s a cenizas por las reformas que impulsa Peña Nieto, siguiendo con el ilustre Guillermo Prieto, “Maldita ferderata. Qué oprobios nos recuerda, Hoy los pueblos en cuerda se miran desfilar. Cangrejos, a compás, marchemos para atrás”.

La Independen­cia, la gesta que pretende por fin darnos identidad propia, ser una Nación, hoy ya no es tema en los libros de texto, las escuelas reducidas a espejos de los tiempos neoliberal­es, la parafernal­ia del nacionalis­mo sin colorido, sin memoria, sin sentir el Viva México.

Hoy la educación, cada día tiende a olvidar este hecho, los testimonio­s de la gran gesta histórica, los miles de libros que gritaban a los cuatro vientos Gloria Eterna y larga vida a la Independen­cia, y a los héroes que perecieron por ello., fueron reducidos a cenizas por la mano de la Inquisició­n de la Secretaria de Educación Pública.

Una educación que impulsa el olvido de la historia, es una Nación que volverá irremediab­lemente a caer en los mismos errores del pasado, una educación que solo pretende conocer la historia por encima, donde tiene más valor lo inmediato, es una nación sin futuro, porque sus hijos solo recordarán la historia a partir de la fecha que marque su acta de nacimiento, se ahí en adelante solo recordarán lo que el verdugo o el amo quieran que recuerden. La historia es para no olvidar de dónde venimos, quiénes somos, hacia dónde vamos

La reforma educativa pretende entre otras cosas, solo educar para trabajar, convertirn­os en una pieza más del proceso productivo, convertirn­os en una pieza solo del diagrama de flujo de la calidad de la producción.

Hoy, la educación pretende hacernos un engranaje más de la parte del proceso de gestión de la calidad, hoy la educación planteada así, desnuda y encadena nuevamente a Prometeo. La misión de la educación, no es únicamente crear masa que produzca valores para el patrón, le educación es ante todo, la levadura del pan de la ciudadanía que tiene Patria, tiene ideales, tiene sentimient­os, tiene y siente amor por el prójimo. Por lo tanto la reforma educativa de Peña Nieto, no es educación, eso es, como decía el maestro Gabriel Careaga, una pieza enajenada que funciona al ritmo que le inflige el que tiene la manija del poder.

La Independen­cia no es una fecha, es un acto para renacer, una época para seguir luchando por los ideales de Hidalgo, Morelos, y otros tantos.

Hoy si acaso conmemoram­os, no celebramos la Independen­cia, porque de qué somos independie­ntes, acaso de los bancos, de la industria, de los terratenie­ntes, de los dueños de las tiendas de rayas. Hoy el petróleo ya no es nuestro, esto es, del pueblo vuelto Nación.

Los recursos naturales, las tierras y aguas ahora tienen dueños, ahora esos dueños nos condenan a morir de hambre, de enfermedad, de sed, porque todo lo han acaparado los amigos del poder, y los políticos, todos pudriéndos­e en su corrupción. Ya no vamos al rio porque tiene dueño, ya no podemos pasar por nuestros lugares habituales de paseo familiar, porque de la noche a la mañana han crecido como tábanos cercas y candados por todos lados, ya no hay libre paso porque ya se apropiaron, con la ley en la mano incuso se pavonean los neoterrate­nientes, se apoderan del paisaje, se apoderan del arroyo, se apoderan de todo. Hoy por hoy, cangrejos, marchamos para atrás.

La Independen­cia es la madre de todos nosotros, nos hizo mexicanos, cada quien con su identidad, con su lengua, con sus usos y costumbres.

Todos, desde el güero ojos azules, el trigueño, el indio, el negro de nuestras costas, todos lo que habitamos desde el desierto, el bosque, la pradera, la montaña, el mar, todos somos mexicanos, tan diversos como nuestra geografía, somos aquellos que haceos la Patria. Somos los que a todo pulmón gritamos a los cuatro vientos: para ti las guirnaldas de oliva, un recuerdo para ellos de gloria, un laurel para ti de victoria, un sepulcro para ellos de honor.

Retomando a Don Guillermo Prieto, aquel que se hiciera famoso con su frase los valientes no asesinan, cuando defendió a Benito Juárez preso en Guadalajar­a, “si el progreso y reforma palabras son no más, y tras ellos no marchan honor y probidad; si solo es ilusión la santa Libertad, no hay duda que marchamos, cangrejos, para atrás. Salud!..

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