El Diario de Nuevo Casas Grandes

Una actividad que ya es toda una tradición

- Mario Lara Franco

Buenos días estimados lectores, señores padres de familia.

En esta ocasión les voy a comentar sobre una actividad que se lleva a cabo los fines de semana, siendo los viernes, sábados y domingos, misma que se convierte en una gran fuente de trabajo para 250 personas aproximada­mente y que se lleva efectuando desde hace 30 años en las plazas de la Reforma y Villahermo­sa.

Durante ese tiempo, esa cantidad de personas que son quienes laboran en dichas plazas incluyendo a la Unidad Deportiva de la colonia Obrera, equivalen a 250 familias, por lo que la convierte en una fuente de trabajo para esas personas, y sus ingresos les ayuda de perdido un poco para solventar los altos costos de la vida que cada día es más difícil, se complica la forma de cómo debe de administra­rse el miserable sueldo que se obtiene, y precisamen­te por eso hay que buscarle por todos lados para obtener una feriecita extra para combatir este grave problema.

Por lo tanto, esta honesta fuente de trabajo que ofrece a la ciudadanía un buen beneficio, ya que con esta actividad, este grupo de personas ofrece diferentes artículos a buenos precios, lo que ayuda a economizar a los compradore­s, ya sea en lo nuevo o en lo usado, los cuales cada fin de semana asisten para obtener lo que necesitan y de paso saborear algo de comer mientras hacen las compras.

Por ejemplo, se puede saborear un delicioso menudo, tamales, carnitas de puerco, pollo al carbón, vasos de elote, chilindrin­as, fruta, y total que esta actividad le ofrece aparte de los diferentes artículos, y se disfruta de medio día de sana diversión, se convierte en una feria donde los compradore­s que son cientos los que acuden y que aparte de beneficiar­se al hacer sus compras ya que sus artículos son de buena calidad.

Estos consumidor­es disfrutan del ambiente que ofrece esta fuente de trabajo, la cual es iniciada desde las cinco de la mañana hasta las tres de la tarde aproximada­mente.

Tocante a las quejas de los vecinos, la mayoría se está benefician­do ya que también se ponen a vender y otros aprovechan el frente de su casa y lo utilizan como parqueader­o obteniendo unos centavitos extras.

Tocante a la basura, no es tan grave como se trata de hacer ver, se está exagerando, es como estarse ahogando en un vaso de agua, es un pequeño problema que al final de laborar, en unos minutos se puede solucionar, ya que son unos cuantos papeles que dejan los consumidor­es que se salen de los pasillos de circulació­n.

Así es de que no hay necesidad de ser tan drásticos ni de exagerar las cosas, y dejar que esta gente continúe sin ponerle piedritas en el camino y se pueda obtener con su honesto trabajo unos centavitos extras para poder defenderse de la carestía en que vivimos.

Esto estimados lectores, se los comento, ahí nomás superficia­lmente, puedo señalar más porque conozco el movimiento, pero con lo dicho es más que suficiente.

Ahora viene la pregunta del millón: ¿Quién o quiénes quieren destruir esta fuente de trabajo?, la cual ya tiene su historia, ya es una tradición, pues son 30 años que se dicen fácil, pero hay que sufrirla desde muy temprano, ¿voy bien o me regreso?

Por otra parte les digo, ahí nomás de pasadita, que hay quienes nos ocasionan daños más graves y no hacemos nada. Es una lucha diaria la que hacemos para seguir sobrevivie­ndo, mientras que otros, se llenan los bolsillos exageradam­ente sin importar la vida de los demás, y me pregunte para que acumular tantos millones si no los van a disfrutar sanamente ¿se entendió?, y si no se los dejo de tarea. Yo se que sí, y les recuerdo estimados lectores, que todo lo mencionado es con el debido respeto, sin tratar de ofender a nadie y lo que escribo en estas colaboraci­ones es en base a lo que oigo, lo que veo y lo vivido, todo apegado a la realidad.

Todos somos libres de expresar nuestra opinión y como también, cada quien es responsabl­e de sus actos. Ahí está el detalle. Felicidade­s señores vendedores por continuar con esta fuente de trabajo que nos beneficia a cientos de personas y de paso con todo respeto a los oaxaquitas que también hacen sus consumos de estos artículos y se benefician con los precios accesibles que ofrecen estos vendedores, y que ya son parte de esta fiesta comercial, y que también la disfrutan. Bienvenido­s sean a Nuevo Casas Grandes.

Por último estimados lectores, permítanme hacer el siguiente comentario: Resulta que al cruzar una calle que no es muy transitabl­e, acompañado por uno de mis nietecitos al cual llevo caminando y a media cuadra trato de cruzar percatándo­me de que vienen dos trocas al frente mío. Una viene por el carril derecho y viene adelante y me cede el paso, pero me espero al acercamien­to de la que viene por el carril central que también me cede el paso.

Ya cruzamos con entera confianza y a unos metros veo que la primera troca que nos cedió el paso, la persona que la conducía entraba a la tienda que yo me dirigía, ya en el interior le di las gracias y le expliqué el por qué no cruzaba, lo cual sirvió para entablar una plática sobre las acciones negativas de nosotros, mismas que están a la orden del día.

Conciente la señora, y con los pies en la tierra, con el debido respeto hizo ver que no se puede tener confianza en nadie, que ya no hay un respeto en la gente, que no queremos cooperar, por otra parte, señala que como madre de familia, lucha por la educación de sus hijos y comenta sobre la convivenci­a entre maestros y alumnos, los cuales los hay buenos y otros malos, asume a la vez la responsabi­lidad que tenemos nosotros como padres y también reconoce nuestras fallas, como también las tienen otras personas de las cuales constantem­ente nos quejamos por su mala atención hacia el ser humano, y otros por el abuso de autoridad, pero que también hay buenos y malos y que por uno la llevan todos, en resumidas cuentas, la señora como ama de casa está al pendiente de su hogar y de su familia.

Los señalamien­tos que realiza nuestra protagonis­ta, los cuales fueron hechos con mucha madurez y conciencia y para que su servidor continúe invitando a una reflexión sobre nuestra manera de vivir que nos daña día con día, exageradam­ente ¿tengo o no tengo razón?

Recuerden que mis colaboraci­ones son hechas con el debido respeto y con toda la intención sana de que tomemos el mejor camino, sin echarle leña al fuego, ahí nomás superficia­lmente, cada quien su vida y cada quien es responsabl­e de sus actos, ya saben que como digo una cosa digo otra, ahí esta el detalle.

Por lo pronto estimados lectores, señores padres de familia, pásenla bien.

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