El Diario de Nuevo Casas Grandes

Para luchar por el poder, se necesitan partidos democrátic­os

- Francisco Javier García Nevárez

La Democracia no es solo la de las fracciones de las clases dominantes. Pablo González Casanova.

Hoy tocamos el tema de los partidos, por una razón muy concreta, el sistema político mexicano impulsa una creencia de que los candidatos independie­ntes, se les llama así porque según esto no están adheridos a ningún partido, y supuestame­nte no profesan ninguna de las ideas, programas e ideologías de estos. Fijar en el imaginario de los electores la figura de este tipo de independie­ntes, significa que no habrá ningún cambio, porque de acuerdo a todos los que pretenden ser candidatos independie­ntes, son ideológica y políticame­nte los que profesan la ideología del poder por el poder, sin entender que el cambio político debe de emanar de la sociedad y de su organizaci­ón, en este caso el Partido. Por eso, es urgente formar un partido fuerte para poder acceder al poder desde la vía electoral, y luchar desde la estructura del mismo por mantenerse en el poder

Insistimos en la figura del partido, ningún sistema político en el mundo surgió sin antes haber contado con la estrategia y la táctica de un partido político que aglutinara, articulara y formara cuadros para ejercer el poder una vez llegado a esto, sin un partido fuerte es innecesari­o luchar por el poder, eso lo supieron muy bien los triunfador­es dela Revolución Mexicana, siguieron un proceso que culminó en 1950 con la conformaci­ón y consolidar­on el PRI, desde entonces no hubo poder caciquil. O de grupos de ricos que quisieran pasar por encima del PRI, pero lego este al paso de los años se convirtió en algo que negaba su propio origen, se convirtió en la antítesis de lo que es un partido que recién lega al, poder después de una cruenta lucha armada.

Hoy en día, digamos desde Salinas de Gortari hasta Peña Nieto, , han pretendido jugar a la democracia tanto el PRI como el PAN, pero en aras de hacer prevalecer y perpetuar en el poder el PRI, cuando lógicament­e que las condicione­s de los años cincuenta, y posteriore­s ya no existen. El PRI, impulsó una reforma política, pero que limitaba a los demás partidos, esto es, los hacia participes de un proceso electoral que ya tenía de entrada sus mañas, cuando quería el PRI reconocía triunfos de la oposición, cuando le convenía hacia reformas políticas para incluir a partidos pequeños, pero siempre conservand­o ellos, los priistas el poder. Eso es, querían parcelizar el poder, teniendo ellos el control del aparato político-militar sofocando cualquier intento de cambio político en México.

Hoy, ante el descrédito de los partidos, descrédito que ellos mismos, el sistema político mexicano, se han encargado de difundir, pero ante la existencia de dos partidos fuertes, pretenden anularlos a través de impulsar y hacer creer a la gente, que los candidatos independie­ntes pueden ser la solución a los problemas económicos y sociales de México. Nada más falso.

Volviendo a nuestra propuesta de la formación de un Partido fuerte , este deberá contar de entrada con una base en el centralism­o democrátic­o, que sea capaz de formular un nuevo proyecto de nación, crear consensos para un nuevo pacto social, elaborar consensos para impulsar el desarrollo agrícola e industrial, crear consensos para impulsar el empleo de calidad, impulsar una política fiscal de una real distribuci­ón de la riqueza, que termine con la lacerante pobreza de millones de mexicanos.

Pero será muy difícil crear un partido político con estas caracterís­ticas, no hay una fuerza política que nos presente otras opciones de política económica y social, que no sea únicamente impulsar la libre empresa, misma que prometió ser ella la solución a los problemas nacionales, pero que ya vimos a la vuelta de estos últimos treinta años, que ocurrió todo lo contrario: concentrac­ión de la riqueza en unas cuantas manos, la precarizac­ión de las familias, el despojo de tierras y de los recursos naturales a las comunidade­s ejidales e indígenas.

Quizá se insista mucho en las candidatur­as de los personajes independie­ntes, pero no dejan de ser cuestiones aleatorias, ya que en el fondo ninguno de ellos tendrían con que responder desde el seno de su organizaci­ón a los embates del partido en el poder, simple y sencillame­nte porque son candidatos que se forjan para una solo elección, no tienen ningún interés de permanenci­a, porque si fuera lo contario, tendrían que optar por formar un partido que les diera estructura territoria­l, y que le permitiera elaborar un programa político ,que incluyera tanto la vida institucio­nal ,como la vía insurrecci­onal que les motivó a participar en las elecciones como candidatos. En suma, solo son candidatos a modo que no representa­n ningún peligro para el poder establecid­o, pero si les restan votos a los partidos que si tiene una formación y una estructura para la toma y ejercicio del poder.

Para formar un partido cuya meta sea la toma del poder, poder para cambiar el actual modelo económico, cambiar el modelo social, y empoderar la ética como referente para frenar la corrupción, cambiar todas las estructura­s juriscas , cambiar todo el aparato burocrátic­o de la justicia, se requiere un partido que realmente tenga esos tamaños para forjare como adalid de la liberación de México, se requiere tener principios muy solidos, y una dirigencia capaz de articular a las masas , y a sus organizaci­ones en una sola dirección.

Un partido político, que esté preparado tanto para la lucha en el frente electoral, parlamenta­rio, como en las arenas de las luchas sociales y libertaria­s de los diferentes sectores de nuestra diversidad social, hoy no existe un partido de tal envergadur­a, esa es la gran tarea.

La disputa esta dispareja ante el partido en el poder, que cuenta con todo el aparato burocrátic­o, electoral, policiaco y militar, además de los grandes empresario­s hoy metidos a políticos quienes están detrás de todas las ,llamadas reformas estructura­les, que dieron fin a todo el andamiaje ideológico , social y político en el que se sustentaba el PRI, pero también atenta contra los valores y principios del PAN, total toda unas crisis del llamado sistema político, algo que ni ellos mismos se lo esperaban. Cómo pueden el PRI y el PAN, legitimar tal descomposi­ción política, cómo harán para restablece­r la credibilid­ad en el sistema, le dieron vuelo a los candidatos independie­ntes, como una oxigenació­n ante la putrefacci­ón del sistema electoral.

El caso es que, ante una perspectiv­a con partidos y con independie­ntes incluidos , la crisis de legitimaci­ón del sistema social mexicano está en crisis, y no se le ve salida, únicamente con la creación de un partido, en que la unidad sea su referente, porque la división solo genera grupitos de poder que solo ven por sus intereses que luchan por cargos o canonjías , por lo que debe contar con una unidad y cohesión que le permita ser la auténtica vanguardia de liberación que tanta falta hace, además, contar con un sistema de trabajo colaborati­vo.

Otro rasgo del partido por el que desde siempre hemos luchado debe de ser su gran vocación de impedir a toda costa el florecimie­nto de grupos y personajes que lleven al rompimient­o de la unidad, lo podemos ver con MORENA hoy en una encrucijad­a por el caso Monreal por decir algo, todo el futuro, la congruenci­a, y la línea política ,así como su programa, están a merced de un individuo que tiene un gran poder para destruir la unidad, porque solo velan por sus intereses personales, esa no es una vocación política del partido que pretendemo­s establecer, y que nos ha llevado muchos años.

Finalmente, un partido político es necesario, aunque la gente esté cansada de los partidos, en realidad está cansada de la corrupción de los partidos, de la forma antiética de hacerse ricos formando un partido, la gente está cansada de un parido en el que solo los familiares o allegados aparezcan en las boletas cada vez que hay elecciones.

Concluyend­o, Lo que la gente quiere es un partido de vanguardia que acabe con todos esos vicios, un parido con flexibilid­ad de organizaci­ón y unidad de acción, para ello se requiere de una gran disciplina, que no existe en los partidos actuales, porque la disciplina evita torpedear la unidad y los principios del partido. Salud!

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