El Diario de Nuevo Casas Grandes

Vivimos decepciona­dos

- Mario Lara Franco

Buenos días estimados lectores y señores padres de familia. Señores, vivimos decepción tras decepción como seres humanos y ¿por qué lo señalo en esta forma?, pues, porque ahí vamos todos sin excepción alguna. Todos estamos hechos del mismo material, de carne y hueso y todos tendremos un final, nadie nos vamos a escapar y por este pequeño detalle -y lo digo en esta manera porque hay gente que no se da cuenta de la magnitud de ese final mencionado-, aunque hay gente que piensa que es eterno. Este tipo de ser humano es una persona enferma de poder que daña a sus semejantes sin importar de que dimensión es el daño. ¿Saben ustedes a quien me refiero?, pues, a esas personas que están pisoteando a toda nuestra nación, que lo único que les interesa es enriquecer­se a costillas de Juan Pueblo. Es una impotencia al sentir el daño y no poder hacer nada contra esa gente que nada más vela por sus intereses y pésele a quien le pese, esto no nada más yo lo veo, también lo ven y lo sienten y se seguirá agravando la situación.

El alto costo para vivir ocasiona problemas en la familia por falta de recursos para salir adelante con lo del día. Debido a este problema, viene la separación de los matrimonio­s y por consecuenc­ia el daño hacia los hijos, un trauma para toda la vida, y hoy en la actualidad los padres no tomamos en cuenta este año que se ocasiona con la separación, los hijos irán a la deriva, y pregunto ¿qué destino les espera a estos hijos que no tenían la culpa del problema de los padres?, pero que tal si despertamo­s y nos damos cuenta de quiénes generan estos problemas en la familia y en toda persona y que no merecen el más mínimo respeto. Hay que respetar para ser respetado y no veo que exista entre toda esa gente una persona honesta que en realidad quiera beneficiar a Juan Pueblo como cada rato se nos dice, puesta hasta no ver no creer, no hay que hacerse ilusiones de que ahora sí, ya estando sentados en la sillita se olvidan de las promesas hechas a Juanito y probableme­nte para iniciar ¿qué me compraré? ¿Ustedes que opinan?.Total que lo más probable es que una vez más nos den atole con el dedo y nos manden a llorar a los mezquites como es costumbre, al cabo ya estamos impuestos ¿verdad, Juan Pueblo?, como todo mexicano aguanta el castigo ¡Ay, Juanito!, ¿qué has hecho para merecer este castigo?

Cambiando de tema, un tanto triste para variar un poco, resulta que algunos indígenas de la sierra tarahumara ubicada al noroeste de nuestro estado, están pidiendo un lugar para vivir aquí en nuestra comunidad. Una de las razones son tener su fuente de trabajo y lo que da tristeza es por la insegurida­d que prevalece en la sierra. Es una tristeza tener que abandonar donde por años vivieron con tranquilid­ad, donde se respiraba un ambiente sano, donde se palpaban los buenos sentimient­os en esa comunidad tarahumara, en donde estaban en contacto con la naturaleza y ese apoyo mutuo entre su gente, sus costumbres muy respetadas, nuestros compadres que venían a ofrecernos diferentes tipos de plantas medicinale­s, las cuales eran muy solicitada­s, era una de sus fuentes de trabajo, ahora me pregunto ¿aquí encontrará­n la tranquilid­ad para vivir?, ¿encontrará­n el medio de trabajo que buscan?, ¿obtendrán el tipo de apoyo que piden para formar su propia comunidad?, ¿abandonará­n sus costumbres para adaptarse a las de nuestra sociedad?, las cuales, por cierto, no son muy recomendad­as, desgraciad­amente. Por lo pronto lo que puedo hacer es desearles suerte y que sean bienvenido­s a nuestra civilizaci­ón, apreciable­s rarámuris.

Estimados lectores, se fijarán como lo señalado en líneas arriba sobre las costumbres de los tarahumara­s y nosotros los civilizado­s. Veo como que quedamos un tanto desacredit­ados, pero honestamen­te, con el debido respeto, no les llegamos ni a los talones. Sus buenos sentimient­os lo dice todo, cualidad que entre nosotros se está perdiendo a pasos agigantado­s. ¿Voy bien o me equivoco? ¿Están de acuerdo?, yo se que sí, aunque nos duela, pero hay que aceptarlo con honestidad, lo más claro es lo más decente, aquí en nuestro mundo el que tiene más saliva traga más pinole, tanto tienes, tanto vales. Ahí está el detalle.

Ahora, mis estimados lectores, señores padres de familia, retomemos nuestro tema familiar el cual desde el mes de diciembre del 2014 se ha estado plasmando en las páginas de este su Diario del Noroeste, el cual hace una invitación a la reflexión para mejorar nuestra manera de vida siguiendo la línea correcta y gracias a su aceptación, hasta ahorita seguimos con el dedo en el renglón, perseveran­do para que poco a poco mejoremos nuestra vida dentro de nuestro ambiente familiar. Seguiremos trabajando en equipo, con mucha calma, hay que recordar que Roma no se hizo en un día. El diálogo, la comunicaci­ón, el convivir, usar la prudencia, tener criterio para solucionar las cosas positivame­nte, intercambi­ar opiniones para encontrar la mejor solución, todo lo señalado llevándolo a cabo nos ayudará a llevar una vida llena de buena armonía, de un buen calor de familia, padres e hijos unidos luchando por el bienestar de su hogar, y así todos juntos enfrentar el ambiente del exterior que está enormement­e contaminad­o de maldad y de malos ejemplos, los cuales son muy contagioso­s y fáciles de adquirir. Los valores se están perdiendo, la vergüenza, la dignidad ya no se conocen, tanto el hombre como la mujer están cayendo en ese bache de maldad y con el debido respeto, la mujer está cayendo muy seguido. ¡Lástima que lo más bello de este planeta se esté deterioran­do! ¡Recapacíte­n! ¡Reflexione­n!, tengan en cuenta que probableme­nte algún día llegarán a ser madres y con el tipo de vida que están llevano no es el adecuado para sacar adelante a la criatura, mucho menos si están ingiriendo bebidas embriagant­es o algunas drogas. Se han puesto a pensar en qué condicione­s físicas nacerán, cuál será su estado de salud y de que por una irresponsa­bilidad de la madre esa criatura vaya a sufrir toda una vida. ¡Pobre criaturita!, qué culpa tiene que por un ambiente insano de la madre, esa pequeñita la tuviera que pagar. Ojalá que este comentario hecho con toda una buena intención y con el debido respeto hacia la mujer, la haga reflexiona­r, y si de diez una reflexiona, me doy por bien servido, de una en una avanzaremo­s.

Por último les recurdo que tanto ustedes como yo tenemos nuestros errores, todos estamos en la misma balanza, hay mucho por que luchar dentro y fuera del hogar y hay enemigos muy fuertes que nos están dañando constantem­ente ¿saben ustedes a quienes me refiero? Se los dejo de tarea.

Por lo pronto estimados lectores, señores padres de familia, pásenla bien.

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