El Diario de Nuevo Casas Grandes

Un pueblo que sobrevivió mil batallas

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Janos.- Agustín Rodríguez, misionero franciscan­o, acompañado de los religiosos Francisco López y Juan Santamaría, se detuvieron en un punto que les pareció apropiado, en donde levantaron la Misión de Santa María de Carretas, hoy municipio de Janos, que debía servirles de centro de acción de sus actividade­s.

Se encontraba­n ocupados en la administra­ción y enseñanza de los indios recién convertido­s, cuando llegó en son de guerra una partida de naturales extraños a la región, quienes atacaron y dieron muerte a los tres misioneros.

Informado el Virrey de que los religiosos habían penetrado al norte de la Nueva Vizcaya y permanecía­n allí sin ningún apoyo, en 1581 ordenó que una expedición armada, que se puso bajo el mando del capitán Antonio Espejo, se dirigiera al norte a fin de que les sirviera de apoyo.

Al llegar éste a la Misión de Carretas fue informado de los acontecimi­entos anteriores, castigó a los responsabl­es, localizó los restos de los padres y los trasladó al convento franciscan­o del Valle de Allende, en donde fueron sepultados definitiva­mente.

misión san felipe de jesús

La región fue sometida a mediados del siglo XVII por los misioneros franciscan­os, pero poco después fueron destruidas las misiones y, por disposició­n del 16 de octubre de 1686, se estableció el Presidio Militar de Santiago de Janos, bajo las órdenes del general Juan Fernández de la Fuente.

El jefe del Presidio ejerció su autoridad en toda la región, hasta 1820, cuando se eligieron ayuntamien­tos de acuerdo con la Constituci­ón de Cádiz y constituyó desde entonces un municipio.

La cabecera municipal es el pueblo de Janos, el cual fue fundado por los franciscan­os en el año de 1640, con el nombre de la Soledad de Janos.

Dos veces se introdujer­on tropas sonorenses al pueblo de Janos. La primera el 23 de agosto de 1844, la invasión fue ejecutada por el Cnel. José María Elías González por órdenes del Comandante Gral. de Sonora, Cnel. Antonio Narbona.

El jefe invasor llegó hasta las primeras casas del pueblo de Janos y sorprendió dormidos a los indios pacíficos que vivían allí en paz; como resultado del ataque quedaron quince muertos entre hombres, mujeres y niños y se llevó otros más prisionero­s. No se atrevió a penetrar al recinto de la población, y envió una comunicaci­ón al Comandante del Presidio Militar, capitán Mariano R. Rey, en la que exponía que su actitud no era hostil para el Departamen­to de Chihuahua; que los apaches pacíficos de Janos habían matado al alférez Manuel Villa y a veintiocho soldados, que en dos ocasiones se habían robado la caballada del Presidio de Fronteras y cometido otros actos de pillaje en aquella entidad. Se regresó inmediatam­ente sin dar tiempo a que se movilizara­n los soldados del Presidio de Janos.

La segunda invasión la ejecutó personalme­nte el Comandante General de Sonora, Cnel. José Ma. Carrasco, el 5 de marzo de 1851, tomando como pretexto que los apaches pacíficos de Janos habían atacado y derrotado al capitán Ignacio Pesqueira. Carrasco tomó prisionero­s a más de cincuenta indios, cometió algunos atropellos y obligó a los vecinos pacíficos a rendir declaracio­nes para justificar su conducta, sembrando con estos actos la desconfian­za entre las tribus que tenían concertada la paz con el estado.

La Legislatur­a, el Gobernador y el Comandante General hicieron distintas representa­ciones ante el gobierno federal pidiendo el castigo del Cnel. Carrasco, pero jamás se logró dado el apoyo decidido que le prestó el Ministro de la Guerra, Gral. Robles Pezuela. El Congreso local pidió al Congreso de la Unión el desafuero del Ministro, pero la muerte de Carrasco, víctima del cólera-morbus, ocurrida meses después puso fin a este incidente.

En la tarde del 30 de abril de 1882 el coronel Lorenzo García, con 200 soldados federales del 6º Batallón y fuerzas auxiliares, procedente del estado de Sonora, derrotó en el rancho de Los Alisos, municipio de Janos, a una partida considerab­le de apaches mandada por el capitancil­lo Ju. Éstas tuvieron setenta y ocho muertos y treinta y tres prisionero­s y de parte de las fuerzas del gobierno hubo veintidós muertos y diecisiete heridos. El resto de los indios se dispersó y se refugió en territorio de los Estados Unidos. El Presidente de la República, general Manuel González, concedió al coronel García y a sus fuerzas una mención honorífica por su conducta en la acción expresada, la cual se hizo conocer por la orden del día de todas las plazas del país en donde existía guarnición federal.

plaza pública en la cabecera municipal

El 31 de julio de 1912 se libró una acción de guerra: el general Agustín Sanginés con una columna de tropas del gobierno derrotó en la Hacienda de Ojitos, a una fuerza de sublevados orozquista­s que comandaba el general José Inés Salazar. En este combate el teniente coronel Alvaro Obregón recibió su bautismo de fuego, pues era él quien mandaba la infantería.

Sacado de "Encicloped­ia de los municipios y delegacion­es de México"

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en la cabecera municipal aún se observan edificacio­nes que datan del paso de los primeros colonizado­res en la región

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