El Diario de Nuevo Casas Grandes
Se lleva Olivia Domínguez 1er lugar
Nuevo Casas Grandes.- Olivia Domínguez Rentería, artesana con 39 años de experiencia en la elaboración de piezas artesanales, obtuvo el primer lugar en la categoría de figura o escultura en barro (Zoomorfas) en el 21 Concurso de Cerámica de Mata Ortiz, realizado el pasado fin de semana.
El evento se promueve anualmente por la Secretaría de Economía del Estado, a través de Fomento y Desarrollo Artesanal del Estado de Chihuahua (FODARCH), en coordinación con el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart), en el que participa también el gobierno municipal de Casas Grandes a través de la Dirección de Turismo.
El concurso con 21 años de trayectoria, es de los más longevos y con más historia en el estado y norte del país, y atrae la atención de connacionales y extranjeros por la calidad de su muestra, se realizó como ya es tradición, en la Antigua Estación del Ferrocarril en la comunidad alfarera de Juan Mata Ortiz.
Unas 250 piezas de 200 artesanos fueron inscritas en esta edición del concurso y precisamente la ceramista, residente de Mata Ortiz, Olivia Domínguez Rentería, fue una de los 28 ganadores, en la segunda de las 10 categorías de las que consta el concurso.
La alfarera, ganadora ya de un Galardón y un Premio a la Excelencia dentro de sus 11 participaciones en este concurso, inscribió en esta ocasión una impresionante pieza, imagen de un buho, esgrafiada, la cual fue clasificada por su elaboración en el rubro de figura o escultura en barro (zoomorfa, antromofa, fitomorfa), y fue seleccionada por el jurado calificador para el primer lugar dentro de esa categoría.
Cinco premios nacionales (2 en Tlaquepaque, 2 en Tonalá, ambos en el estado de Jalisco y uno en Metepec, Estado de México), y dos internacionales (en el estado de Arizona, Estados Unidos), a la par de sus 11 participaciones en el Concurso de Cerámica de Mata Ortiz, avalan una prolífica trayectoria de Domínguez Rentería.
“Me siento contenta”, señala la artesana de segunda generación en una familia de artesanos, cuyos padres (Lildia y Francisco), ya fallecieron y que mantiene el legado recibido y lo inculca a su hijo Alejandro, un joven que también ya ha saboreado las mieles de obtener premios por su trabajo artesanal (uno nacional y otro a nivel internacional).
La inquietud por la elaboración de artesanías le aparece desde pequeña, pues su madre ayudaba en casa de la esposa del reconocido alfarero Juan Quezada Celado.
Nunca se atrevió a pedirle al famoso artesano que le enseñara el arte de elaborar las piezas, sin embargo, aprovechaba cualquier momento para “espiarlo”.
“Mis padres eran artesanos y viendo a Don Juan elaborar sus piezas, se reforzó mi deseo de también hacerlo”, menciona Domínguez Rentería.
Y, en 39 años ya de trayectoria, asegura ha obtenido grandes satisfacciones por su trabajo, con todo y que no se le considere como una de las grandes figuras de Mata Ortiz en lo que a la elaboración de piezas de cerámica se refiere, a pesar de los premios y galardones que ha obtenido, en virtud, justamente de la alta calidad de sus creaciones.
“Nunca estoy satisfecha al cien por ciento al terminar una pieza. Siempre me queda la espinita de que pude haber hecho más en ella, por eso en todo momento estoy tratando de innovar, buscando que mi trabajo sea siempre lo mejor”, puntualiza enfáticamente.
Y, es en este preciso momento cuando a su mente llega lo sucedido hace apenas unos cuantos días, y luego de al menos tres meses de esfuerzo, dedicación y arduo trabajo.
En el Concurso de Cerámica de Mata Ortiz, los artesanos tienen la oportunidad de inscribir dos piezas, y en el caso de Olivia, además de la que ganadora en la categoría de figura, trabajó en la elaboración de otra que pretendía presentarla en la categoría de esgrafiada (calado o grabado).
“Generalmente, siempre he procurado presentar dos piezas, en diferentes categorías porque eso ofrece un mayor margen de posibilidades en el concurso” explica. Para su mala fortuna, narra, que ya en la etapa final, que se conoce como “quema o quemado”, la pieza se quebró.
“Lloré todo el día”, recuerda, al considerar que de no haber sucedido tal percance, la pieza, bien hubiera podido competir y ganado el Premio de Excelencia, que se otorga por el jurado a la mejor pieza inscrita en el concurso.
Cosas similares ocurren en el transcurso de la elaboración de las piezas, porque “siempre hay pérdidas, ya que es muy difícil que una figura se logre”.
Desde su perspectiva, Domínguez Rentería, considera que a la fecha el mercado de venta de artesanías, referentes a la cerámica de Mata Ortiz, ha bajado, y uno de los factores, apunta al decrecimiento en el turismo que llega a esa comunidad.
“Años atrás el turismo que llegaba a Mata Ortiz era bastante y con ello, mayor la oportunidad para vender nuestras piezas”, afirma.
Sin embargo, en su caso particular, y pese a que no se le considera como “figura prominente o en su defecto de las firmas más importantes artesanales” de Mata Ortiz, la calidad de sus obras la ha llevado a encontrar un mercado favorable en lugares como la capital del país, la ciudad de Guadalajara, e incluso algunas ciudades de Estados Unidos.
“Es necesaria más promoción, pero no concentrada en uno o dos tres personajes, sino de una manera generalizada sobre la cerámica de calidad que elaboramos muchos artesanos en Mata Ortiz”, considera.
Para concluir, Olivia Domínguez Rentería, agradeció al maestro Juan Quezada Celado el rescate que hizo de la cerámica de Mata Ortiz, a las autoridades de los tres niveles de gobierno por mantener ventanas de oportunidad abiertas como el Concurso anual que se realiza, y a su familia por el apoyo total que le brinda en su trabajo.