El Diario de Nuevo Casas Grandes
ADVIERTE PELIGROS DE USAR VENENOS EN SUELOS
Aplicar químicos en el control de depredadores trae consecuencias
Nuevo Casas Grandes.- La Asociación Civil, ITZENI, la cual se encuentra realizando trabajos en la región noroeste del Estado, dio a conocer las consecuencias del uso de venenos en los suelos, los cuales pueden dañar el medio ambiente y que a su vez es un delito.
Los venenos como comúnmente se les conoce, son sustancias químicas o biológicas altamente toxicas que se han utilizado a lo largo del tiempo para diferentes fines, entre ellos para el control de animales que son considerados dañinos para el hombre y sus distintas actividades.
En muchas ocasiones los venenos son utilizados como métodos para el control de depredadores que afectan principalmente a las actividades agrícolas, ganaderas y recientemente a las actividades cinegéticas.
La asociación ITZENI, informó que este método de control parece ser la mejor solución por sus características como su fácil aplicación, efectividad en pequeñas dosis y bajo costo, sin embargo, el problema sólo crece y se torna negativo debido a las innumerables consecuencias que provoca.
El uso de cebos envenenados ha sido una práctica habitual, como un método de control de depredadores en varios países, y su uso indiscriminado hasta mediados y finales del siglo pasado, ha ocasionado que muchas de estas especies hayan sido catalogadas como en peligro de extinción o vulnerables ya que en muchas ocasiones afectan a especies a las que no iban dirigidos originalmente y cualquier animal que entre en contacto con el veneno puede resultar intoxicado, incluso causándole la muerte.
Por otra parte, el empleo de venenos para el control de depredadores genera ciclos de contaminación ya que permanece años en el ambiente, afectando la fauna en general, los suelos, el agua, los cultivos, e incluso al mismo ser humano, así lo dieron a conocer los integrantes de la asociación.
El ciclo de contaminación por el uso de venenos se inicia a partir de que el depredador muere al ingerir la carne envenenada. Al morir el depredador su cuerpo entra en descomposición y el veneno acumulado en su cuerpo es depositado en el suelo, el cual absorbe los componentes químicos que no se desintegran. Posteriormente, el veneno se filtra llegando a aguas subterráneas y con la lluvia se conduce a ríos, arroyos, lagunas, e incluso a represas para el ganado o cuerpos de agua utilizados para el consumo humano.
El veneno continúa contaminando desde plantas silvestres hasta cultivos agrícolas. El ganado y la fauna silvestre son envenenados por tomar agua y alimentos contaminados provocando su muerte, para después ser consumido por algún carroñero o descomponerse en el suelo, iniciando nuevamente el ciclo.
El uso ilegal y generalizado de estas sustancias tóxicas, además de amenazar especies silvestres y en general el medio ambiente, pueden ocasionar un riesgo a la salud pública, ya que en algunas ocasiones los venenos también afectan a las especies que son empleados como alimento (venados, conejos, pecaríes) y al ser consumidos podría causar graves problemas en su salud. Por otro lado, los propios cebos envenenados representan también un grave riesgo para la salud pública, puesto que son susceptibles de ser ingeridos por los seres humanos.
Algunos de los efectos en la salud de las personas son las siguientes; enfermedades de la piel, enfermedades gastrointestinales, varios tipo de cáncer, desordenes en el aprendizaje, problemas en el sistema inmunológico, disfunción reproductiva, diabetes y conjuntivitis en niños de edad escolar principalmente.
Actualmente, a pesar de que es un delito, muchas personas continúan realizando esta práctica y siguen apareciendo especies silvestres envenenadas, siendo estas muertes innecesarias e ilegales, como lo estipula el Artículo 122 de la Ley General de Vida Silvestre (LGVS); “es un delito el realizar cualquier acto que cause la destrucción o daño de la vida silvestre o de su hábitat, realizar actividades de aprovechamiento con ejemplares o poblaciones de especies silvestres en peligro de extinción, realizar medidas de control y erradicación de ejemplares y poblaciones que se tornen perjudiciales para la vida silvestre sin contar con la autorización correspondiente, así como utilizar técnicas de envenenamiento y realizar actos que contravengan las disposiciones de trato digno y respetuoso a la fauna silvestre”. Por lo tanto aquellas personas que realicen estos actos, se harán acreedoras a sanciones estipuladas por la Ley.
De acuerdo al Artículo 127 de la LGVS las multas por cometer infracciones en contra de la vida silvestre, van de 20 a 5 mil veces el salario mínimo vigente. En estos casos son infractoras, tanto las personas que participen en su comisión, como las que hayan participado en su preparación o encubrimiento.