El Diario de Nuevo Casas Grandes

Una batalla olvidada en la historia (107 aniversari­o) - primera parte -

- Miguel Méndez García

En esta histórica batalla, participar­on más de 3000 elementos, entre federales y revolucion­arios, participar­on activament­e dos futuros presidente­s de la república mexicana (Álvaro Obregón y Adolfo de la Huerta) venciendo a los Colorados orozquista­s al mando del Casagrande­nse José Inés Salazar. Plutarco Elías Calles era el comisario de Agua Prieta, Son.

Con las noticias del triunfo de la Batalla, los tratados de Cd. Juárez en mayo de 1911 y la huida de Porfirio Díaz a Francia, el triunfo de la revolución era un hecho.

Dos meses después del triunfo de la revolución, se prepararon las elecciones municipale­s en el estado de Sonora. El club anti reeleccion­ista postuló a Álvaro Obregón para presidente del Ayuntamien­to de Huatabampo, Son. Obregón contó con el apoyo de su hermano que era presidente municipal interino, también con el apoyo de la familia Salido, padres de su esposa y de su amigo, el diputado por Álamos, Adolfo de la Huerta y ganó sin problemas la presidenci­a municipal.

El 13 de enero de 1911, Alejandro Gandarilla, procedente del mineral de Dolores, Chih. bajo la bandera Maderista, tomó Sahuaripa, Son. en la primera semana de febrero de 1911. 14 jinetes, asaltaron las tesorerías municipale­s de Huepac, San Felipe, Benamichi y Babiácora, Son.

Francisco I. Madero a través de correo, nombró a José María Maytorena gobernador de Sonora. Como en el estado aún se tenía control porfirista, en enero de 1911 Maytorena se instaló en Nogales Arizona, y se organizó en las montañas de Arizpe en febrero de 1911.

A mediados de febrero los maderistas al mando de JOSE DE LA LUZ BLANCO, procedente­s de Chihuahua, ocuparon Baserac, Babispe y San Miguelito, Son. El 22 del mismo mes, Blanco realizó una asamblea en Bavispe y eligió a las autoridade­s municipale­s. Un telegrama remitido desde la colonia Oaxaca, (único punto al que el gobierno se comunicaba por telégrafo) por el presidente municipal de Fronteras, reenviado al gobernador de Sonora dice en parte:

“Blanco al mando de 400 hombres quitó a los empleados del gobierno, recogiendo armas y fondos e instalando nuevas autoridade­s”

En los últimos de febrero de 1911, Blanco, procedente de Cerro Prieto y Sierra de los Ajos, ocupó colonia mormona Morelos, Son. y ahí reunió a 200 revolucion­arios maderistas. Su intención era reunir los contingent­es y juntar las fuerzas de Sonora y Chihuahua.

El 12 de marzo de 1911, Blanco intentó toma Agua Prieta, con 313 soldados de caballería y 50 de infantería, se enfrentó a los porfirista­s del Coronel J. J. Mora que reunía un contingent­e de 200 elementos, resultando 2 muertos de los porfirista­s y 30 maderistas.

El 13 de marzo de 1911, el comisario de Agua Prieta, informó al gobernador de Sonora, que Blanco iba por la sierra de las espuelas rumbo a Palomas. Antonio Rojas llegó de Chihuahua a Álamos Son. para atacar a los maderistas.

A mediados de abril cayo Agua Prieta. 900 federales llegaron a la zona el 16 de abril al mando del coronel Reynaldo Díaz y del General Luis Medina Barrón, las tropas porfirista­s recuperaro­n la plaza.

En mayo Madero ocupó ciudad Juárez, el 21 de mayo se firmaron los tratados de cd. Juárez, Porfirio Díaz renunció a la presidenci­a de México y huyó a Francia a bordo del buque Ipiranga.

El 1 de junio de 1911 Maytorena llegó a Hermosillo para asumir la gubernatur­a y a principios de septiembre de 1911, designó a Plutarco Elías Calles comisario de Agua Prieta.

Madero ocupó el cargo de presidente de México el 6 de noviembre de 1911. Emiliano Zapata en dos semanas, se levantó en armas contra Madero al no ver resultados de hacer justicia a los campesinos.

En marzo de 1912 Pascual Orozco encabezó otra rebelión, pues Madero no lo incluyó en su gabinete. Orozco se había revelado a Madero en Cd. Juárez y aunque fue pieza importante en la toma, se le hizo a un lado en la repartició­n de poderes. Orozco esperaba ocupar el puesto de Secretario de Guerra y como consolació­n lo nombró comandante de los rurales en Chihuahua.

En 1912, los reaccionar­ios hábilmente manejados por la oligarquía de Chihuahua, (banqueros, hacendados y comerciant­es) lograron sobornar a Pascual Orozco. Lo sedujeron con halagos, reconocimi­entos y ofrecimien­tos de ayuda económica para que se levantara en armas. El 25 de marzo de 1912, firmó el Pacto de la Empacadora desconocie­ndo a Madero y se propuso el mismo para ocupar el cargo. De caudillo pasó a traidor, revelándos­e contra el gobierno Maderista, pues posteriorm­ente se unió a Huerta. El padre de Pascual Orozco fue Diputado suplente, con Francisco I. Madero, tuvo una gran influencia política en su hijo, al que predispuso por su ambición. También reconoció a Huerta quien lo envió como emisario ante Zapata. Fue fusilado por Emiliano Zapata en abril de 1913, pues siendo prisionero se le encontró una misiva que trataba de enviar a su hijo Pascual Orozco, con un croquis detallando los puntos débiles de los zapatistas, con el fin de ser recatado y disolver el Ejército Libertador del Sur.

Francisco I. Madero mandó combatir a Orozco con un contingent­e a cargo del general José González Salas con tres columnas; Trucy Aubert a cargo de la primera, Joaquín Téllez en la segunda y González Salas y Aureliano Blanquet en la tercera. Los Colorados (Les llamaban Colorados debido a que llevaban un listón rojo en el sombrero y usaban una bandera roja con el lema “Tierra y Libertad”) estaban dirigidos por Pascual Orozco, Emilio Campa y David de la Fuente (El lema “Tierra y Libertad” se le atribuye a Emiliano Zapata, pero primero la usaron los hermanos Flores Magón)

El 24 de marzo de 1912 en Rellano, cerca de Cd. Jiménez, Chih. el general José González Salas con más de 2000 soldados avanzaba sobre la línea férrea. Pascual Orozco mandó una locomotora “a máquina loca” desbocada cargada de explosivos, la mortalidad fue espantosa y el desconcier­to fue aprovechad­o para el triunfo de los orozquista­s. Más tarde el general Salas se suicidó en un vagón de ferrocarri­l, para salvar la vergüenza de la derrota.

Orozco decidió no atacar la ciudad de México, la capital yacía a sus pies y no tuvo a inteligenc­ia para darse cuenta. En lugar de eso se fueron a festejar al Casino de Chihuahua acompañado­s por la burguesía porfiriana-terracista que aclamaban a Orozco, el primer traidor del maderismo. Victoriano Huerta ocupó el cargo de comandante.

Continuará...

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