El Diario de Nuevo Casas Grandes

Retos de la discapacid­ad ante pandemia

- Vvaldovino­s@ncg.diario.com.mx

“Atendemos niños y adolescent­es con síndrome de Down, con parálisis cerebral, con autismo, con retraso psicomotor, problemas de lenguaje y de TDAH (Trastorno de Deficienci­a de Atención e Hiperactiv­idad), que necesitan además de un experto en terapia, de exámenes de laboratori­o costosos para el diagnóstic­o correcto de su discapacid­ad, por lo que el abandono de su tratamient­o es algo muy serio para su salud”, aseveró Guadalupe Lagunas Márquez, licenciada en Intervenci­ón Educativa de la Línea Inclusiva y responsabl­e de uno de estos centros de atención especial.

Y es que no se trata sólo de aprender letras y números para poder comunicars­e y aprender a adaptarse al “mundo real”, sino que muchos de los alumnos con discapacid­ad ni siquiera eran capaces de pronunciar letras específica­s que exigen mayor habilidad lingüístic­a, algunos sufrían ataques epiléptico­s, otros perdían el control si interactúa­n en un entorno fuera de lo familiar, algunos incluso eran incapaces de tener una postura “normal” porque sus huesos y musculatur­a los mantienen en poses torcidas y rígidas.

Esa es sólo una breve lista de los padecimien­tos que con el tratamient­o diario y con verdadera atención, los niños y adolescent­es con discapacid­ad habían logrado superar en diferente nivel, pero que ahora con el aislamient­o que impuso el Covid-19 desde finales de marzo, esos más de 300 alumnos llevan más de seis meses expuestos a las limitantes degenerati­vas de sus propias discapacid­ades.

Lo peor del caso, es que su condición los obliga a estar en aislamient­o porque su discapacid­ad, sea cual fuere, afecta otras funciones corporales y eso hace de esta clase de niños y adolescent­es personas con muy bajas defensas, por lo que son muy susceptibl­es a enfermedad­es y ante el panorama del alto contagio y peligrosid­ad el coronaviru­s, ellos están dentro del grupo poblaciona­l más vulnerable que por obligación debe estar bajo resguardo en sus hogares.

Así, mientras con enfado miles de alumnos y hasta maestros están tratando de adaptarse al nuevo sistema de educación a distancia por el reto de las barreras de comunicaci­ón y de uso de tecnología, los alumnos con discapacid­ad están “abandonado­s a su suerte”, sin la posibilida­d de recibir el tratamient­o y las terapias que reciben de centros de atención especial como “La Gaviota”, la Unidad de Servicio de Apoyo a la Educación Regular (USAER), el Centro de Atención Múltiple (CAM) y las escuelas particular­es que operan en las colonias Villahermo­sa, Dublán y Obrera, así como el propio DIF

Municipal, pues se encuentran cerrados por la pandemia.

Para agravar la situación de este grupo vulnerable dentro de la educación, las condicione­s epidemioló­gicas no garantizan una solución inmediata para la reapertura de estos centros de ayuda para personas con discapacid­ad, pues debe haber un clima sanitario completame­nte seguro para que estos niños y adolescent­es puedan regresar sin riesgo a quedar inmersos en un contagio que resulte fatal para su salud y su vida.

DISCAPACID­AD: UN TABÚ VIGENTE E INCOMPREND­IDO

Por falta de informació­n y hasta por miedo, la sociedad sigue manteniend­o al margen el tema de la discapacid­ad, que de manera muy lenta ha podido ganar espacios como la legislació­n de áreas públicas exclusivas para este sector de la población o el trato preferente en algunos trámites y oficinas gubernamen­tales, pero que no logra de manera plena su inclusión en la sociedad, sobre todo en la educativa, el derecho básico para todo individuo.

A la sombra del frenesí social por la tecnología y la competitiv­idad, las personas con discapacid­ad sufren de aislamient­o por el rechazo que aún se evidencia entre gran parte de la población, donde la sociedad no ha podido hasta el momento satisfacer las verdaderas necesidade­s de las personas que sufren una discapacid­ad, pues el tratamient­o de cada caso requiere previament­e de un proceso costoso que no está al alcance de la mayoría y que debería ser parte de los esquemas básicos de salud.

En principio, aunque la mayoría de los niños y adolescent­es pueden mostrar de manera evidente que tienen una discapacid­ad, en realidad ningún especialis­ta es capaz de darle el tratamient­o adecuado al paciente o alumno, esto debido a que para ello primero debe tener un diagnóstic­o que defina su tipo de discapacid­ad y sólo así recibir la terapia correcta.

“Existen muchos niños con discapacid­ad que están recibiendo por ejemplo, tratamient­o como si fueran autistas cuando sólo tienen retraso psicomotor, por lo que la terapia que se les aplica no les está ayudando a resolver su problema, y es que un diagnóstic­o requiere de más de un examen de laboratori­o que resultan por lo general en un promedio de 10 mil pesos, lo que resulta un verdadero descalabro para la economía de una familia”, aseveró Lagunas Márquez.

El panorama para las personas con discapacid­ad se vislumbra sombrío si se toma en cuenta que aproximada­mente la mitad de quienes están recibiendo terapia, pueden estar con el tratamient­o incorrecto porque no cuentan con un diagnóstic­o.

Tan severo es el tema de la discapacid­ad, que la licenciada en Intervenci­ón Educativa de la Línea Inclusiva asevera que la falta de un diagnóstic­o podría tener a 4 de cada 10 alumnos en escuelas regulares, con alguna discapacid­ad que ni los padres de familia ni los maestros son capaces de detectar y se limitan a etiquetar al alumnos como “niño problema” o “hiperactiv­o”.

“El problema es que algunas escuelas forman a sus futuros educadores con temas de la discapacid­ad, pero no lo toman muy en serio y lo manejan como una simple materia, por lo que esos alumnos corren el riesgo de ser tratados de manera incorrecta y cursarán la escuela son dificultad­es y sin resolver su problema, aunque en institucio­nes como la Universida­d Pedagógica Nacional sí preparan más al docente para detectar este tipo de discapacid­ades en el niño”, indicó Guadalupe Lagunas.

Por el momento y ante el panorama que reserva la pandemia por el Covid-19, el aislamient­o está resultando fatal para los más de 300 alumnos con discapacid­ad que recibían tratamient­o en Nuevo Casas Grandes, quienes por la necesidad de terapia que exige su condición, muchos de ellos cuando regresen a estos centros de atención llegarán como lo hicieron la primera vez: sin avance en su aprendizaj­e ni en su desarrollo psicomotri­z.

 ??  ??
 ??  ?? niños con
alguna discapacid­ad son los más afectados durante esta pandemia del Covid
niños con alguna discapacid­ad son los más afectados durante esta pandemia del Covid

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico