El Economista (México) - Autos
JERARCA ELÉCTRICO
Fue el primero del mercado y hoy refuerza su liderazgo como el más avanzado de este sector. Su mejorado tren motriz le permite circular más kilómetros con una mejor sensación
Fue el primer vehículo eléctrico a la venta en el mundo y hoy se renueva para mantener el liderazgo en el segmento de los modelos de conducción sustentable. La segunda generación del Nissan Leaf se presentó formalmente para los mercados de América.
INSPIRADO EN EL AIRE
Con su arribo a nuestro continente entonces podemos hablar de datos oficiales de homologación tales como autonomía, tiempo de recarga y prestaciones. Pero antes de entrar en materia su avanzado exterior merece centrar nuestra atención en conocer a detalle los trazos que dieron forma a su carrocería menos controversial que la vista en la primera.
Verás que sus líneas guardan una estrecha relación con el resto de sus hermanos. Atrás quedó el estilo futurista y en parte alejado de la realidad que colocaba al Leaf en otra dimensión entre los clientes que buscaban una nueva propuesta de movilidad. Sus dimensiones se mantienen casi intactas comparado con la primera versión: largo de 4,480 milímetros contra 2,445 mm; ancho de 1,770 contra 1,790 mientras que el alto resultó en 10 milímetros más cor- to comparado con el modelo 2017, al registrar 1,540 milímetros. La distancia entre ejes se mantuvo sin cambio con 2,700 mm.
La postura debe su inspiración al diseño de las alas de un avión. En este punto Mitsunori Morita, Program Design Director de Nissan, señaló que el trabajo en aerodinámica fue clave en la mejora de prestaciones. La forma de cuña del Leaf pretende un mejor paso del aire tanto por arriba como por el suelo de tal forma que converjan a la mayor distancia posible de la parte trasera del auto y así evitar turbulencias que restarían eficiencia aerodinámica. En el caso del piso, el ingeniero japonés fue enfático al puntualizar que se rediseñó por completo la parte baja del Leaf para reducir la resistencia al avance.
Si bien es cierto que la segunda generación del Nissan Leaf tiene una imagen menos radical, también es cierto que sus formas se resisten a abandonar su carácter como un auto con un alto grado de avance tecnológico. Esto queda claro con los elementos que reafirman su vocación como un medio de movilidad amigable con el medio ambiente impulsado por electrones. Así, tanto logos (con la leyenda Zero Emission) como la parrilla están adornados con vivos azules que denotan su propulsión alternativa.