El Economista (México) - Autos
CHEVROLET Aveo
La transmisión automática desentona en esta propuesta j juvenil. Ofrece lo necesario para el uso diario.
El cambio generacional en este sedán subcompacto era obligado. Casi 10 años en el mercado (algunos de ellos con producción nacional) son prueba de la confianza y del acceso que tuvo una buena parte del mercado gracias a su precio competitivo. El nuevo modelo, al que no se le puede denominar como cambio generacional, deberá luchar contra estos dos tópicos. El Aveo 2018 llega también de Asia, tal como ocurrió con su antecesor, sólo que se trata de China como su país de origen mientras que en el pasado lo fue Corea.
NADA QUE VER
De esta forma llega como modelo 2018 pero con nada o poco que decir como evolución de la generación pasada. Por el contrario, se muestra como un nuevo exponente con atributos importantes de diseño como el frente con configuración más fresca de parrilla, fascia y faros, tanto así que hasta puede considerar que su imagen tiene algo de dinamismo. Pero antes que repruebes mi dicho, déjame justificarlo: por los costados hay dos líneas ascendentes que van desde las puertas delanteras hasta la cajuela haciéndolo ver en forma de cuña. Esta versión llamada LTZ es la más equipada y por tal razón nos encontramos con los siguientes elementos como los más importantes: mayor presencia de cromo, faros de niebla en el frente, rines de aluminio con y diámetro de 15”.
CUMPLIDOR
Plástico por todos lados pero con una aceptable imagen, pues no hay deficiencias de acabados como malos ensambles o rebabas visibles. El diseño hace mucho para crear una atmósfera agradable sobre todo porque a pesar de tratarse de un auto de un segmento de entrada, hace el esfuerzo por lucir como si fuera de un nivel más alto y lo logra muy bien.
En el centro del tablero esta versión tiene una pantalla de 4.2” a color que no es sensible al tacto y que desafortunadamente tiene una tipografía muy pequeña, lo que obliga a distraerse mucho para voltear a verla y saber qué es lo que estamos haciendo. Por otro lado, debajo de ella están los controles para las cuatro ventanillas; requiere un largo proceso de adaptación porque es muy fácil olvidarlo y estar tratando de encontrar el botón sobre el reposabrazos de la puerta mientras conducimos. Debo decirte que a mí me pareció extremadamente in- cómodo porque es necesario inclinarse hacia adelante para poder alcanzarlos. Igual de incómodo puede ser abrir la cajuela. Desde el interior hay una palanca para hacerlo, pero si lo haces desde afuera necesitas insertar la llave y liberar la cerradura. No puede hacerse con el mando a distancia.
El plástico da forma al volante, que a pesar de tener buen tacto, no deja de sentirse barato. Tiene controles básicos para el radio y el teléfono aunque no tienen iluminación, por lo que intentar operarlos de noche es casi imposible, pues no son fáciles de distinguir.
BAJO EL COFRE
El tren motor se muestra más moderno pero con un punto en contra. En primer lugar, el motor de cuatro cilindros ahora es de 1.5 litros de desplazamiento con Apertura Variable de Válvulas o Doble árbol de levas a la cabeza. Esto se traduce en una marginal mejora de desempeño porque, según datos de la marca,
alcanza los 107 hp y par motor de 104 lb–pie; sin embargo; todo lo bien que hasta el momento habíamos hablado se va al traste con la transmisión automática de cuatro relaciones. Desafortunadamente limita mucho al motor, tanto que, a pesar de tener un incómodo cambio manual en el pomo de la palanca, no es mucho lo que podemos obtener para hacer un rebase.
CONCLUSIÓN
Se trata de un auto completamente diferente a la primera generación pero conserva valores como ser un medio de transporte cómodo, durable y con lo necesario para el uso diario. Me parece que el primer punto en contra es la transmisión automática de sólo cuatro cambios. Por el contrario, el equipamiento, el nivel de seguridad (al menos en este paquete) y la habitabilidad interior son sus mejores argumentos. Obligado y necesario debería ser el Programa de Estabilidad.