El Economista (México) - Estrategias
¿Hay que incluir papeles de renta fija?
HACE ALGÚN tiempo recomendaba a los lectores tener una parte del portafolio en liquidez considerando las valoraciones poco atractivas tanto de la renta variable como de la renta fija. Muchos se preguntarán si eso significa que hay que sustituir la parte de renta fija por liquidez. O dicho de otra manera, ¿debemos olvidarnos por completo de los fondos de renta fija? La respuesta corta es: no, los fondos de renta fija siguen teniendo un papel importante en las carteras más conservadoras. Es cierto que, aunque el 2017 ha sido un año muy aceptable para la renta fija de la Zona Euro (con rentabilidades en el entorno de 1% en euros para la deuda pública, pero que suben hasta 4 o 7% para la deuda corporativa y la deuda high yield, respectivamente), los fondos de esta categoría no lo tendrán nada fácil. Lo más probable es que para el año que viene las rentabilidades serán más bajas que las de este año, sin descartar que algunas categorías (como, por ejemplo, la de deuda gubernamental en euros) sufra rentabilidades negativas. Pero, a pesar de ello, sigue siendo interesante mantener una parte del portafolio en fondos de bonos. No tanto por la rentabilidad que puedan ofrecer sino por su característica de diversificación y de contención de pérdidas en caso de caídas en las bolsas. La utilidad de un tipo de fondo no debe ser juzgada de forma independiente, sino en interrelación con los otros tipos de fondos que uno pueda tener dentro de un portafolio.
A más largo plazo, hay un aspecto que juega a favor de los fondos de renta fija. Y es que en caso de subidas de tipos de interés (para la Zona Euro lo cierto es que la inmensa mayoría de analistas y estrategas no esperan alzas de tipos a corto para el año que viene) los gestores pueden incorporar en sus carteras bonos con cupones más altos y eso puede compensar la caída de valoración del resto del portafolio. Con ello quiero decir que el gestor de renta fija suele realizar una gestión activa de su portafolio (incluso hay gestores de renta fija de tipo value).
Para mí uno de los mejores ejemplos de que se puede sacar rentabilidad, incluso en un entorno de tipos bajos, es el de Japón. Estoy convencido de que si pregunto qué rentabilidad han podido sacar (en yenes japoneses, eso sí, para no tener en cuenta el impacto de la depreciación o revalorización del yen) los fondos de bonos japoneses a lo largo de los años, lo más probable es que me contesten que una rentabilidad prácticamente nula. Pues bien, los fondos de bonos en yenes japoneses han conseguido 2.2% anual en los últimos cinco años y 1.7% anual en los últimos 10 años. No es una rentabilidad abrumadora, lo admito, pero es una rentabilidad positiva en todo caso (y en un entorno de muy baja inflación y de algunos periodos hasta de deflación). Así, que hay esperanza en renta fija.