El Economista (México) - Estrategias
Séptima renegociación del TLCAN
LOS AVANCES que se registran al término de la séptima ronda de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) , aunque importantes, todavía reflejan un largo camino por recorrer, lo que hace prever que el proceso seguramente llevará varios meses más, pendiendo sobre este escenario los procesos electorales en puerta tanto en los Estados Unidos como en México, lo que hace presuponer que en nuestro caso seguramente la conclusión del mismo estará a cargo del gobierno resultante del proceso electoral de julio del 2018.
LOS ACUERDOS ALCANZADOS
En la séptima ronda recientemente concluida, se concluyeron los capítulos de Buenas Prácticas Regulatorias, Administración y Publicación (Transparencia) y Medidas Sanitarias y Fitosanitarias así como los Anexos Sectoriales de Químicos y Fórmulas Patentadas, los cuales se suman a los tres capítulos y dos anexos finalizados anteriormente (Pequeñas y Medianas Empresas, Competencia, Anticorrupción y los anexos sectoriales de Eficiencia Energética y de Tecnologías de la Información y Comunicación).
Es importante mencionar que, para el logro de lo anterior, se han implicado siete meses de trabajo y que, para concluir la negociación, es necesario cerrar 30 capítulos. Se planea que la siguiente ronda se lleve a cabo en la primera mitad del mes de abril.
En este escenario, es importante destacar los procesos electorales que se llevarán a cabo en cada uno de los tres países socios. Como sabemos, México celebrará eleccio- nes presidenciales en julio, Estados Unidos tendrá comicios intermedios en noviembre, mientras que las provincias canadienses de Ontario y Quebec también verán procesos electorales a finales del año.
Adicionalmente, durante el transcurso de la séptima ronda de negociaciones, la piedra que vino a molestar en el zapato fue el anuncio de la decisión de Estados Unidos de imponer impuestos a la importación de aluminio y acero.
Hecho que en los días subsecuentes se formalizó al establecerse un arancel de 25% sobre el acero y de 10% sobre el aluminio, de los que se excluyeron, por el momento, a México y Canadá, en tanto se concluyen las negociaciones del TLCAN. Es importante mencionar que Canadá es el principal exportador de acero hacia Estados Unidos, representando 16.5% del total, y México es el cuarto, con 9.2%. Los países que se verán afectados por los nuevos impuestos son Brasil y Corea del Sur, segundo y tercer mayores proveedores, respectivamente. Con lo cual, se abre la posibilidad de posibles represalias comerciales de las naciones productoras afectadas y el peligro latente de una guerra comercial.
LO QUE TODAVíA FALTA POR HACER
Aunque hay optimismo por parte de los negociadores mexicanos para concluir las negociaciones este mismo año, ya se comienzan a escuchar voces en el sentido de que el proceso se extenderá hasta el 2019. Por ejemplo, Moody’s ha señalado que “es más probable que se logre reformar el TLCAN en el 2019, en vez de este año como estimaba su escenario previo”.
La misma consultoría señala que “las consideraciones políticas podrían agregar un elemento de incertidumbre a la negociación a causa de las próximas elecciones presidenciales de México, aunado a la posibilidad de triunfo por parte del candidato que actualmente encabeza las encuestas”.
Por otra parte, todavía falta negociar el capítulo automotriz que, sin duda alguna, es uno de los que mayor controversia genera por la polarización de las posiciones entre México y Estados Unidos, en cuanto al porcentaje de la regla de origen que se aplicará. Pero eso no es todo, recordemos que todavía se encuentra pendiente la decisión de construir el muro fronterizo y que, en caso de ser aprobado por el Congreso de EU, seguramente incidirá no sólo sobre el TLCAN, sino sobre otros acuerdos que se tienen suscritos entre ambos países.
Dentro de todo este escenario complejo, el pasado 8 de marzo se firmó en Chile el CPTPP (Acuerdo Global y Progresivo para la Asociación Transpacífico), con 11 países, el cual llega en el momento en que México necesita fortalecer la tan mencionada “diversificación de los mercados” de los productos mexicanos.
Sin duda alguna que el escenario que se avecina para los próximos meses viene a incorporar mayor incertidumbre en la toma de decisiones de las empresas y de los inversionistas. Es en este sentido en donde los mexicanos esperaríamos propuestas concretas por parte de los que aspiran a gobernar a nuestro país.