El Economista (México) - Reporte Especial
A pesar del éxito, hay grandes desafíos: FIAP
La expectativa de vida, la informalidad y mejorar la tasa de aportación son algunos de los retos
11 países de América Latina han realizado reformas a sus sistemas de pensiones en los últimos 25 años. (Cepal) 130 millones de personas en AL no cuentan con protección para la vejez. (Consar)
El 4 de noviembre de 1980 fue una fecha histórica para los sistemas de pensiones, ya que en Chile se aprobó el Decreto Ley 3.500 que consideraba el remplazo del antiguo sistema de reparto por uno de capitalización individual, mismo que adoptarían varios países de América Latina en años posteriores.
De acuerdo con Guillermo Arthur, presidente de la Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP), este modelo ha sido un éxito en Latinoamérica, pues los recursos que recaudan las instituciones bajo este sistema sirven para realizar inversiones que impulsan el desarrollo económico de los países.
“Todas han sido exitosas, porque si usted ve, en México ya se tiene un fondo mayor a los 190,000 millones de dólares, eso es mucho dinero; la rentabilidad que han obtenido para las inversiones históricamente ha sido de 5% y un aporte enorme al desarrollo económico del país, porque todos esos recursos nacidos a través de distintos instrumentos están financiando obras de infraestructura, carreteras, etcétera. Entonces, todo eso es extraordinario, habla del éxito que tienen”, explicó.
Guillermo Arthur comentó que este tipo de sistemas tiene una ventaja respecto de los de reparto, estos últimos son considerados una bomba de tiempo, ya que de haberse mantenido se tendrían dificultades para pagar las pensiones en el futuro, debido al cambio demográfico que está experimentando el mundo en general.
“Los sistemas de reparto por sus razones demográficas no son viables en el mundo, porque éstos se basan en que los trabajadores jóvenes pagan las pensiones de los trabajadores jubilados y eso era perfectamente posible en la medida en que había muchos jóvenes y pocos mayores, pero cuando la pirámide poblacional se modificó comenzó a invertirse esa situación”, expuso.
DESAFÍOS
El presidente de la FIAP destacó que, a pesar del éxito que ha tenido este modelo en Latinoamérica, hay varios retos en la materia como el incremento en las aportaciones obligatorias, que en México es de 6.5 por ciento.
Desde la perspectiva de Arthur, lo ideal es que la obligatoriedad en nuestro país se ubique como en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos que tienen un promedio de 20%, mientras que en América Latina se encuentra en 10 por ciento.
“Las tasas de aportación a los sistemas de capitalización son muy insuficientes, de manera que yo creo que todos los países que tenemos sistemas de capitalización individual nos demos cuenta de que es urgente subir la tasa de cotización; el otro problema fuerte que tenemos en América Latina es el enorme nivel de informalidad que atraviesan todos los países, algunos más, otros menos, en México la informalidad es alta, por lo tanto el periodo en que un trabajador aporta es un periodo corto, breve, por consiguiente lo más urgente de todo es subir la tasa de aportación”, señaló.
AHORRO VOLUNTARIO
De igual manera enfatizó la importancia de incentivar el ahorro voluntario y de que las empresas implementen el “enrolamiento automático” en donde la compañía le ofrece al trabajador la oportunidad de entrar en un plan de ahorro para su pensión.
“Naturalmente eso debe ir acompañado de incentivos tributarios para las empresas, para los trabajadores, ver elementos de mayor liquidez, pero creo que es muy importante el ahorro voluntario y lo primero cuando estamos hablando de rentas medias, que probablemente no tengan la posibilidad de hacer ahorro voluntario, lo más importante es subir la tasa de aportación obligatoria y después el ahorro voluntario”, aseveró.