El Economista (México) - Termómetro Económico
Tendencias y retos en la agricultura mundial
Aun cuando se observan avances significativos en la reducción del hambre, la pobreza y la seguridad alimentaria mundial, las tendencias económicas y demográficas actuales confirman que mantener el paradigma productivo actual ya no es alternativa; para poder desarrollar el potencial económico y social de los sistemas agrícolas es necesaria una transformación basada en sistemas productivos integrales que contemplen la economía rural y la administración sustentable de los recursos naturales La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por su sigla en inglés) recientemente publicó el documento “El futuro de la alimentación y la agricultura”, en el cual presentan las principales tendencias y retos a los que se enfrentan los sistemas alimenticios mundiales para alcanzar su potencial económico y social.
Destacan como principales tendencias la desaceleración del crecimiento poblacional mundial, contrastada con incrementos en el sur de Asia y África así como el envejecimiento de la misma.
También, la presión que ejercen el crecimiento económico y el comercio mundial en los sistemas alimentarios, toda vez que países emergentes muestran un mayor desarrollo de su clase media y, por consecuencia, un cambio en la demanda alimentaria hacia alimentos de producción más intensiva.
De igual manera, la competencia por la utilización de recursos naturales estresa de manera importante la producción de alimentos y la disponibilidad de los mismos.
Muestra de ello es que la expansión de tierra para uso agrícola continúa siendo la principal causa de deforestación a nivel mundial.
La utilización de alimentos para la producción de bioenergía y, en exceso, de agua pone presiones adicionales a la actividad; en algunas zonas en desarrollo la utilización de agua para producción agrícola puede representar hasta 90% del agua disponible para consumo.
Por otro lado, la actividad es una de las fuentes principales de gases de efecto invernadero (alrededor de 21% del total), lo que se traduce en un incremento de los efectos por cambio climático. Paradójicamente, este último es uno de los principales riesgos para la actividad agrícola mundial.
De igual manera, la FAO destaca la presencia
* José Renato Navarrete Pérez es Subdirector Técnico y de Redes de Valor. “La opinión aquí expresada es del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA”.