El Economista (México) - Termómetro Económico
Debacle en los mercados
Tras las fuertes ganancias que se registraran en los mercados accionarios a nivel global durante el 2017 en un entorno de tasas de interés bajas, este mes de febrero arrancó con un golpe de realidad que ha generado una debacle en los mercados haciendo que simplemente se desplomaran los principales índices norteamericanos arrastrando al resto de las bolsas del mundo a territorio negativo
Tan sólo para que se den una idea, los principales índices en Nueva York sumaron el pasado jueves una pérdida de más de 10% que los puso en terreno de corrección, mientras que a lo largo de la semana, el Dow Jones y el S&P 500 perdieron 5.11% y el NASDAQ cayó 5.01 por ciento.
En Asia, el índice compuesto de Shanghai ha caído 14.6% desde que tocó un máximo de dos años a fines de enero, mientras que el Nikkei de Japón ha disminuido 12.6 por ciento.
En Europa, el Dax de Alemania ha perdido 11.7% desde fines de enero, mientras que muchos otros índices europeos han caído en aproximadamente entre 9 y 10 por ciento.
En Latinoamérica el índice argentino Merval ha caído hasta 16% después de establecer un máximo histórico el 1 de febrero, mientras que el S&P/BMV IPC de nuestro país perdió en los últimos cinco días 5.15%, su peor desempeño desde enero del 2016.
La sangría en los mercados se originó a partir del 2 de febrero en el que el Departamento del Trabajo de los Estados Unidos informó sobre un incremento, el más fuerte desde el 2009, en los ingresos por hora de los trabajadores para enero, prendiendo la mecha sobre la posibilidad de un aumento en las presiones inflacionarias de ese país, que harían que la Fed tuviera que actuar de manera más agresiva incrementando su tasa de interés.
En consecuencia, la semana pasada el rendimiento del Bono a 10 años en los Estados Unidos llegó a su nivel más alto en los últimos cuatro años al tocar 2.85%, lo que inmediatamente generó pánico entre los inversionistas en los mercados accionarios y los puso a reacomodar sus portafolios.
A lo anterior habría que sumarle el acuerdo al que llegó el pasado viernes el Congreso de los Estados Unidos, en donde le autorizó al gobierno federal un presupuesto por dos años en el que incrementa el gasto en 300,000 millones de dólares y suspenderá el techo de endeudamiento por un año, lo que nos habla de mayores presiones inflacionarias y un déficit fiscal mayor, que tendría que ser fondeado a mayores tasas de interés.
Lo anterior sin duda tiene impacto en las bolsas, los mercados de deuda y los cambiarios.
Para aderezar la volatilidad, el Banco de Inglaterra y el BCE anunciaron en sus reuniones de política monetaria que piensan iniciar un ciclo de alzas en sus tasas de interés en el corto plazo.
En México las cosas se complican frente a las presiones inflacionarias que se han venido sintiendo, y que hicieron que el Banco de México incrementara su tasa de referencia en 25 puntos base para llevarla a 7.50% y anunciara que espera que la inflación converja con la meta hasta el año entrante. Sin duda, Banxico tendrá que ir de la mano con la Fed.
La perspectiva de alzas en tasas en los Estados Unidos también le mete presión a nuestro tipo de cambio, que perdió 1.4% en la semana.
Esta semana, los mercados estarán muy pendientes del dato de inflación en los Estados Unidos para definir su rumbo.
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