El Economista (México) - Turismo
TEMPORADA ALTA
Roberto Montalvo Gómez, académico de la Universidad Iberoamericana, explica los escenarios que se pueden presentar durante las campañas electorales
LAS PRECAMPAÑAS ELECTORALES concluyen y se abre la carrera electoral en nuestro país; ante este panorama todas las actividades económicas están atentas a las señales que nuestra política interna generará, es por ello que el turismo también atiende a los diferentes escenarios que se pueden presentar durante las campañas y en el desenlace poselectoral.
Es muy importante tener presente que, durante este periodo, tendremos dos temporadas altas en el camino (Semana Santa y verano); ante tal situación es necesario reflexionar sobre los diferentes impactos que pueden tener los comportamientos de algunos aspirantes a gobernarnos, y de los cuales, seguramente, escucharemos los buenos resultados en turismo generados por el actual gobierno: octavo lugar en el ranking mundial, casi 9 millones de empleos directos generados por el sector, 20% de la población entre 15 y 24 años empleados por esta actividad, etcétera.
Por otra parte, escucharemos el discurso crítico de la oposición señalando fallas metodológicas en los registros oficiales nacionales; a los candidatos “independientes” llamando a escuchar a la sociedad para el desarrollo económico y político; en fin, será un bombardeo incesante de información, situación que preocupa y ocupa a los empresarios de cualquier tamaño que desean un mensaje alentador y que muestre una imagen positiva, y que el conflicto electoral y la guerra sucia no se sumen a las ya peligrosas realidades de nuestra imagen turística como lo es la inseguridad.
El entorno, sin duda, es complejo; tenemos un crecimiento notable durante este sexenio, con esfuerzos importantes por diversificar nuestros mercados; pero al mismo tiempo los polos turísticos más fuertes se han visto en medio de incidentes de inseguridad con trascendencia internacional.
Existen también resultados en temas legislativos para apoyar, por ejemplo, la industria vitivinícola y los derechos de los consumidores de servicios de transportación aérea; de tal forma, la política electoral debe ser responsable para que podamos continuar una marcha que consolide los esfuerzos del sector.
La imagen que proyecten las campañas electorales es muy importante, ya que el turismo doméstico también puede verse afectado durante este periodo, generando desconfianza, por tanto, una caída en la intención de viaje.
El principal factor a considerar es la posibilidad de conflictos políticos que deriven en inestabilidad social y se presenten movimientos como el de la APPO en Oaxaca (2006-2007), o declaraciones electorales que generen incertidumbre y detengan la inversión; sin embargo, es cierto que nuestro sector ha mostrado resiliencia y no ha tenido impactos importantes en entornos similares en más de 40 años, pero venga aquí un llamado a la responsabilidad de nuestros aspirantes a gobernar.