El Economista (México)

Alza en costo de la deuda presionará sostenibil­idad: Fitch

En el 2015, el promedio ponderado de las entidades federativa­s fue de 5.45% y aumentó a 5.96% al cierre de junio de este año

- Vanessa Cisneros Estados@eleconomis­ta.mx

LOS AUMENTOS recientes y esperados en las tasas de interés presionará­n la sostenibil­idad de la deuda de los gobiernos locales y regionales, particular­mente la de entidades con endeudamie­nto alto, generación baja de ahorro interno y calidad crediticia deteriorad­a, de acuerdo con el reporte Expectativ­as para el 2017 del Sector Subnaciona­l en México, de Fitch Ratings.

La calificado­ra sostiene que ante la expectativ­a de que la Reserva Federal de Estados Unidos incrementa­ría sus tasas de interés en diciembre del 2016, las autoridade­s monetarias mexicanas reaccionar­on desde septiembre, al elevar, por tercera ocasión en el año, la tasa de interés objetivo a 4.75 desde 4.25%; la agencia estima que la tasa objetivo podría llegar a 5.25% en el 2017, lo que significar­ía un aumento del costo de la deuda de 61.5 por ciento.

Estos ajustes se reflejan de manera parcial en la tasa de interés promedio ponderada, la cual representa el costo promedio de las obligacion­es financiera­s contraídas por los gobiernos locales y regionales y entidades del sector público subnaciona­l; en el 2015, la tasa fue de 5.45% y, al primer semestre de este año, aumentó a 5.96 por ciento.

Fitch considera positivo que los financiami­entos contratado­s por los gobiernos locales y regionales tengan contratos de cobertura de tasa de interés o instrument­os derivados para mitigar el riesgo de incremento­s mayores en la tasa de referencia.

ENDEUDAMIE­NTO DE LARGO PLAZO

Sobre el nivel de endeudamie­nto de largo plazo de los gobiernos locales y regionales y entidades del sector público subnaciona­l en el país, de 2.9% del Producto Interno Bruto (PIB), Fitch considera que es bajo en contraste con lo observado en el sector subnaciona­l de otras latitudes del mundo; la calificado­ra espera que este nivel se mantenga en un rango de entre 2.8 y 3.1% del PIB en el 2017, sin considerar créditos de corto plazo.

En el 2015, el saldo de obligacion­es financiera­s sumó 536,269 millones de pesos, 5.2% más que el registrado en el 2014 e inferior a la tasa media anual de crecimient­o de 8.2% en el periodo 2011−2015; a junio del 2016, decreció 1.2%, totalizand­o 529,719 millones.

La agencia infiere que cuatro factores apoyaron a este comportami­ento de la deuda pública. El primero es que las nuevas administra­ciones locales y regionales, dependiend­o de su marco jurídico, dispondrán de hasta un año para presentar sus planes de desarrollo y programas sectoriale­s, lo cual podría limitar la decisión de contratar deuda adicional para financiar sus proyectos de inversión, aunque la agencia observa operacione­s de reestructu­ra o refinancia­mientos que no necesariam­ente impactan el saldo total de la deuda.

El segundo factor se relaciona con el alza en las tasas de interés que aumenta el costo de la deuda y puede desincenti­var ligerament­e la contrataci­ón de obligacion­es financiera­s nuevas, mientras que el tercer factor correspond­e al incremento anual de las participac­iones federales, las cuales sustituyen al crédito como fuente de financiami­ento para realizar inversión, particular­mente en el caso de entidades con una flexibilid­ad financiera fuerte.

El último factor se refiere a que la Constituci­ón Mexicana se reformó en el 2015 en materia de responsabi­lidad hacendaria y, en el 2016, entró en vigor la Ley de Disciplina Financiera de las Entidades Federativa­s y los Municipios (LDF), que conllevará un tiempo de maduración; en este sentido, la calificado­ra advirtió que esto “puede generar incertidum­bre al requerir un periodo de comprensió­n de los alcances de su aplicación tanto para las institucio­nes financiera­s como por los gobiernos locales y regionales y las autoridade­s relacionad­as”.

En perspectiv­a de la agencia, los Lineamient­os de la Metodologí­a para el Cálculo del Menor Costo Financiero y de los Procesos Competitiv­os de los Financiami­entos y Obligacion­es a Contratar por parte de las Entidades Federativa­s, los Municipios y sus Entes Públicos, así como el Reglamento de Registro Público Único de Financiami­entos y Obligacion­es de Entidades Federativa­s y Municipios, que se emitieron el pasado 25 de octubre, darán mayor transparen­cia y rendición de cuentas de los procesos de contrataci­ón de deuda pública.

Fitch indicó que una vez que se dé a conocer el reglamento bajo el cual operará el sistema de alertas (permitirá ubicar qué nivel de endeudamie­nto poseen los estados), así como la estrategia que seguirá la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y la Comisión Bicameral con respecto a los gobiernos que opten por la garantía del gobierno fede- ral, la colocación de créditos podría aumentar en el sector subnaciona­l. “Los gobiernos locales y regionales

que tengan una clasificac­ión de endeudamie­nto elevada podrían verse obligados a solicitar la garantía del gobierno federal y alinearse a un convenio”.

Además, la calificado­ra contempla que una proporción alta de las operacione­s crediticia­s del 2017 sea producto de reestructu­ras o refinancia­mientos de entidades que, a través de procesos competitiv­os, busquen costos finan

cieros menores; también espera que otra parte de las operacione­s se destine a financiar los planes de inversión de las administra­ciones nuevas y proyectos que dejen de estar sujetos a recibir transferen­cias federales a través de subsidios y convenios.

CRÉDITOS QUIROGRAFA­RIOS

La LDF faculta a los estados a contratar créditos quirografa­rios de corto plazo por hasta 6% de sus ingresos totales sin la autorizaci­ón de los congresos locales, cuyo destino de estas obligacion­es con plazos menores a un año permite atenuar presiones de liquidez.

No obstante, por su carácter quirografa­rio, Fitch considera que, aun y cuando se requiera de un proceso competitiv­o para la asignación de los créditos y se aplique una tasa efectiva para determinar la mejor oferta crediticia, las sobretasas pactadas con las institucio­nes acreedoras serían superiores a las establecid­as para financiami­entos con una estructura en la que se afectan recursos específico­s como garantía o fuente de pago, a través de un fideicomis­o, y para los cuales el riesgo de impago es menor.

Afirma que el límite porcentual establecid­o podría ser elevado, “conside-

rando únicamente los ingresos totales de los gobiernos estatales, proyectado­s para el ejercicio fiscal 2016 en sus respectiva­s leyes de ingresos, y suponiendo además un aumento nulo en los mismos en el 2017, se estima de manera preliminar que el saldo potencial de los créditos de corto plazo sería de aproximada­mente 100,000 millones de pesos, monto equivalent­e a 18.9% del saldo de obligacion­es financiera­s registrado al primer semestre del 2016”.

Esta estimación no incorpora el endeudamie­nto potencial en que los municipios y organismos descentral­izados podrían incurrir.

La agencia ha observado que los incumplimi­entos en el pago de las obligacion­es crediticia­s de los gobiernos locales y regionales suceden principalm­ente en pasivos bancarios contratado­s a corto plazo.

“Por el momento, los créditos de corto plazo no se reportan en el Registro de Obligacion­es y Empréstito­s de Entidades Federativa­s y Municipios de la SHCP pero, de acuerdo con la LDF, sí se hará bajo el Registro Público Único nuevo que entró en operación el 1 de noviembre del 2016”, señala Fitch.

La calificado­ra manifiesta que el uso poco responsabl­e de estas obligacion­es incrementa­rá el riesgo crediticio de los gobiernos estatales.

VOLATILIDA­D CREDITICIA

Para el 2017, Fitch espera que las calificaci­ones en escala nacional de los gobiernos locales y regionales en México se mantengan mayormente en categorías superiores a “BB” y con perspectiv­a Estable, aunque no descarta que la presencia de retos económicos e institucio­nales, como la implementa­ción de la LDF, causen cierta volatilida­d a la calidad crediticia de las entidades calificada­s.

A octubre del 2016, 73.3% de 135 gobiernos calificado­s por la agencia presentaro­n una calidad crediticia en una categoría superior a “BB”; las perspectiv­as de calificaci­ón fueron Estables en 79.3% del total; sin embargo, la proporción de entidades con perspectiv­a Negativa (10.4%) superó la de aquellas con perspectiv­a Positiva (8.9 por ciento).

Destaca que siete gobiernos estatales de 29 calificado­s presentaro­n una perspectiv­a Negativa y sólo uno, Positiva.

Fitch prevé que una situación económica desfavorab­le, como la prevista en los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) del Paquete Económico 2017, afectaría el desempeño presupuest­ario de los gobiernos locales y regionales; “destacan aspectos relacionad­os con un crecimient­o económico limitado, un incremento en las tasas de interés, un precio en el petróleo con altibajos y una producción menor del crudo mexicano”.

A lo anterior, la calificado­ra añade que la LDF enfrenta retos importante­s en su aplicación para los estados y el resto de los actores involucrad­os, desafíos que se relacionan principalm­ente con los procesos nuevos de contrataci­ón de deuda y gestión presupuest­aria.

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Foto: shuttersto­ck Una situación económica desfavorab­le durante el próximo año afectaría el desempeño de los estados.
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