Los fenómenos de conducta detrás de la elección de Donald Trump
Actualmente los países presentan profundas divisiones al interior de sus poblaciones, las cuales se traducen en cambios radicales de sus conductas políticas y económicas
La popularidad no debería pesar en las elecciones. Si así lo fuera, el Pato Donald y los Muppets tendrían escaños en el Senado. Orson Welles, director de cine
La reciente elección presidencial en Estados Unidos y el triunfo de Donald Trump presenta un conjunto importante de ejemplos de cómo los fenómenos económicos, culturales y de percepción moldean la conducta de las personas.
La candidata demócrata Hillary Clinton ganó en 90% de las zonas urbanas del país, mientras que Trump obtuvo cerca de 80% de los suburbios, las ciudades pequeñas y las áreas rurales. El presidente electo logró casi 60% del voto blanco y Clinton ganó prácticamente entre el resto de otras razas; sin embargo, en grupos raciales como los latinos y los asiáticos, cerca de 30% de sus votos fueron para Trump.
La exsecretaria de Estado ganó entre las personas con nivel de educación universitaria y de posgrado. Por su parte, Trump ganó entre las personas con menor nivel de educación. Por rango de ingreso, Clinton ganó entre las personas de menor ingreso que se beneficiarion con algunas políticas de Obama; pero parte importante de los sectores medios votaron por Trump porque tienen la percepción, no necesariamente correcta, que las políticas demócratas afectaron su nivel de vida.
Tratándose de rangos de edad, Clinton ganó entre los jóvenes adultos y entre personas de menos de 30 años. El magnate republicano ganó entre los grupos de mayor edad.
Para algunos, este resultado electoral mostró la poca participación de los jóvenes Millennials, pero también muestra la reducción de su influencia electoral. Como producto de la transición demográfica, los jóvenes menores de 30 años en edad de votar representan apenas 14% de la población, lo que permitió que las personas de más edad definieran la elección. A ello se suma evidentemente el hecho de que muchos de estos jóvenes, como ocurre en todo el mundo, se sienten profundamente lejanos y no representados por las instituciones políticas existentes y los partidos políticos.
A partir de la elección, existe una enorme incertidumbre en México y el mundo, pero incluso en el interior de Estados Unidos. Por primera vez en la historia reciente de ese país vemos manifestaciones en las grandes ciudades, en protesta por el triunfo de Trump; siendo conveniente recordar que más de la mitad de las personas votaron por Clinton, pero el caduco sistema electoral de EU hizo a Trump presidente.
Hoy vemos movimientos separatistas en California, que parecen una broma hasta que recordamos que también tomamos a broma la primera precandidatura de Trump en el 2011, así como la posible salida de Gran Bretaña de la Unión Europea si nos lo hubieran dicho hace tres años.
Actualmente, los países presentan profundas divisiones al interior de sus poblaciones, las que se traducen en cambios radicales de sus conductas políticas y económicas. En muchos países, la época del liberalismo y de las libertades (incluyendo las económicas), se enfrentan con una nueva visión ultranacionalista, arcaica y retrógrada.
Los procesos electorales muestran, por ejemplo, claras divisiones entre los viejos y los jóvenes, creando en este enfrentamiento peligros para el futuro económico para los segundos y la vida inmediata de los primeros.
Las sociedades de países como México, pero principalmente sus estructuras políticas y de representación, ya deberían haber entendido que la falta de canales genuinos de representación, la falta de atención a terribles problemas como la desigualdad, el crecimiento económico y la corrupción terminan por generar decisiones entre los diferentes grupos de la ciudadanía, que no necesariamente son en su mejor interés, ni en el del país.
En la próxima colaboración, abordaré algunas de las posibles consecuencias para México, de la Presidencia del candidato más retrógrada, inexperto y volátil de la historia moderna de Estados Unidos.
El autor es politólogo, mercadólogo, especialista en economía conductual y director general de Mexicana de Becas, Fondo de Ahorro Educativo. Síguelo en Twitter: @ martinezsolares.