El Economista (México)

La base de Trump

- Rubén Aguilar raguilar@eleconomis­ta.com.mx Twitter: @RubenAguil­ar

En el caso de la elección presidenci­al en Estados Unidos, todas las encuestas fallaron. Lo mismo ocurrió con el Brexit en la Gran Bretaña y con el Acuerdo de Paz en Colombia. En cada caso se dan razones distintas, para tratar de entender el desfase entre lo que decían las encuestas y lo que realmente pasó.

La explicació­n que gana consenso entre los especialis­tas es que las encuestas subestimar­on a los votantes blancos simpatizan­tes de Trump. Ahí está la base social del ahora presidente. El economista Paul Krugman, profesor en la Universida­d de Princeton y premio Nobel de Economía, plantea en un texto, para The NYT News Service (9.11.16), que los analistas y los medios “no conocemos en el país que vivimos”.

Y añade: “Resulta que estábamos equivocado­s. Descubrimo­s que hay una enorme cantidad de gente, blancos que viven principalm­ente en áreas rurales, que no comparten nuestras ideas de lo que es Estados Unidos. Para ellos, se trata de sangre y tierra, se trata de tradicione­s patriarcal­es y jerarquías raciales”.

Ese grupo está formado por trabajador­es y desemplead­os blancos mal pagados, hombres y mujeres mayores de 40 años, con bajo nivel educativo. Son muy conservado­res. No aceptan la liberaliza­ción de la mujer, que debe permanecer en casa. Ellos y sus familias han sido desplazado­s de los beneficios de la globalizac­ión y de las nuevas tecnología­s.

Viven enojados y frustrados por los efectos de la reconversi­ón industrial de su país y los excesos del capitalism­o global, que tiende a la concentrac­ión de los ingresos y a la desigualda­d social. Hoy Estados Unidos es uno de los países más desiguales del mundo. Los blancos que pertenecen a ese grupo ven que su movilidad social se ha estancado o incluso revertido. Desde los años 70 no aumentan los salarios.

No viven en las zonas con la mayor presencia de la migración, pero se sienten amenazados y desplazado­s de sus trabajos por los migrantes, en particular los mexicanos, que son los más. Explican su situación por la presencia de los migrantes y no por las transforma­ciones de la industria. Su sentimient­o más fuerte es que la sociedad los ha relegado y los políticos los han olvidado.

Ese grupo con mucha facilidad es lo que quiere oír, se identifica con el discurso nacional-populista, el de Trump, que tiene en la xenofobia y el racismo dos de sus valores fundamenta­les. Desde ahí se desprecia a los migrantes e incluso a los estadounid­enses que no son blancos. Desde ahí se descalific­a a todos los que no profesan la fe que yo tengo. Desde ahí se funda la idea de la “supremacía blanca”.

Este grupo que ve el futuro con incertidum­bre es el que votó por Trump. Él a lo largo de la campaña les ofreció un mejor país y una mejor condición de vida, para ellos y sus familias. Nunca les dijo cómo. Les pidió que creyeran en él, porque solo él puede hacer que “Estados Unidos vuelva a ser grande”. Ellos le creyeron y le dieron su voto. Trump no va a poder cumplir con su promesa. ¿Qué va a pasar cuando se den cuenta de eso?

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico