En Sonora crecen los riesgos para los migrantes
LAS CONDICIONES de inseguridad que se viven en lugares emblemáticos en el cruce de migrantes en Sonora, como lo es el municipio de Altar, está obligando a los centroamericanos a tomar nuevas rutas en esta zona fronteriza.
Sin embargo, las amenazas del crimen organizado ya alcanzaron a integrantes de la Casa del Migrante de Caborca, que con apenas cuatro meses de iniciar la labor de dar refugio a quienes buscan llegar a Estados Unidos, fueron intimidados por “sicarios”.
Irineo Mújica, fundador del albergue y coordinador de Pueblo sin Fronteras, detalló en entrevista que la semana pasada un grupo de sujetos encaró a voluntarios del albergue y los amenazó.
“Personas del narcotráfico están molestos en Caborca. En este municipio son nuevos para ellos (los migrantes)”, dijo.
Explicó que Caborca se ha vuelto importante para el paso de migrantes. Antes donde tenían la oportunidad de cruzar a Estados Unidos era por Sonoyta y Altar, que hacen frontera con Arizona.
Sobre Altar, aseguró que “se ha vuelto muy complicado, pues si entras, ya no puedes salir, los narcotraficantes piden cuota para poder dejar ese territorio”.
Irineo Mújica detalló que para cruzar por el desierto, los narcotraficantes los utilizan como “mulas”, es decir, son obligados a cargar mochilas con droga hacia Estados Unidos, lo que significa que los grupos delictivos tienen control absoluto de quién pasa y quién no.
Desde que abrió sus puertas en julio pasado la Casa del Migrante de Caborca no ha dejado de recibir a decenas de centroamericanos, incluso hay días donde el número supera a las 200 personas, ya que “son infinidad los que pasan por la zona”.
Tras las amenazas recibidas del crimen organizado, el albergue decidió hacerlas públicas y exigir a las autoridades que brinden la seguridad necesaria para poder realizar sus actividades, mientras que la CNDH emitió medidas cautelares.