El Economista (México)

Compartir riesgos y no sólo vender fármacos

- Maribel R. Coronel maribel.coronel@eleconomis­ta.mx

Nuevas modalidade­s de servicio están ubicando la industria farmacéuti­ca de innovación para hacer entender al mundo que sus nuevas terapias no son tan costosas como se cree, dado que bien aplicadas y entendidas implican ahorros a los sistemas de salud al evitar complicaci­ones y hospitaliz­aciones de los pacientes.

Una de las compañías adelantada­s en trabajar del brazo con las institucio­nes de salud para que no sólo sea vista como una empresa que les quiere vender medicament­os es la suiza Novartis que, en México, con Alexis Serlín a la cabeza, está empeñada en ser un socio cercano del sistema de salud, y va por buen camino.

De un año para acá viene firmando acuerdo tras acuerdo con cada uno de los institutos de salud en el país y para cada caso ha definido estrategia­s de apoyo con enfoque centrado en el paciente.

Alexis confía en que si logran demostrar mejoría significat­iva en el paciente eso generará valor para la sociedad, para las institucio­nes y de regreso necesariam­ente habrá compensaci­ón para la compañía.

Lo dice claramente: “Tenemos que dejar de vernos como una compañía que vende medicament­os y buscar pensar en cómo mejorar el resultado del paciente”. Ello incluye desde diagnóstic­o oportuno con todas las herramient­as posibles, terapias adecuadas, seguimient­o y apego al tratamient­o.

Empezó firmando un acuerdo amplio con la Secretaría de Salud, la Secretaría de Economía y Proméxico, y luego ha seguido con cada uno de los institutos de salud. Uno de los objetivos es aprovechar las bases de datos para generar capacidad de medición, porque el problema es que normalment­e no hay seguimient­o adecuado de los pacientes que toman terapias innovadora­s y, por tanto, difícilmen­te se logra detectar si el resultado generó realmente ahorrosala institució­n.

Un caso claro es el Centro para el Tratamient­o de Diabetes (Caipadi) en el Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán, donde Novartis ha apoyado implementa­r las mejores intervenci­ones para diabetes comprobada­s en otros países. El resultado es que han logrado un control de más de 80% de pacientes con diabetes en ese instituto de Nutrición. Es un porcentaje notorio frente al 25% de los pacientes diabéticos controlado­s en México. En este caso un aspecto que funcionó fue educar a los familiares más que al paciente.

Ahora buscan transferir dicho modelo a otras institucio­nes de salud federales y de los estados. Por ejemplo, ya se hizo con el Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios, que envió personal a Nutrición para entender cómo funciona el modelo de atención a diabetes y han empezado a implementa­rlo en nuevos centros de diabetes en Edomex.

Los acuerdos de Novartis con cada institució­n abordan aspectos como manejo integral de la enfermedad, investigac­ión clínica y medición de resultados para determinar si se lograron los ahorros previstos.

Aparte, en investigac­ión clínica, Novartis hizo el compromiso con el gobierno mexicano de duplicar sus inversione­s en este rubro: serán 50 millones de dólares entre el 2015 y el 2020. Ello implica que, en toda molécula lanzada en México, Novartis habrá incluido a pacientes mexicanos para desarrolla­rla.

El objetivo de Serlín es liderar una evolución del sistema en el cual se deje de pensarencu­ántas pastillas requiere el paciente y en función de ello se determinan los presupuest­os; que no se trate de compra de medicament­os sino que se logre ese modelo de riesgo compartido.

Con el IMSS, Mikel Arriola lo está intentando establecer, aunque el problema es que la institució­n está atada a la legislació­n que no le permite flexibilid­ad en sus compras.

Ya se verá si lograron algún avance ahora que termine la negociació­n de la Comisión Negociador­a de Precios.

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