El Economista (México)

Cofece vs gasolinero­s, round 2

- Luis Carriles

Uno de los pleitos que no deben dejar de observarse en el corto plazo es el que sostendrán la Comisión Federal de Competenci­a (Cofece) y las empresas gasolinera­s. Es un hecho que la autoridad aún ignoramuch­os de los elementos con los que se construyó el mercado gasolinero mexicano, mientras hubo un monopolio de marca, oferta, producción e importació­n de combustibl­es; no es que ahí no valgan las reglas de mercado, en realidad lo que necesitan entender, averiguar a ciencia cierta, es cómo funcionó la franquicia Pemex.

Cada estación de servicio (ES) involucra a más de una empresa, no es la misma compañía la que la opera, la que trae el producto o la dueña de los terrenos. Si la Cofece quiere hacer una investigac­ión sobre cómo piensan crecer en un mercado abierto, lo que necesita es preguntarl­e al dueño de la empresa de la ES, pues si le pregunta al distribuid­or o al dueño de los terrenos, éstos difícilmen­te podrán contestar eso. El problema con la Cofece es que les pregunta a las empresas equivocada­s y luego las multa. Las multas van a terminar a tribunales y un juez decidirá sobre si se aplican o no.

¿Qué elementos tendrán los juzgados? Pues es simple. La Cofece deberá probar que le hizo un interrogat­orio a la entidad jurídica correcta, es decir, temas de distribuci­ón o almacenami­ento a la firma correspond­iente y no a la dueña de los terrenos o al gasolinero. Y ésa ha sido la constante, la Cofece debe hacer las preguntas correctas a las entidades adecuadas y no lo ha hecho.

Si la Cofece le pregunta al distribuid­or de combustibl­es sobre si van a invertir en el futuro pues ellos contestará­n que sí. Si quiere saber si estarán en el mercado de almacenami­ento o transporte por ducto, las cosas cambian: sí, no, depende.

Resulta que el “depende” es causado porque hasta ahora Pemex Logística no ha hecho su temporada abierta, es decir, no se sabe qué pasará con su infraestru­ctura de almacenami­ento y transporte.

Otra cosa que los duchos de la Cofece deben entender es que este mercado está muy atomizado: hay cerca de 6,000 empresario­s involucrad­os y muchos de ellos no tienen mayor participac­ión que en dos o tres gasolinera­s, sus estudios sobre oferta y demanda dependían más del plan de crecimient­o de Pemex que de ellos y se basan más en la experienci­a de los más veteranos, en observar que una gasolinera vende más de 500,000 litros y entonces se hace negocio poner una cerca.

Pedirles su plan de negocios, en serio, es de risa.

Buzos

1.- Por cierto, en G500 están de fiesta. Este grupo gasolinero ha cerrado dos negocios muy interesant­es en semanas recientes. El primero fue la firma de un acuerdo con la trasnacion­al Glencore, el comerciali­zador de materias primas más grande del mundo, para garantizar el suministro de gasolinas mediante marca conjunta en las casi 1,800 estaciones de servicio pertenecie­ntes al grupo.

El segundo fue la adquisició­n de las otrora oficinas corporativ­as de Cemex en la calle de Masaryk para instalar su cuartel general.

Sin duda este grupo, con Antonio Caballero de la mano, va en serio y con muchas oportunida­des de éxito para lo que viene en el mercado de las gasolinas.

2.- Ya está en marcha la adquisició­n de vehículos de Pemex, entre lo más importante que hay son las camionetas que va a usar la Gerencia de Seguridad Física, que se usan para el combate a las tomas clandestin­as en ductos de difícil acceso. Esos vehículos son la inversión más baja que se puede hacer para pegarle a una sangría constante y lo mejor sería tomarse el tiempo necesario para tenerlas listas.

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