Tres décadas de apostar por las letras
NORMAN MANEA RECIBE EL PREMIO FIL DE LITERATURA EN LENGUAS ROMANCE
Guadalajara, Jalisco. PARA FESTEJAR 30 años de historia, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara abrió sus puertas acompañada de toda la región de América Latina como invitada especial. Escritores, editoriales y profesionales del libro, pensadores, artistas y agentes culturales y científicos se darán cita durante nueve días en la capital tapatía.
Los nombres que más suenan son Norman Manea y Mario Vargas Llosa. Manea, escritor rumano de origen judío, recibió el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances e inauguró el Salón Literario. Vargas Llosa, Nobel de Literatura peruano, encabeza a los creadores de América Latina y recibió un homenaje por sus 80 años de vida.
Raúl Padilla López, presidente de la FIL, aprovechó el evento inaugural para hacer un ejercicio de memoria, en el que recordó los inicios de la FIL a mediados de los 80, cuando era apenas un proyecto que buscaba reunir a escritores, editores y libreros en un mismo espacio. “Hace 30 años comenzamos en Guadalajara el sueño (...) de un encuentro con las ideas y las palabras”, recordó.
La FIL nació en un momento en el que su actual presidente llamó “La década perdida de América Latina”, cuando la industria editorial pasaba por momentos complicados, y ya había pasado la efervescencia del Boom en los 60 y 70.
EL LENGUAJE COMO FORMA PURA DE IDENTIDAD
El premio FIL de Literatura 2016 fue otorgado a Norman Manea. El escritor de origen rumano es autor de cuentos, novelas y ensayos, donde su tema principal y recurrente es la vida cotidiana de su país, el Holocausto, el comunismo y el exilio.
Una de las características de su obra es que no se puede definir 100% por las categorías tradicionales de la literatura. Entre sus páginas se van hilando historias de violencia abordadas desde la me- moria, el pasado y el presente, además de una constante referencia a la identidad del ser itinerante.
Los personajes de sus escritos hacen una referencia al arquetipo del judío errante, uno de múltiples personalidades y épocas, que es dibujado con dosis de sentido del humor, normalmente negro.
Alberto Manguel, escritor argentino, hizo una presentación del laureado: “El premio FIL reconoce a un escritor que se destaque con una obra sin la cual el mundo sería más pobre”, haciendo referencia a una cita de Jorge Luis Borges.
Norman Manea habló en su lengua natal, siendo fiel a su idea de que el lenguaje es la forma más puaunque
ra de identidad. “Como única lengua latina en un gran territorio eslavo, la lengua rumana tuvo que enfrentar muchas presiones internas y externas que tendían a diversificar y desviar sus opciones y sus valencias; la raíz latina resistió heroicamente a las tensiones”, explicó el escritor.
Se dio tiempo para contar su relación con México: “Hoy en Guadalajara disfruto de un importante reencuentro. En enero de 1990 participé en la Ciudad de México en la primera y más amplia conferencia internacional dedicada a la libertad, junto con los más importantes representantes de la disidencia anticomunista de Europa del Este y la intelectualidad occidental (...) Fue un encuentro de una elevada vibración espiritual y profundo compromiso cívico. Entonces y ahora, en México, fui rejuvenecido por la amistad, la hospitalidad y el humor de los anfitriones, por la energía y la jovialidad latina, la fidelidad a los altos valores del humanismo”.