¿Sabes que podrías padecer una enfermedad mental?
Cada 40 segundos hay un suicidio en el mundo, lo que equivale
a que mueran 800,000 personas al año, de acuerdo con un estudio de la Organización Panamericana de la Salud. El suicidio está relacionado de manera directa con las enfermedades mentales, que pueden ir desde una simple depresión o ansiedad, hasta la esquizofrenia.
Se catalogan como enfermedades mentales los siguientes trastornos: depresivos recurrentes, efecto bipolar, ansiedad, obsesivo compulsivo, psicótico, relacionados con sustancias, antisocial de lo personal, síndrome de Estocolmo, lima, dislexia, mutismo, identidad disociativa, autismo, narcisismo, manías, delirio, neurosis, hipocondría, desorden de la somatización, demencia y conductas autodestructivas como el cutting; se empiezan a
somatizar estos trastornos con dolores de cabeza, contracturas y enfermedades de la piel. Hay teorías que establecen que las enfermedades están íntimamente relacionadas con nuestras emociones.
La Organización Mundial de la Salud establece que una de cada 4 personas sufre un trastorno mental, lo más alarmante y que va en aumento, es que 20% de los niños y adolescentes en el mundo padecen un trastorno mental; si esta tendencia continúa puede volverse la primera causa de discapacidad.
Cerca de ti podría haber alguien que padezca una enfermedad mental, desgraciadamente las condiciones de vida en México y en el mundo, como la desigualdad económica y social, la pobreza extrema, la marginación, la discriminación y la insolvencia o afectación de los bienes materiales, traen como consecuencia problemas en la salud mental de las personas. La realidad nos rebasa, generando inestabilidad emocional, resultado de la angustia y malestar sociocultural como la violencia, el egoísmo, el individualismo y el consumismo, que conllevan a procesos de ansiedad y depresión, que si no encuentran orientación, siguen a otros estadios mentales más delicados.
De manera más frecuente y común escuchamos expresiones de que una persona es bipolar o neurótico y en ocasiones se usa como fetiche de cambios exacerbados de humor o se hacen bromas al respecto, cuando muy probablemente esa persona esté sufriendo un trastorno mental, del cual no se percata, y aunque su entorno nota algo anormal, al ser tan común, se ve como natural.
No está de sobra realizarse estudios y trabajar con ejercicios muy sencillos; si vemos a alguien con estos padecimientos, es menes
ter comentarle la posibilidad de buscar ayuda y no esperemos a saber qué fue lo que lastimó a otra persona o que se suicidó.
Los gobiernos tanto federal como estatales tiene un gran reto, atender a la población de manera adecuada, pero sobre todo tener políticas públicas trasnversales de prevención, ya que no es un problema menor, los índices si
guen creciendo y abarca todas las edades, son muchos los factores que influyen, desde las enfermedades crónico-degenerativas, el consumo de alcohol y estupefacientes, los ritmos acelerados de vida como el tráfico, tiempos de traslado y las horas de trabajo, entre otros. No hay una sola causa, pero destacan los factores hereditarios, el estrés, la alimentación, infecciones perinatales y los factores ambientales. Debemos entender que es una enfermedad
neurobiológica y como tal, hay que atenderla. Aquí algunos tips:
-Identificar conductas autodestructivas y depresivas. Desde la tristeza, el cambio de áni
mo repentino, desánimo, cansancio excesivo, intolerancias, hasta los pensamientos suicidas.
-Pide y/o brinda ayuda, sin pena y sin miedo. Acude con un especialista ante cualquier trastorno mental.
-Evita el consumo de bebidas alcohólicas, cigarros, drogas o cualquier estimulante.
-Si tienes pensamientos suicidas, evita cualquier contacto con sustancias tóxicas, armas punzocortantes o de fuego, así como lugares o
situaciones hostiles, y acude inmediatamente con un especialista.