El Economista (México)

El tema de la banda 2.5 GHz no es menor

- Gerardo Flores Ramírez* Twitter: @gerardoflo­resr

El 6 de septiembre del 2013, la Secretaría de Comunicaci­ones y Transporte­s (SCT) otorgó a MVS la prórroga sobre 60 MHz de los 190 MHz que mantenía en concesión en buena parte del territorio nacional desde hace algunos años, pero que no explotaba en realidad. Hay que recordar que al término de la administra­ción anterior, la SCT había determinad­o rescatar o recuperar para la nación esos 190 MHz, acto administra­tivo que estaba siendo objeto de litigios por parte de los que se sintieron afectados, como MVS.

A efecto de impedir que ese espectro se quedara atrapado en esos litigios, la SCT tomó la decisión de negociar con esos afectados la prórroga de sólo 60 MHz, de aquellos 190 MHz, y recuperar entonces para la nación 130 MHz. Lamentable­mente, esa decisión tan relevante no fue objeto de debate ni de consulta pública, que antes no se llevaban a cabo para estos fines, pero el mundo ha cambiado y hoy es muy común en otros países que cuando las concesione­s o licencias para explotar espectro están por vencer y el tenedor de esas concesione­s o licencias desea renovar la vigencia de las mismas, se lleva a cabo un procedimie­nto de consulta pública, incluso para determinar el monto de lo que ese interesado deberá pagar por ese renovación o prórroga.

Para ubicar bien la discusión sobre la prórroga de esos 60 MHz, y la operación que MVS y Telcel acordaron para que el primero transfiera al segundo los derechos para explotar esas frecuencia­s, es imperativo saber cómo están conformado­s los 190 MHz. En primer lugar, se compone de dos segmentos de frecuencia­s apareadas, de 70 MHz de ancho de banda cada uno, que van de los 2500 a los 2570 MHz, el segmento de subida, y de 2620 a 2690 MHz, el segmento de bajada. Hay un tercer bloque, de 50 MHz en total, que se ubica entre los 2570 y los 2620 MHz, que son frecuencia­s no apareadas.

Hoy en día es mucho más común ver el despliegue de redes de nueva generación para banda ancha móvil en el primer grupo de espectro que en el segundo. Porque es el segmento al que se enfocaron de inicio los fabricante­s de equipo, por ejemplo, los que fabrican equipo para redes LTE. En tal virtud, es de esperarse que cualquier operador o interesado en obtener espectro en esta banda, se incline por el primer tipo de frecuencia­s y que además les asigne un mejor valor que a las frecuencia­s no apareadas.

Conforme a los documentos públicos que obran en el Registro Público de Concesione­s del Instituto Federal de Telecomuni­caciones (IFT), a MVS se le prorrogó la concesión del segmento 2500-2530 MHz, para el tramo de subida, y 2620-2650 MHz, para el tramo de bajada, en mi opinión la parte más valiosa. Ese es el espectro que estaría controland­o el agente prepondera­nte, a través de Telcel, en caso de que el IFT decida autorizar la transacció­n.

Así que quien minimice o subestime el que Telcel está metiendo fuerte el pie en la banda de 2.5 GHz, y afirme que esa ventaja se anula apurando al IFT a licitar pronto el resto del espectro, es porque, o no entiende las verdaderas implicacio­nes para la competenci­a de una transacció­n como ésta, o le hace el juego a Telcel. Por ello, es imperativo que el IFT someta a consulta pública esta operación, para tener mejores elementos para rechazar la transacció­n oportunist­a de MVS y Telcel, aprobarla parcialmen­te —por ejemplo, por sólo 30 MHz—, o en su caso autorizarl­a. Sería un error resolver sin realizar consulta pública.

*El autor es Senador de la República.

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