Nos quieren quitar un derecho fundamental
La diferencia entre prosperidad y pobreza reside en la propiedad.
Sin derechos de propiedad no puede haber prosperidad. Esto lo desconocen completamente los (ir)responsables que redactaron el proyecto de Constitución de la Ciudad de México que claramente pone en riesgo la propiedad privada y la libertad económica, pues promueve un modelo de gobierno que da toda primacía a objetivos sociales que podrían contraponerse o, peor aún, quedar por encima de las libertades y los derechos individuales de los ciudadanos.
Vaya señal de alerta. Los ciudadanos tenemos que entender qué es lo que sí le compete a los gobiernos y qué no, pues de lo contrario, sus errores, ambición desmedida de poder/dinero y su ignorancia pueden causar un daño mayor a la economía de millones de familias.
Al gobierno le compete definir (si no pueden hacerlo solos como lo han demostrado, debemos involucrarnos mucho más), garantizar y proteger los derechos de propiedad. Todos los ciudadanos que habitamos la CDMX tenemos derecho a usar nuestros recursos como cada uno desee.
El artículo 21 deja claro que la Constitución “reconoce la función social del suelo y la propiedad” sin reconocer ni proteger la propiedad privada. Incluso, señala que cualquier aumento en el valor de un inmueble (plusvalía) será propiedad y parte de la riqueza del Gobierno de la Ciudad de México. Totalmente inaceptable.
El inciso C del artículo 21 considera que los incrementos en el valor del suelo que se den a raíz del proceso de urbanización se aprovecharán para restaurar zonas degradadas de la ciudad. Esto significa que el gobierno tomaría en sus manos recursos que no le corresponden para hacer con ellos lo que quiera. Vaya espacio para la corrupción infinita.
Los académicos Gerald P. O’Driscoll y Lee Hoskins plantean una pregunta clave y responden: ¿por qué prosperan las naciones? La diferencia entre prosperidad y pobreza reside en la propiedad. Las naciones prosperan cuando los derechos de propiedad privada están bien definidos y se hacen valer.
Si algo necesita la CDMX y todo el país es que existan las condiciones de libertad para que cada mexicano elija quién quiere ser, qué quiere hacer, qué quiere tener, y esté en posibilidades de lograrlo. Un proyecto deConstitución como el de la CDMX, lejos de generar estas condiciones, pone obstáculos muy peligrosos. Más nos vale seguir de cerca este proceso y exigir cambios puntuales antes de que sea demasiado tarde. De lo contrario, podemos hundirnos en tanta ambigüedad y mezquindad.