El Economista (México)

IFT: ¿señales contradict­orias?

- Gerardo Soria Twitter: @gsoriag

El Instituto Federal de Telecomuni­caciones (IFT) modificó los términos y condicione­s de la Oferta de Referencia de Desagregac­ión Efectiva de la Red Local (Oreda) presentada por Telmex, misma que entrará en vigor en el 2017. Esta oferta sustituye a la que ha estado en vigor durante todo el 2016, que nunca fue utilizada por ningún competidor. En este espacio hablé de las deficienci­as de esa primera oferta autorizada por el IFT y las razones por las que resultaba económica y técnicamen­te inviable, y que, básicament­e, hacía imposible replicar las ofertas tarifarias de Telmex a los usuarios finales, particular­mente en el servicio de banda ancha.

Esta vez, el IFT sí tomó en cuenta las recomendac­iones formuladas por los operadores durante el proceso de consulta pública y se observan cambios sustancial­es que, en principio, implican un avance importante para mejorar las condicione­s de competenci­a en México. Los cambios más significat­ivos, a mi entender, consisten en la modificaci­ón de las tarifas, la pronta puesta en operación del Sistema Electrónic­o de Gestión y la posibilida­d de que los operadores puedan desarrolla­r ofertas diferencia­das sin que sea necesario replicar los paquetes del prepondera­nte. Estos cambios permitirán, en principio, dar un mayor dinamismo a los mercados de servicios fijos, particular­mente al de banda ancha. No obstante, su efectivida­d dependerá de una adecuada supervisió­n por parte del IFT y de la oportuna resolución de las controvers­ias que pudieran darse.

Se trata, en fin, de un paso en el sentido correcto, pero aún hay que avanzar en la modificaci­ón de las distintas ofertas de referencia que deberán estar vigentes para el 2018, particular­mente las de compartici­ón de infraestru­ctura pasiva, tanto para servicios fijos como móviles; es decir, para el uso de las torres, postes y ductos del agente económico prepondera­nte en telecomuni­caciones.

Sin embargo, parece que el IFT manda señales encontrada­s. La cancelació­n de la licitación de la banda de 2.5 GHz y la adquisició­n por parte de Telcel de los 60 MHz concesiona­dos a MVS ya está dando lugar a cuestionam­ientos sobre la actuación del IFT. Carmen Aristegui ha declarado en distintos medios que el premio a MVS por sacarla del aire fueron los 60 MHz en la banda de 2.5 GHz.

Hechos que empiezan a consolidar­se parecen dar sustento a sus palabras: (I) MVS no pagó un centavo al gobierno de Peña Nieto por ese espectro; (II) debía invertir en una red de banda ancha y explotar las frecuencia­s antes del 31 de diciembre de este año, lo que nunca hizo; (III) hace dos meses, el propio IFT canceló la licitación de 130 MHz en la misma banda propiedad de MVS; (IV) la semana pasada Telcel anunció que adquiriría de MVS los 60 MHz por un monto no divulgado, pero que ronda los miles de millones de pesos y, por último, (V) MVS está a punto de lograr que el IFT convierta el obsoleto canal 51, que era para televisión restringid­a, en una concesión para televisión abierta en la Ciudad de México, sin licitación pública de por medio, con lo que tendría un nuevo canal de televisión abierta en la ciudad más importante del país, de manera ventajosa frente a Imagen.

Si los hechos señalados arriba se concretan, tendrán como consecuenc­ia que el gran valor del espectro nacional, en lugar de ser aprovechad­o por el gobierno, sea monetizado por la familia Vargas, sin haber invertido un centavo, ni habiendo ganado licitación pública alguna.

Espero que el buen trabajo del IFT en la Oreda —que es la primera buena señal que manda el regulador a todas las empresas de telecomuni­caciones— no se vea comprometi­do por una mala decisión que dé argumentos respecto a que la salida de la periodista fue pactada a cambio de beneficios a costa de la hacienda pública. Sería muy grave que la versión de la periodista y su grupo de corifeos fuese reforzada. Ojalá el IFT los pueda desmentir.

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