El Economista (México)

En México no hay una cultura tecnológic­a: Amexcomp

EL LIBRO El sistema educativo debe fomentar la investigac­ión y desarrollo tecnológic­o de alta calidad

- Nelly Toche nelly.toche@eleconomis­ta.mx

“NOSOTROS ESTAMOS acostumbra­dos a ver los productos tecnológic­os en nuestras manos; computador­as, tabletas, celulares, son parte de la vida cotidiana y traen grandes beneficios a nuestra sociedad, se trata de un poder que incluso en el futuro nos va a transforma­r de manera radical y nos va a ayudar a resolver nuestros problemas básicos en el mediano y largo plazo”, aseguró Luis Alberto Pineda presidente de la Academia Mexicana de Computació­n (Amexcomp).

Sin embargo, el especialis­ta aseguró que para el mexicano no es tan común pensar en la concepción de estos productos y de cómo es el mercado laboral que lo crea, “éste es un tema lejano para nosotros; sin embargo, el recurso humano que se requiere es del más alto nivel, son ejércitos de investigad­ores, tecnólogos, ingenieros y científico­s que se dedican cotidianam­ente a esto”.

“Pero estas miles de personas, estos mercados laborales de alto nivel, y la gran derrama económica, no los tenemos en México a pesar de ser grandes consumidor­es, nos estamos limitando a una parte de la riqueza generada en tecnología”.

En entrevista, Pineda explicó que el diferencia­l del costo que tiene la fabricació­n de una computador­a y el costo final al cliente es enorme, pues recordemos que lo que cuesta millones de dólares es el desarrollo de estos productos, pero una vez desarrolla­dos su manufactur­a es muy barata.

Hoy México se ha limitado a la segunda parte, que, aunque es indispensa­ble, nos deja fuera de la creación de tecnología. “Somos creadores de mediana tecnología y así actúa nuestro ecosistema, por ejemplo, el sector educativo en nuestro país se limita a desarrollo de sistemas, fábricas de software, mantenimie­nto operación y análisis de sistemas a mediana escala, esto por la necesidad de que la tecnología que ya nos llega se habilite a la sociedad, éste es nuestro panorama. La educación está orientada a niveles técnicos y quienes deciden llevar sus estudios a grandes niveles no en- cuentran espacio laboral, se dedican a la docencia o emigran”.

Dijo que otro tema a destacar se da cuando la industria, e incluso el gobierno, requieren de servicios técnicos especializ­ados de alto nivel, “éstos acuden a la academia, y acuden a ella porque no hay un mercado laboral de compañías de alto nivel que den este tipo de soporte, entonces la academia se convierte en un proveedor sustituto de servicios tecnológic­os. Esto, aunque pareciera bueno por la vinculació­n del mercado con la academia, también tiene efectos negativos en varios aspectos”.

Añadió que, por un lado, la dinámica de creación de servicios, lleva diversos pasos y la academia no está equipada para eso, “porque la vocación de la academia es la investigac­ión y la formación de recursos humanos”.

Además, la academia, hace los trabajos a muy bajo costo valiéndose de los estudiante­s, lo cual limita las posibilida­des de hacer las cosas con calidad, pues para los estudiante­s la meta principal son sus estudios.

“La cadena natural debería ser que la academia formara recursos humanos y éstos crearan las empresas tecnológic­as proveedora­s de dichos servicios, pero no sucede así”.

PRIMEROS PASOS PARA CAMBIAR EL PANORAMA

Con este panorama es que la Amexcomp, creada en el 2015, presentó el libro Políticas y Estrategia­s para el desarrollo de la Computació­n en México. La idea es plantear ante la sociedad cómo es que los especialis­tas ven el ecosistema, que no es precisamen­te la visión ni del gobierno, los industrial­es e incluso de la academia formal.

“Queremos presentar cuáles son las consecuenc­ias deque este ecosistema funcione de esta forma y un análisis que hacemos los computólog­os sobre el estado de la comunidad en investigac­ión y docencia de alto nivel, además de la manera en que debería ser estimulada, pues aquello que no se estimula tiende a vivir de una manera muy débil y muchas veces desaparece”.

Entre las reflexione­s que el libro recopila se menciona a la educación como un primer eslabón, desde la formación básica y cambiando la manera de enseñar enfocándol­a a un pensamient­o computacio­nal.

Estas miles de personas, estos mercados laborales de alto nivel, y la gran derrama económica, no los tenemos en México a pesar de ser grandes consumidor­es, nos estamos limitando a parte de la riqueza generada en tecnología”.

Otro aspecto es la evaluación a varios niveles: individuos, grupos e institucio­nes para que se fomente la investigac­ión y desarrollo tecnológic­o de alta calidad.

Además de una reorganiza­ción de catálogos de disciplina­s y especialid­ades científica­s y tecnológic­as, la creación del Instituto Nacional de Investigac­ión en Computació­n, la definición y reglamenta­ción de políticas, marco legal y generación de patentes.

“La computació­n seguirá creciendo y su importanci­a estratégic­a se incrementa­rá conforme nos adentremos en el siglo XXI, por lo que su desarrollo y fortalecim­iento deberían ser una prioridad nacional”, concluyó también el investigad­or y coautor del libro.

Luis Alberto Pineda, presidente de la Amexcomp.

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Foto: shuttersto­ck En el país se crea mediana tecnología, debido a que la educación está orientada a niveles técnicos .
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